Un informe de la fundación del Centro de Estudios de Educación Argentina (CEA), de la Universidad de Belgrano sugiere que las universidades públicas distribuidas en todo el país están inmersas en el fracaso educativo ya que el “44 por ciento de sus estudiantes no aprueba más de una materia por año”.
Según los datos de 2011, los peores resultados se dan en las universidades nacionales de Jujuy, Misiones y Salta, mientras que los mejores desempeños los tienen las de Villa María (Córdoba), Lomas de Zamora y La Rioja.
“Además de observarse el alto porcentaje de alumnos con pocas materias aprobadas, hemos estudiado el presupuesto universitario por graduado y la relación que este indicador tiene con ese porcentaje. La brecha entre universidades con menor y mayor presupuesto por graduado llega a ser de casi 1700 por ciento”, asegura Alieto Guadagni, ex secretario de Energía de la última dictadura y de Industria, durante el menemismo y hoy cercano al candidato presidencial Sergio Massa.
Los alarmantes datos de Misiones fueron desmentidos con contundencia por el rector de la Universidad Nacional de Misiones, Javier Gortari, quien apuntó a la inclinación política de Guadagni, que, como Massa, consideraron excesivo el presupuesto universitario, justo cuando más recursos recibe del Gobierno nacional.
“Una estadística se puede mirar de muchos lados. Eso está publicado de un centro de investigaciones que dirige Arieto Guadagni que es un político opositor al Gobierno y que está planteando junto al candidato presidencial Massa el exceso presupuestario en las universidades públicas”, sostuvo Gortari.
“Hay un 30 por ciento que no rindió materias pero hay un 70 que sí rindió y casi un 40 por ciento que rindió tres materias o más. O sea que el número mejora si empiezo a mirar el vaso medio lleno”, comparó el rector misionero.
De todos modos, aunque su mirada es positiva, el funcionario no negó la necesidad de mejorar la retención y el desempeño de los jóvenes universitarios, “mirando sobre todo la tasa de graduación”.
“Pero venimos mejorando en esto y digo, cuál es la lectura que se pretende imponer: que hay un despilfarro presupuestario. Nosotros pensamos que no, que eso sin duda hay que mejorarlo y hacerlo más eficiente pero estamos logrando una cantidad creciente de estudiantes que terminan sus carreras y en un lugar como la UNaM, donde los ingresantes provienen en su mayoría de hogares muy complicados en términos económicos, socioculturales. Entonces, no puedo comparar con el Colegio Nacional de Buenos Aires, me tengo que comparar con Tres Capones, con los hijos de los tareferos, desde ese lugar nos tenemos que comparar. Entonces me parece muy sesgada querer comparar naranjas con manzanas”, insistió Gortari.
El rector sostuvo que es creciente el número de egresados. En 2013 hubo 820 graduados contra poco más de 700 de 2012. “Venimos creciendo en graduados, no es lo que nos satisface, estamos aspirando a avanzar bastante más. Pero cuando miro este dato de que hay casi 3 mil chicos que rindieron seis o más materias en el año 2012, también me da una buena expectativa de que esos chicos están en un buen ritmo de trabajo como para graduarse en un tiempo razonable”.
“Hay mejores índices y estamos permanentemente trabajando. Además nosotros tenemos que ver la película completa que es el secundario, el nivel inicial, todo ese proceso de escolaridad nos va a dar como resultado un estudiante mucho más completo y experimentado cuando termine el secundario. En el secundario también estamos trabajando con distintos programas de capacitación docente a los docentes del secundario, sobre todo en la parte de lo que son ciencias duras: matemática, física, biología, química, y tenemos que revertir muchísimos años de desinversión en la educación y eso lleva un tiempo, no es que pongo el insumo acá y me sale en la máquina el producto al otro día”, enumeró.
Para Gortari hay una visión política de fondo que distingue la universidad actual de la que pretende Guadagni. “Hay una cultura institucional de lo que fue históricamente la Universidad. Fue pensada y estructurada y organizada para capacitar a las elites, de colador de la primaria y la secundaria y de los que podían llegar a la universidad que eran de clase media para arriba. Y hoy estamos pensando en una educación universitaria de tipo masivo, pensada como un derecho y como el compromiso de toda la sociedad de darle a cualquier chico que termine el secundario el derecho y la oportunidad de tener estudios superiores independientemente del origen geográfico y social del que provengan. Eso es un cambio in situ de lo que es la concepción de la educación a nivel nacional y lo que es la actitud individual de cada docente al frente del aula. Y eso cuesta cambiarlo. En los 90 no necesitábamos científicos, profesionales, todos venían cortados de China y de Taiwán y producíamos vaca, soja, queso y éramos felices. Y eso terminó y todos sabemos cómo. Entonces me parece que el esfuerzo en educación es el mejor que puede hacer un país independientemente de las ideologías políticas en termino del futuro que espera para las generaciones que vienen”, reflexionó.
Un nuevo modelo
La decana de la Facultad de Humanidades de la UNaM, Gisela Spaciuk aseguró que no es cierto que el 70 por ciento de los alumnos no rinde. Aseguró sin embargo, que hay que mejorar la tasa de inserción. Indicó que el estudiante que trabaja es un tema que hay que atender.
“Todavía en nuestra facultad el modelo que tenemos es sumamente escolarizado, es decir que le pedimos al estudiante que pase muchas horas en clase. Pero no es solo el tema del trabajo, sino mujeres que además trabajan o son madres y amas de casa”, señaló.
Dijo que la materia que dicta, donde cursan cinco carreras diferentes, el 22 por ciento está con esas características (trabajo, amas de casa, madres). Detalló además que sobre 250 ingresantes, 189 rindieron entre dos y cinco materias. “Es falaz que el 70 por ciento no rinde, no es cierto el dato”, aseveró.
