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Melina Dilkin, una embajadora de la cultura misionera en Letonia

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La misionera de 17 años y oriunda de Puerto Rico, Melina Dilkin es cantante y ganó una beca para estudiar canto en Letonia –uno de los Países Bálticos al norte de Europa-, donde reside desde el 23 de agosto. Allí, permanecerá por un año al abrigo de una familia anfitriona y asistiendo a la escuela, donde el idioma es todo un desafío.

 

En una entrevista exclusiva con Misiones Online, Melina contó cómo fue el camino para obtener la beca y llegar a un lugar tan lejano: “La información de la beca llegó a mí por Marilin Neis,  profesora de alemán en Puerto Rico. En realidad yo iba a presentarme para una beca a Alemania y al momento de la entrevista con YFU, que es la fundación por la cual estoy acá, yo le conté al entrevistador que iba a clases de canto y de música, porque eso es lo que más me gusta hacer, cantar. Entonces él me habló sobre una beca de música que se había abierto este año para estudiar en Letonia. Después de eso hice todos los papeles para presentarme -incluyendo experiencia musical- y un mes más tarde me llamaron de YFU y me dijeron que venía para acá”.

Para Melina el canto y la música son una herencia de familia: su abuelo materno es guitarrista, aunque según cuenta “puede tocar casi cualquier instrumento”, y fue su gran influencia para empezar a cantar música del Litoral cuando solo tenía ocho años, sin imaginarse que un día sería su pasaporte a vivir una gran experiencia en un país lejano.

Hoy, Melina vive con una familia anfitriona en un pueblo chico llamado Ikšķile que “aunque no tiene muchas cosas, es muy ordenado y con mucha naturaleza”. Allí, además de tomar sus clases de vocalización y canto, asiste al décimo grado de la escuela secundaria. “En el lugar la gente me trata súper bien, son muy amorosos todos. Y en la escuela mis compañeros son muy buenos y me ayudan por ejemplo a elegir la comida en la cafetería y demás cosas. Mi familia -conformada por mamá Evija, papá Martins, hermana Nikola, hermanos Eduards y Rudolfs Vizbule, y abuela Mirzda- es muy considerada, se preocupa mucho por mí. La verdad tengo suerte de que me haya tocado una familia tan linda”, contó.

En cuanto a sus actividades diarias en el país extranjero, la misionera relató: “Mis actividades varían según el día, pero entre semana generalmente me despierto a las 7 y mi mamá nos lleva a mí, mi hermano menor y mi primo a la escuela. Después de terminar las clases vuelvo a mi casa más o menos a las 16, a veces caminando o -dependiendo el día- me busca mi mamá. Más tarde tengo clases de vocalización, coro, clases de letón o vóley. Cuando termino, vuelvo a mi casa, miro algún programa con mi hermana mientras tomamos té y después me voy a dormir. Los fines de semana normalmente viajamos en familia a diferentes parques, museos o simplemente almorzamos todos juntos en algún lugar”.

 

El desafío del idioma

El viaje que emprendió Melina le presenta un desafío principal, sobre todo durante los primeros meses de su estadía: el aprendizaje del idioma. “Casi no entiendo cuando la gente habla porque el letón es un idioma muy complicado, pero lo estoy estudiando y por suerte ya sé decir muchas cosas. Mi familia anfitriona y mis profesores de letón están asombrados de todo lo que aprendí en un solo mes. En realidad me estoy manejando más que nada con el inglés hasta aprender bien el letón”.

 

Una embajadora de la tierra colorada

Con una clara idea de su identidad misionera y argentina, Melina manifestó que lo que busca es representar a la provincia y al país de la mejor manera posible. “Por eso antes de venir grabé un CD con pistas para cantar acá en los eventos que me inviten”, dijo y agregó: “Creo que mi familia anfitriona sabe tanto de Misiones y de Argentina como yo porque todo el tiempo les estoy hablando sobre lo hermoso de su gente y sus lugares”.

Por último expresó: “Mi expectativa realmente es poder mejorar todo lo posible y lograr superarme. Espero algún día poder mejorar mucho más y así enorgullecer a las personas que siempre me apoyaron: mi familia, amigos, profesores. Y obviamente a mi ciudad y a la gente que me escucha ya que es por ellos que hoy puedo cantar en distintos lugares o estar acá”.

 

 

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