Un DT «maleducado y desagradecido»: Crucero le contestó al «Chulo» Rivoira, que el domingo no le pudo arrebatar la punta al Colectivero

Atlético Tucumán visitó el domingo pasado a Crucero del Norte con el objetivo de recuperar la punta de la zona B de la B Nacional, que había perdido una semana antes a manos del Colectivero. El resultado se conoce: Crucero y el Decano empataron 1 a 1, el Colectivero sostuvo su liderazgo y Héctor «Chulo» Rivoira, se fue expulsado.

Además, Rivoira tuvo actitudes inadecuadas para con la hinchada. MOL lo esperó a la salida del vestuario para conocer sus opiniones y lo único que atinó a decir, a la pasada, fue: «nos robaron dos puntos, no voy a decir nada más», visiblemente molesto.

Hasta ahí la gente de Crucero no dijo nada, pero el  «show» del Chulo Rivoira continuó en Tucumán, criticando el arbitraje y a Crucero. Entonces desde el Colectivero dijeron «basta», ya que podían entender la «calentura» post partido de un DT de un gran equipo como es Atlético Tucumán (para Schurrer, uno de los más fuertes de la divisional) que se fue de Misiones sin lo que venía a buscar, pero les resultaba inaceptable que la siguiera 24 horas después. Entonces, al igual que el árbitro Luis Alvarez que se cansó y lo expulsó el otro día en el Guacurarí, Crucero también se cansó y le contestó a Rivoira con este duro comunicado:

Un entrenador maleducado y desagradecido

El DT de Atlético Tucumán agravió al público misionero después del empate en Santa Inés. Su incapacidad para resolver un partido la disfrazó con declaraciones desubicadas y no respetó la buena relación que existe entre ambos clubes.

El tránsito de Crucero del Norte en la B Nacional, permite, muchas veces, desenmascarar a determinados personajes del ambiente a quien presentan como un gran entrenador, de reconocida trayectoria pero de muy poca educación. Este es el caso del famoso Héctor “Chulo” Rivoira, protagonista de un verdadero papelón en Santa Inés y que además tuvo un capítulo especial de declaraciones muy desubicadas cuando arribó a Tucumán.

El pasado domingo, en el empate entre Crucero y Atlético Tucumán, Rivoira fue expulsado por el árbitro Luis Álvarez, por reiterados insultos quejándose de fallos que no fueron de su agrado. Lógico que no dijo nada en el primer tiempo, cuando el juez ignoró un claro penal en favor de Crucero. Pero al margen de esa situación, el show del Chulo comenzó cuando llegó el pitazo final. Primero se enfrentó con uniformados de la policía misionera, quienes en todo momento intentaron calmarlo, cuando él los desafiaba a pelear. Acto seguido, insultó a plateístas, arengó para que sus jugadores fueran a pelear e incluso su preparador físico insinuó con arrojar uno de los picos de riego hacia el sector del público misionero.

Muchas veces se entiende el malestar por un resultado, que, cuando pasan las horas y todo se tranquiliza, el análisis frío permite concluir que si Atlético Tucumán no pudo llevarse una victoria desde Santa Inés, fue porque Crucero no lo permitió. No obstante es una materia opinable y cada uno defiende su juego. Lo que no resiste ninguna justificación, fueron las palabras que el “reconocido” DT efectuó cuando llegó a Tucumán, donde trató a los misioneros de delincuentes y se quejó largamente de maltratos. Ahora cabe una pregunta para el señor Rivoira: ¿Fue maltrato de parte de Crucero disponer de un colectivo para que regresaran cómodamente desde Misiones hacia Tucumán? No le contaron a Rivoira que, gracias a la buena relación que existe entre ambos clubes, la institución misionera recibió y se ocupó de todos los detalles mientras la delegación tucumana estuvo en Misiones.

El púbico misionero merece respeto, por su comportamiento ejemplar y porque además Crucero, siempre, desde que juega la B Nacional, se destaca por su recibimiento a la delegación visitante. Ningún resultado deportivo lo cambia, tampoco un técnico que se jacta de tener muchos pergaminos, pero muy poca educación. 

 

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas