Pretenden que la cadena comercial reduzca su margen de ganancia para que la cadena productiva pueda incrementar sus precios sin que ello se traslade en forma directa a las góndolas. Desde el Inym aseguran que los comercios remarcan de 45 a 60 por ciento y consideran que la distribución de la renta yerbatera es injusta.
Los directores del Instituto Nacional de la Yerba Mate (Inym) esperan que la secretaría de Comercio de la Nación interceda para que los principales supermercadistas del país a paguen más por la yerba elaborada. De ello depende un eventual acuerdo para actualizar los valores de la hoja verde y la yerba canchada en el marco de la concertación que lleva adelante el Inym, ya que parte de la industria se niega a mover los precios de la materia prima si antes no tienen la garantía de que van a poder trasladar esos aumentos a los valores del producto elaborado.
La gestión no será sencilla, porque la principal misión de Comercio de Nación es contener la inflación, según dejó en claro el propio secretario Augusto Costa a los directores del Inym en la reunión que mantuvieron la semana pasada, de modo que para satisfacer tanto a yerbateros como a funcionarios nacionales, los supermercadistas deberán comprometerse a pagar más cara la yerba, pero no trasladar ese mayor costo a los precios en las góndolas.
“Le pedimos a Costa que nos reunamos todos, porque una cosa es que los industriales se reúnan con representantes de las grandes cadenas de supermercados, de ahí no sale nada, porque las grandes cadenas comerciales ejercen mucha presión, ellos negocian con molineros tratando de bajar los precios y los molineros compiten entre ellos por venderle a los supermercados, entonces se da esa tendencia de que los precios a salida de molino no aumenten, incluso cuando sí suben en góndola. En cambio si la reunión se hace en presencia de la autoridad de aplicación, Comercio de la Nación, se supone que los comerciantes podrían acceder a reducir su porcentaje de remarcación para que ese margen se traslade a la cadena productiva”, indicó Sergio Delapierre, representante del sector secaderos en el Inym.
Reconoció que llegar a un arreglo en los términos antedichos “suena un poco utópico” pero consideró que el instituto debe hacer el intento antes de tomas una decisión. “Nosotros tenemos que dar ese paso, proponerlo y llegado el caso en que las cadenas de supermercados no accedan, pedir a comercio que nos dé la posibilidad de aumentar la canchada o que llame la atención al comercio y consigan por otra vía que se reduzcan márgenes”, dijo.
Advirtió que la cadena comercial es la que se lleva la mayor parte de la ganancia en el negocio yerbatero. “Si descomponés el precio en góndola encontrás que la mitad se reparte entre toda la cadena productiva, es decir productores secaderos y molinos, y la otra mitad se la reparten entre el eslabón comercial y los impuestos nacionales y provinciales. Con ese esquema, un precio de salida de molino de 24 pesos, que es lo que se queda el industrial, se vende a 45 o 50 pesos a los consumidores. La remarcación de los comercios oscila entre 45 y 60 por ciento, es una distribución injusta porque los productores, secaderos y molinos trabajan más de un año para obtener un paquete de yerba, mientras que el comercio tiene una rotación rápida”, explicó.
Delapierre señaló que el principal problema para llegar a un acuerdo en el seno del directorio del Inym pasa por una diferencia de postura dentro del sector de la molinería. “Hay dos sectores en la industria, uno accedería a actualizar los precios oficiales de la hoja verde y la canchada a los valores que efectivamente se está pagando en el mercado: alrededor de 4 pesos por kilo de hoja verde y alrededor de 15 pesos por kilo de canchada, pero hay otro sector de la industria que no quiere aumentar en nada los valores oficiales de 13,30 pesos para la canchada y 3,60 por en de hoja verde”, indicó.
