El trinomio Quirielli-Velázquez-Yawny del Pirá Pytá se llevó las «20 Horas de Pesca Embarcada»; gran show de premiación

La 43° edición de las “20 Horas de Pesca Embarcada” organizada por el Pirá Pytá concluyó esta madrugada con un gran festejo que reunió a los más de 400 pescadores que participaron, en 116 embarcaciones y sus familias.

Los ganadores de esta edición fueron el trinomio integrado por Martín Quirielli, Facundo Velázquez y Marcelo Yawny, del club Pirá Pytá, que sumaron 800 puntos y sacaron 58 piezas en las dos jornadas de pesca.

La Copa Challenger de las especies “de cuero”, que premia al pescador que saca la mayor especie de ley (en rigor, se suman los puntajes de todas las piezas de ese especie) se la ganó Mauro Bossi, que sacó Manguruyú y sumó 300 puntos. Se quedará un año el trofeo hasta la 44° edición. En tanto la Copa Challenger por las especies salmón, pacú, boga y dorado quedaron desiertas, ya que nadie obutvo piezas de esas especies.

La lancha Kaiser con motor Mercury de 40HP fuera de borda (que tiene un valor de 160.000 pesos) se la ganaron en el sorteo los pescadores oriundo de Puerto Iguazú, Miguel Santa Cruz, Tiburcio Alonso, Roque Benítez y Rolly Piris. “Vamos a venderla y repartir la plata, porque ya tenemos lancha”, dijo Santa Cruz, feliz, mientras posaba al lado de la flamante embarcación.

El gran festejo de los pescadores

Había pasado la 1 de la mañana y recién se conocían los nombres de los principales ganadores de este certamen que en esta edición introdujo algunos cambios reglamentarios. El principal, que ya no se pescan 20 horas seguidas, sino que se parte la actividad en dos jornadas de 10 horas (9 a 19hs). “Se estraña pescar a la noche, es otro mundo”, contó más de un pescador ayer. Sin embargo, todos reconocieron que el Río Paraná está cada vez más difícil y traicionero, por las corrientes cambiantes generadas por el efecto de Yacyretá, la suba de la cota y los arboles, pedazos de construcción, etc. que quedaron en el nuevo lecho del río.

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Figueredo y Victor Bonifato, este último, 3 veces ganador de las «20 Horas de Pesca Embarcada». El certamen se disputa desde 1974, pero algunos años no se hizo por el estado del río, en otras ocasiones hubo más de una edición por año.

La gran familia de pescadores celebró en uno de los grandes tinglados donde se guardan las lanchas, que se dispuso con todo para el gran asado y show. Hubo asado completo para más de 500 personas ya que los pescadores venían con sus familias, todos con la cara colorada de estar 20 horas al aire libre, a pesar de los días nublados que tocaron.

“Acá hay de todo, gente que lo toma como un hobbie, como una pasión y también gente que vive de esto”, contó César Alcalde, uno de los fundadores de la Barra Calambre, una de las principales del Pirá Pytá.

Las barras de pesca son como sub agrupaciones dentro de un club que pueden aglutinar entre 20 y 30 amigos que se dedican no solo a pescar sino a reunirse semanalmente en el club, en torno a la afinidad de la pesca. Hay agrupaciones que tienen 20 o 30 años de antigüedad. “En el río, sobre la lancha, compartimos muchas cosas, te tenés que llevar bien con tu compañero, lo tenés que bancar, porque además de pescar, compartís mucho, contás intimidades, y es importante tener una buena relación”, contó Mario Fabiero, integrante de la Barra Calambre. Por ahí andaban Fabio «Malvado» Benítez y José «Chorizo» Lezcano con su esposa. Había muchos más.

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Miguel Santa Cruz, Tiburcio Alonso, Roque Benítez, Nazario Soza (sponsor) y Rolly Piris celebran la lancha, tiene un valor de 160.000 pesos y lo van a repartir entre los cuatro.

