Finalizó la última ronda de testimoniales del juicio por la muerte de Iván Mercol (22). La emoción ganó la sala de audiencias del subsuelo del Palacio de Justicia, porque declaró gente muy cercana a la víctima y las lágrimas no se pudieron contener.
El jueves a las 8.30 comenzarán los alegatos. Seguirán el viernes y ese mismo día, el juez César Jiménez, que preside el tribunal unipersonal que lleva adelante el proceso.
Por el deceso del muchacho están siendo juzgados Sebastián Ruiz y Diego Cantallops, acusados del delito de “homicidio preterintencional”.
El de María Cristina del Valle Peralta Sarmiento, la mamá de Iván, fue sin dudas el testimonio más conmovedor de estas nueve jornadas de juicio, en el que reflejó el dolor que la acompaña hace ocho años. “En estos días veía Sebastián Ruiz con su hija y me ponía a pensar en mi hijo”, dijo
“Ellos pudieron hacer su vida, uno ser médico, pero a Iván le quedó todo por la mitad. Cuando voy sola en el auto es el momento en que puedo llorarlo a Iván, porque detrás de mí hay una familia y tengo que mostrar fuerzas”, agregó.”.
Y recordó las últimas horas junto a su hijo. “Ese sábado después de mirar un programa de tele, mi hijo lavó sus zapatillas como siempre lo hacía, y después armó la mochila y se fue al centro. Fue la última vez que lo vi. Nos fuimos a acostar mi esposo y yo. Y siempre a la mañana cuando me levantaba lo hacía temprano incluso los domingos, y miraba la cama de mis dos hijos para ver si estaban. Esa mañana sonó el teléfono, me incorporé rápido porque tengo dos hijas que no viven acá. Y siento que mi marido se incorpora y decía al teléfono – ¡vos estás hablando de Iván hijo! – se lo decía a mi hijo Nicolás, y yo no podía escuchar. No quería escuchar. Mi hija me decía – qué pasa mamá – salimos con lo que teníamos puesto, yo me di cuenta como mamá de la realidad de mi hijo porque escuché la voz de mi marido, desesperado. Cuando llegamos al hospital, yo que soy muy creyente, no podía rezar, la gente que estaba al lado mío me decía rezá, pero yo no podía, algo en mi corazón me decía que algo grave le había pasado a mi hijo. Después fuimos al Boratti, nos hicieron pasar a una habitación, ni sé cuantos minutos y horas pasaron, fueron interminables. Yo soy una persona de poco hablar, estaba callada. Entramos a un lugar que creo era la terapia, y estaba mi esposo me acuerdo, llorando desconsoladamente a su hijo. Y se veían sus pies, y yo no podía decir nada”, relató entre pausas, llanto contenido que por momentos dejaba salir como un desahogo.
“De qué pelea me hablan, si mi hijo estaba golpeado totalmente y eran dos personas que lo golpearon hasta salir sangre, lo mataron, de qué pelea me hablan que alguien me lo explique”, pidió finalmente ante un llanto desconsolado.
También pasó ante el juez Jiménez el papá de Iván, Mauricio. “A nosotros nos mataron a un hijo. Fue producto de la violencia, de la agresividad, de la psicopatía, de la intolerancia y de la arrogancia del señor Carlos Sebastián Ruiz”, sostuvo.
«Hemos sufrido la lentitud y la indiferencia de la Justicia. Y todas las trabas que se pudieron poner de parte de la defensa de Ruiz, para que la causa prescribiera. De hecho casi lo logran. Hemos seguido todos estos años el proceso de la causa con el único fin de llegar a un juicio oral y público», remarcó.
“Iván era el hermano ídolo para todos. Era carismático, tenía amigos por todos lados. Hasta los clientes de mi negocio lo querían”, afirmó al describir a la víctima.
Antes que ella había comparecido también quien en ese momento era la novia de Mercol, María Milagro Cortina Ricci.
Ella describió a Iván como un joven muy cariñoso. Dijo que no conocía a los imputados y que esa noche vio a su novio en el boliche dos veces y que lo estaba esperando en la vereda para que se fueran juntos, pero que como no salía fue a buscarlo y lo encontró tirado en el túnel de entrada.
«Fuimos los dos por separado, cada uno con sus amigos. Dentro de Power, lo vi dos veces. Y después cuando salí, a las 6, más o menos, lo estaba esperando en la vereda. Íbamos a volver juntos. Uno de los chicos me llama desde dentro del boliche y me pide que ingrese. Una de las persona de seguridad me lo impide, primero, pero como era la novia, pude hacerlo. Ahí lo vi sobre una pared, recostado, inconsciente. Me decían que le hablara para que no se durmiera. La gente del boliche me pide sus datos, entonces voy a darlos y cuando regreso, ya se lo habían llevado», recordó la joven.Apuntó además que su novio «tenía las zapatillas blancas manchadas con sangre».Ernesto González, amigo de Mercol, contó pormenores de la madrugada fatal.
Tuvo que cortar el relato, porque las lágrimas fueron más fuertes y no pudo controlar la emoción.“Estaba en casa e Iván quería salir. Nos juntamos en la casa de Matías Osorio. Ahí hicimos la previa. Había concurrido también un grupo de amigas. Desde allí fuimos a Power. Estuvimos toda la noche juntos, salvo al final, que salgo por un lado e Iván por otro. Yo estaba afuera con la novia de él, esperándolo y llega el rumor de que había ocurrido una pelea”, precisó el testigo.“Me pidió que le acompañe a Mili (Cortina Ricci) porque él iba a salir con otra chica, la ex de Ruiz”, admitió.
“Intento ingresar, los de seguridad no me dejan, pero cuando entró estaba sentado en el suelo. La oficial (Marisa) Bueno (jefa de seguridad de Power) me preguntó que relación tenía con Iván, le dije que era su primo, aunque no lo era, pero lo sentía como un pariente”, añadió.
“Le pregunté a la oficial qué había pasado y ella me responde: ‘Tu amigo tomó demás y tiene un coma alcohólico’. Me pidió que le hablara para que no se durmiera. Yo lo intenté agarrar y nunca me voy a olvidar el ruido que hacía al intentar respirar. Me desesperé y pedí a los gritos una ambulancia”, dijo González, muy impactado.
Mario Sanabria es policía y ese 19 de marzo estaba de custodio en la pista principal de Power, en un sector donde estaba una escalera en forma de espiral. “Entre las 6 y 6.15, se escucha por los parlantes un alerta al personal de seguridad que de había ocurrido un supuesto desorden en el frente, en el acceso al pasillo que une la boletería con la pista. Entonces voy por una entrada alternativa y al poco tiempo encuentro a una persona acostada. Se encontraba con un policía, González. Ahí aparece a la encargada (oficial Bueno), que ya había llamado a la ambulancia. Lo único que hice después es pedir a las personas que pasaban por allí que no se quedaran al lado de esta persona que estaba en el suelo”, evocó al ser convocado como testigo.
Fue una jornada corta en relación con las otras, pero con mucha carga emotiva.
