Sobre como es acercar el chamamé a la gente y al resto del mundo, manifestó: «siempre es difícil porque de alguna manera siempre estás como rindiendo exámen, dentro del chamamé o la música folclórica hay estereotipos por lo que hay que reeducar al público. El chamamé es un mundo inmenso con más de doscientos años de historia y frentes estéticos. No todo es bailable y fiesta».
«Estos últimos 20 o 30 años, el chamamé rompió un poco las barreras. Hay que mostrar otra música nuestra además del tango y con otro instrumento. No conocen esta música», aseguró Spasiuk, el músico misionero que con su acordeón llevó el chamamé a varios países del mundo.
«Mi proyecto es comunicar y entender el contexto de donde viene esta música. Ejercitar la docencia y la parte histórica, disfruto de eso. Vengo del país de donde viene el tango pero la Argentina es un país inmenso donde hay una gran diversidad musical, donde hay un mundo sonoro llamado chamamé», sostuvo.
Con más premios que discos editados, y eso que diez no son pocos, el Chango analizó nuestra cultura actual y el manejo político que hay sobre ella: «Todo se ve muy superpuesto en el medio de cosas más previsibles o mediocres. Hay artistas sumamente talentosos y jóvenes, pero la cultura no está exenta de las movidas sociales, miden los resultados inmediatos y las expresiones culturas no quedan afuera de eso».
«Hay municipios, pueblos del interior que no tienen actividad musical o cultural durante todo el año y cuando un dirigente quiere logar un impacto arma un festival y ese el gran momento cultural», asegura el músico que recorrió todo el país.
«Ojalá no busquen la superficialidad de las cosas estéticas o sólo el impacto mediático. En sus acciones y decisiones no están demostrando un interés real. Hay un montón de jóvenes que van a salir a hacer su camino, que van a buscar resultado inmediato porque la misma sociedad lo pide. El mundo adulto le dice a los jóvenes que a la sociedad le falta contenido, y los mismos adultos que tienen ese discurso, en sus acciones políticas no trabajan el desarrollo y fortalecimiento de esos aspectos. En el medio de estas contradicciones la gente produce arte», explica Spasiuk.
«Lo que veo es todo muy blanco sobre negro, muy mezclado, hay de todo y uno tiene que estar atento para poder separar y quedarse con algo sustancioso», finalizó el músico que el próximo 3 de octubre dará cátedra con su acordeón.
Por Analía Anchel, Rating Cero