El presidente de la Sociedad Argentina de Escritores Filial Misiones, Anibal Silvero, participó este sábado de un Panel en apoyo a Nelson Aguilera, -escritor paraguayo sobre el que pesa una sentencia de dos años y medio de prisión por plagio- llevado a cabo en el marco de la décima LibroFeria de Encarnación que se desarrolló en la Plaza de Armas de dicha ciudad, del 2 al 7 de setiembre.
Del panel participaron, además de Silvero, el Presidente de la Sociedad de Escritores de Paraguay Filial Itapúa, Julio Sotelo, el Vice Presidente de la Sociedad de Escritores de Paraguay Sede Central, Alejandro Hernandez, el periodista y escritor Antonio Pecci, y el propio Aguilera, quien detalló las vicisitudes que está sufriendo a causa de una demanda iniciada hace varios años por María Eugenia Garay, quien lo acusa de haber plagiado una de sus obras, con argumentos que los expositores tildaron de «infundados».
«Todavía no sé por qué esta señora me está haciendo esto, y sólo una explicación le encuentro: las pasiones humanas», sentenció muy sentido Aguilera.
Varios de los disertantes coincidieron que se trata de un problema de lucha de clases, donde «a la señora de doble apellido, Garay Zucolillo, le molesta sobremanera que un morochito de barrio venda más libros que ella, y está usando el tráfico de influencia para lograr su cometido, que es ver a su colega en la cárcel», sostuvieron.
Al respecto, Silvero afirmó que lo que está por suceder en Paraguay es una «aberración cultural» y que «es muy importante que los jueces abran muy bien los ojos antes de emitir la sentencia final, ya que estarían perjudicando a la literatura paraguaya toda», expuso el Presidente de Sadem, refiriéndose al precedente que sentaría el fallo.
Recientemente, la Corte rechazó un pedido de casación efectuado por Aguilera, y fuentes del caso aseguraron que la última alternativa del escritor paraguayo es que la Justicia tome en cuenta un pedido de inconstitucionalidad efectuado por su defensa, caso contrario sería inminente la disposición final con el fallo de la Corte que implica dos años y medio de prisión a cumplir en la cárcel de Tacumbú, según dicta la sentencia.