En general, por lo que se pudo observar en el festejo de ayer, la amistad y la pesca van de la mano. Los pescadores son una raza aparte. Por ahí andaba el “Colo” Daniel Vancsik, a quien se le acababa de escapar de las manos el Abierto de Misiones de golf, que concluyó ayer. “Me encanta la pesca, es mi cable a tierra, mi pasión, siempre pesqué y si no hubiera competido seguro que iba a participar de las 20 horas”, dijo en diálogo con MOL, con su hijo Mateo, de 2 años y medio en brazos. Vancskik se iba a reunir con el resto de su familia (padres, heramnos). «En mi familia, todos pescamos», contó.

En la fiesta de ayer hubo música. Tocaron los Hermanos Brítez, folclore y sobre todo chamamé, y más tarde subió un grupo a hacer covers con temas de Los Abuelos de la Nada y otros de rock nacional, ya a la madrugada, inmediatamente después de la entrega de premios los más audaces se animaron al baile.

Otros ganadores

Los pescadores que salieron en segundo puesto en la clasificación general fue el trinomio integrado por: Miguel Schmalko, Velázquez y Muñiz (dos del Pirá Pytá y uno del Pacú Cuá, de Encarnación), que obtuvieron 520 puntos y sacaron 46 piezas; y el tercer lugar fue para Victor Kunzuwicz y su esposa Teresa y Osvaldo Bellatbo, del Pacú Cuá.

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Todavía con ropa de golf, ya que el Abierto de Misiones había terminado ese día, el «Polaco» Vancsik se fue con su hijo al festejo.

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Alberto, de fútbol de veteranos (Centro de Cazadores) con su hijo, novia y amigos, que participaron de la competencia.

El segundo puesto en la Copa Challenger (especies de “cuero”) fue para Marcelo Yawny, integrante del trinomio que se llevó el premio mayor. Yawny también fue hasta hace poco un gran jugador de hockey de la liga misionera, centrodelantero y goleador que defendió los colores del Club Educación.

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Agustina Figueredo, pescadora e hija de uno de los dirigentes del Pirá Pytá, sostiene una de las copas Challenger. Quedaron desiertas las de Pacú, Salmón, Dorado y Boga.

El tercer puesto de la Copa Challenger fue para Agustín Temoiko, un chico de 10 años que pescó con su hermano y su padre y sacó un manguruyú de 84 centímetros. La pieza más grande extraída en la competencia.

Otro chico que ganó un premio fue Nicolás Miguel Echegoin, un chico de 8 años, que no estaba para recibir su premio al «Juvenil Mejor Clasificado». «Está jugando al fútbol», contó el papá, que fue a recibir el premio.

La Dama Mejor Clasificada fue Fátima Ortiz, de Pacu Cuá y el Veterano Mejor Clasificado fue «Tito» Balanda, que cuando se lo consultó por la edad dijo que tenía «64 años, ja, ja».

Organizadores del evento

Uno de los principales organizadores del evento fue Víctor Bonifato, tres veces ganador de este certamen y quien condujo la ceremonia de premiación junto a Figueredo. También tuvo un rol importante el Doctor Miguel Brollo, que ofició de fiscal general. Brollo ganó la 1° edición de las «20 Horas de Pesca Embarcada» hace 40 años, y dijo medio en chiste, medio en serio: «Yo la organicé y yo la gané».

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Entre 1974 y 1994, las 20 Horas premiaba al pescador en forma individual, pero a partir de ese año comenzó a premiarse al binomio. Ahora se premia al grupo de tres. «Es que no queremos dividir a las barras de pescadores», explicó Bonifato. En general, una lancha puede ir con tres pescadores, un timonel, que es parte del grupo y algún otro acompañante.

Participar en la competencia tiene sus costos. La inscripción sale 1200 pesos, y a eso hay que sumarle dos días de combustible. Se calcula unos 40 litros de nafta, por un valor de 700 pesos. Más los gastos en comidas. «No es necesario tener lancha, cualquier puede pescar, se puede usar un timonel y se le paga el uso de la lancha», invitó el titular del Pirá Pytá, Oscar Bossi, para que el año próximo se acerque todo el que quiera participar.

En esta 43° edición vino gente de toda la provincia, unas 22 embarcaciones de Paraguay, participantes que vienen siempre de Chile, y de todo el país. Pero se destacó una pareja de Murcia, España; y un alemán que estaba en Posadas de paso, amante de la pesca, y no dudó en ser de la partida.

 

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