Bandera de largada

Escribe Juan Carlos Argüello, Jefe de Redacción de Misiones On Line

Todavía falta para la recta final, pero la campaña para las elecciones de 2015 ya empezó. El modelo se vuelve a poner en discusión después de más de una década y contra todos los pronósticos, nadie puede asegurar esté en retirada. La firmeza de la presidenta Cristina Fernández en no ceder en el conflicto con los fondos buitre coloca al kirchnerismo en el centro de la escena y obliga a la oposición a mostrar cartas que preferirían mantener escondidas.
La decisión de establecer a Buenos Aires como lugar de pago de los bonos reestructurados para sortear la incomprensible parcialidad del juez Tomas Griesa, pone a todos en el compromiso de asumir una postura que vaya más allá de la coyuntura chica, electoralista. Oponerse a la estrategia oficial tiene como reflejo respaldar la estrategia de los buitres cuando prácticamente toda la comunidad internacional –y los bonistas que sí ingresaron a la reestructuración- apoya la postura oficial.
Por eso algunos aspirantes al principal sillón se ven de pronto desnudos, impúdicos, ante la mirada escrutadora de una sociedad que no mira sólo el ahora, sino el futuro.
En momentos como este no vale sólo oponerse. También es necesario proponer. Y no hay propuestas o las que se esbozan caen en el reduccionismo de las viejas recetas que fracasaron estrepitosamente con un saldo demasiado doloroso como para ser removido de la memoria reciente.
Son días ideales para escuchar. Porque lo que se diga ahora tiene un alto valor para el futuro inmediato. Sin caer en la dualidad de patria o buitres, en esta disputa se define qué modelo económico se ofrece al país. La soberanía para tomar decisiones políticas o el regreso al sometimiento de los mercados internacionales.
Adelantar que no se acompañará el proyecto girado al Congreso por la Presidenta no significa no acompañar al Gobierno. Significa mucho más.
Mauricio Macri es el más claro. Él propone pagar como ordena Griesa, aunque eso dispare mecanismos que desharán todo el canje y hará crecer exponencialmente la exposición de la deuda.
Sergio Massa es más ambiguo. No quiere acompañar al kirchnerismo, pero pretende liderar al resto de la oposición con un proyecto casi copiado, pero distinto. Massa no quiere que sea Buenos Aires la sede de pago, porque eso se traduce en “desconfianza” para los inversores. Es decir, el país que aspira a gobernar, no es confiable.
Sin embargo, no puede distanciarse del todo, porque la idea oficial coincide con la expresada por Roberto Lavagna, economista estrella del massismo e ingeniero original de los canjes de deuda. El ex ministro de Duhalde y Kirchner coincide en que el fallo de Griesa es incumplible pero quiere abrir un abanico de opciones para los tenedores, que exceda a Buenos Aires.
El radicalismo, fagocitado por la Faunen y los desesperados intentos de algunos dirigentes de subirse al tren macrista, no logra una estrategia unificada. Carrió dinamita cualquier táctica común, pero el bloque radical ya decidió jugar como Macri pese a que varios diputados podrían votar en disidencia.
El misionero Luis Pastori deslizó un respaldo inicial, pero horas después su bloque lo contradijo.
“La UCR debe acompañar la posición argentina en el Parlamento”, advirtió el referente de juventud radical, Leandro Santoro, quien pidió además “memoria histórica” al referirse al proyecto de Pago Soberano de la deuda.
El joven que cada vez que habla hace crujir las estructuras anquilosadas del centenario partido, señala que “a juzgar por las declaraciones de los economistas del establishment y sus representantes políticos, lo que verdaderamente buscan los que se oponen al cambio de jurisdicción de los bonos reestructurados, es que la Argentina les pague ‘cash’ a los buitres”.
”Lo que es lo mismo que decir que se liquiden las reservas del Banco Central en meses”, dijo Santoro, quien añadió: “De tal manera que se produzca una corrida cambiaria, que dispare una hiperinflación, que a su vez genere estallidos sociales para que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner terminé en diciembre como (Raúl) Alfonsín en 1989, de tal forma que los que vienen tengan el mismo margen de maniobra que (Carlos) Menem para aplicar cirugía mayor”.
Es difícil que en su partido usen esa memoria histórica, por lo que habrá que esperar la hora de la votación en el Congreso, donde el oficialismo tiene mayoría.
