El Tribunal Penal de Eldorado lo encontró culpable del delito de “doble homicidio culposo”. Para los jueces, mató sin intención de hacerlo, pero actuó con negligencia. En el accidente perdieron la vida dos turistas estadounidenses.
Esta mañana, el Tribunal Penal de Eldorado condenó a dos años de prisión en suspenso a Mario Aguirre, quien comandaba la embarcación cargada con turistas que naufragó en Cataratas el 21 de marzo de 2011.
El fiscal Federico Rodríguez había solicitado dos años y medio de castigo condicional para el timonel, mientras que la defensa había requerido la absolución.
El fallo de los camaristas María Teresa Ramos (presidente), Lyda Gallardo y Atilio León se conoció pasadas las 9.30. A esa hora, al único imputado se le dio la oportunidad de que diera sus últimas palabras antes del dictado de la sentencia. Después vino la deliberación de los magistrados.
Para los jueces quien comandaba el gomón mató sin intención de hacerlo, pero actuó con negligencia. En el accidente perdieron la vida dos turistas estadounidenses.
El lunes, en su alegato, la Fiscalía había considerado que el accidente se produjo por negligencia del timonel, ya que, sostuvo, no midió las consecuencias que tenía acercarse demasiado a los saltos con la embarcación.
Rodríguez desechó la versión del capitán del gomón, quien había dicho que en la zona la caída de agua provocaba un efecto de expulsión, por lo que la nave salía y no había peligro. Para el fiscal, era exactamente al revés, había succión y esto explicaría por qué el gomón fue “chupado” y luego dio contra las rocas, para finalmente hacer una vuelta campana.
La tragedia en cuestión sucedió el 21 de marzo de 2011, a las 10.50 en el área de Cataratas.
La Fiscalía también descartó que haya habido un oleaje fuera de lo normal esa mañana y lo argumentó con un parte de la Prefectura que hablaba de que el río Iguazú se hallaba estable y en bajante.
Aguirre fue asistido por el defensor particular José Aranda, quien basó su estrategia en la versión de que las condiciones hidrológicas fueron las desencadenantes de la tragedia. En su alegato, por ejemplo, reiteró que las olas provocaron en el timonel algo así como un estado de desorientación que lo hizo perder el control de la embarcación, que impactó contra las rocas y naufragó.
El día de la tragedia, en el gomón que recorre el río Iguazú hasta el pie de los saltos viajaban ese día diez personas. Ocho de los pasajeros lograron salvar sus vidas. Sin embargo, los estadounideneses Laura Matejik (abogada) y Phillip Musgrove (economista) fallecieron. La primera fue sacada con vida, pero murió a los pocos minutos. El segundo perdió la vida por los golpes que sufrió en la cabeza al dar de lleno contra las piedras.
La mayor parte de los sobrevivientes del naufragio no declaró en el juicio, por tratarse de personas que residen en el exterior. Sí dieron su testimonio durante la instrucción de la causa. Allí, ante el juzgado de Instrucción de Iguazú, indicaron que ese 21 de marzo el río estaba normal para la navegación y no hablaban de oleaje alguno. Dijeron además que el bote se acercó demasiado a la pared de los saltos y que incluso golpeó contra las rocas antes del naufragio.