De todos modos, como explicó Joseph Stiglitz, “a los mercados del mundo les interesa sólo una cosa: la habilidad de repagar la deuda, y la Argentina ha demostrado en los últimos años voluntad y capacidad de pago”.
El premio Nobel de la Economía, sostiene que “la Argentina no está en default: pagó los compromisos asumidos” y “desde una perspectiva global, no es posible entender por qué un juez llega a tener el derecho de juzgar acerca de cualquier bono en el mundo. La extraterritorialidad debería ser inaceptable”.
Acá se piensa otra cosa. Acá, quienes llevaron al país al colapso neoliberal, son los más acérrimos defensores de Griesa y los fondos Buitre.
El PRO, lleno de dirigentes surgidos de los think thank financiados por esos “fondos de inversión”, es el más aplicado. Ex funcionarios de la Alianza, que no dudaron en aplicar un salvaje ajuste sobre los jubilados y asalariados, como Patricia Bullrich, ahora en el macrismo, dan lecciones: “Este default lleva el sello de la ineptitud kirchnerista para manejar cuestiones de Estado”, dijo la ex ministra de Trabajo de la Alianza, que terminó en el desastre de 2001.
El caso más llamativo es el de Domingo Cavallo. En estos días tuvo sus minutos de fama en cuanto programa político de los medios corporativos haciendo publicidad de su libro “Camino a la estabilidad”. La estabilidad con pies de barro que supimos conseguir.
Nadie puede pedir a esta altura que Cavallo cambie sus ideas. Ni mucho menos. Expresa un modo de pensar que es conocido desde hace más de cuarenta años, cuando inició su carrera en la política grande durante la Dictadura, como presidente del Banco Central. Fuera eso de discusión, no se puede dejar de advertir que se lo presenta como el poseedor de ideas salvadoras, cuando fueron las suyas las que hundieron al país en su peor crisis, después de un período de relativa estabilidad, con costos sociales demasiado elevados.
Escandalizó a los medios un escrache al ex ministro de Economía, cuando integrantes de la agrupación Quebracho le arrojaron huevos antes de disertar en la sede de la Universidad Católica Argentina. Pero las políticas que dejaron a millones de personas excluidas, no escandalizan.
Tampoco les llama la atención que la UCA, que es utilizada como fuente para alertar sobre los “elevados” índices de pobreza actuales, tenga como estrella invitada a quien empobreció a millones de argentinos, incluso afectando a las clases media y alta con sus últimas medidas, como el corralito.
Es por lo menos incongruente, aunque sirve para mirar con otros ojos los preocupados informes de la UCA, que son usados por los medios como contraste a las estadísticas oficiales.
El escenario planteado favorece la centralidad del kirchnerismo en el camino a 2015. Son varios los lanzados y no se descarta la aparición de un tapado del cristinismo en tramos definitivos.
Ante la opción de deshacer casi todo, que ofrece la oposición, los aspirantes del oficialismo proponen profundizar con “matices”.
Daniel Scioli, uno de los principales candidatos, vino a Misiones y se tomó su tiempo para conocer un poco de la realidad local. Su esposa, la ex modelo Karina Rabolini encabezó la avanzada y realizó varias acciones solidarias.
Aunque muchos le desconfían, Scioli se mostró como una expresión de la lealtad –nadie puede dudar que en los últimos años permaneció fiel pese a varios desplantes- y aseguró que “el país necesita más que nunca responsabilidad para que en Argentina el verdadero cambio no sea volver a empezar”.
Conocedor de la gestión pública desde distintos espacios, Scioli sabe además de las urgencias de los gobernadores y, aunque apenas esbozó ideas generales, apuntó a la escasez de infraestructura para el desarrollo que todavía persiste en Misiones.
En un acto compartido con el gobernador Maurice Closs y el presidente de la Legislatura, Carlos Rovira, aseguró que “Misiones es una gran protagonista de la agenda del crecimiento y tenemos que proyectarla al desarrollo”.
El mensaje también llegó por elevación a Buenos Aires. “La lealtad es una manera de vivir, que tiene que ver son ser agradecido, coherente, previsible y constante, no estar ahí sin convencimiento saltando para donde sopla el viento. A lo largo de estos años puedo tener la autoridad y tranquilidad de no flaquear frente a las adversidades y no creérmela cuando las cosas salen bien. Por eso soy un leal a Cristina, igual que Closs y Rovira”, sentenció.
Scioli y Closs expresaron en varias oportunidades coincidencias políticas y el misionero sostuvo que su colega “es el camino más corto” hacia 2015.
Rovira no dejó lugar a especulaciones: “No tengo dudas que el hombre para Argentina es Daniel Scioli», lo presentó.
El campeón mundial de la motonáutica tampoco dudó al responder si de Misiones podría salir su compañero de fórmula. “Obvio, todo puede pasar. Si me acompañaran”, fue su primera respuesta en una tumultuosa rueda de prensa.
La señal de largada del tiempo político en Misiones será dada hoy, con la interna que definirá los candidatos a gobernador y diputados del radicalismo.
Se enfrentan Gustavo González, con el padrinazgo de Cacho Barrios Arrechea y Osvaldo Navarro, representante de un ala que pretende imponer otra corriente de pensamiento en la UCR.
Aunque la saludable costumbre de ordenar sus candidatos a través de internas se mantiene, al mismo tiempo persisten actitudes que ponen en peligro la transparencia de los comicios.
El cardiólogo Navarro advirtió que está “muy preocupado” por las maniobras del aparato partidario para controlar las elecciones. Es el mecanismo de distribución de presidentes de mesa para el control de los comicios lo que preocupa al candidato.
Por Carta Orgánica, la cúpula partidaria tiene mayoría para designar a los fiscales y presidentes, lo que genera un reparto inequitativo.
Aunque hubo negociaciones a último momento para mejorar el reparto, Navarro advirtió que hay fiscales que supuestamente los representarán que “ni siquiera conocemos”.
“Mano a mano les ganamos, pero con las trampas de siempre, es casi imposible”, definió un diputado que apoya a Navarro.
Los acompañantes del cobista también denunciaron manipulación de los padrones con los que trabajaron para preparar la campaña. Trabajaron con varios y los datos no coincidían con los que finalmente se usarán. Se habla de 60 mil afiliados, pero en la práctica no quedarían ni la mitad, según admiten los apoderados que no descartaron que el domingo termine con la judicialización de la interna.
Los massistas misioneros también esperan dirimir candidaturas en una interna, la propuesta que más alienta Ramón Puerta, el ex diputado nacional que se ofrece nuevamente para liderar al “peronismo opositor” y ser el enlace entre la unión de Macri y Massa. Es el escenario que más le conviene, ya que tiene un piso de votos como para quedarse con el liderazgo, pero se encuentra con el problema que los demás pretendientes no quieren compartir espacio con el apostoleño. Por eso, reconocen, Massa todavía no tiene fecha cierta de visita a Misiones, ya que no sabe con quien debe presentarse en sociedad.
El desembarco del massismo en la provincia también tiene problemas judiciales. A la disputa por el nombre, que en Misiones identifica al Frente Renovador desde 2003, se suman las complicaciones del partido que pretendía convertirse en su pata local.
El partido Renovador está a un paso de perder su personería jurídica por falta de afiliados y numerosas irregularidades en cuanto a la rendición de los fondos públicos que recibió en los últimos años como parte del Frente Renovador.
El partido que preside Karla Higa es uno de los que se opone a que el Frente Renovador misionero adopte oficialmente ese nombre como partido político.
Pero lo cierto es que no puede explicar en la Justicia electoral el destino del dinero que recibió en los últimos cinco años. En 2009 su balance fue aprobado con multas, el de 2011 fue desaprobado y los de 2012 y 2013 ni siquiera fueron presentados, por lo que se le decretó la pérdida de aportes.
Tampoco alcanza la cantidad mínima de afiliados estimada actualmente en 3152. El fiscal Ricardo Di Loreto pidió al juez electoral que se resuelva la caducidad de la personería jurídica del partido, por lo que Massa se quedaría sin un sello para desembarcar en Misiones.
De todos modos, la conducción del partido Renovador no quiere desprenderse del paraguas del frente y espera que el tiempo trascurra para decidirse.
El peronismo también deshoja la margarita esperando la definición del kirchnerismo. Aunque algunos se desprendieron para sumarse a la moda Massa, la mayoría espera por Randazzo, Rossi, Domínguez o Scioli o alguno más que aparezca. Sin fecha de internas ni aspirantes reconocidos, la corriente mayoritaria se jugará con el kirchnerismo. “Debe ser inminente el recambio generacional y los jóvenes acompañados por los más grandes, queremos ser actores principales en las próximas contiendas electorales, porque somos la garantía para que este proyecto que se inicio en el 2003, pueda seguir conquistando en el futuro”, definió Daniel Di Stefano, uno de los que asoma como la nueva oferta electoral del PJ.

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