Le dictaron la prisión preventiva a seis de los policías imputados por la muerte de Guirula

Entre ellos está la oficial Lourdes Beatriz Tabarez, seriamente comprometida por los testigos. Los otros tres acusados serán liberados.

Se esperaban novedades esta semana en el caso Guirula. Y los pronósticos no estaban errados. Este viernes el juez de Instrucción Uno, Marcelo Cardozo, le dictó la prisión preventiva a seis de los once policías imputados por el crimen del albañil de 30 años asesinado a patadas la madrugada del 19 de julio tras ser demorado en un motel posadeño. Es el grupo que seguirá entre rejas hasta el juicio oral y público.
La oficial Lourdes Beatriz Tabarez, el sargento primero Claudio Marcelo Servián y el agente Carlos Da Silva, todos de la seccional XIII; y los cabos primeros Lucas Nahuel Saravia y Ricardo Escobar; ambos del Comando Radioeléctrico de la Unidad Regional Uno, fueron imputados por el magistrado como responsables del delito de “torturas seguida de muerte agravadas”, prevista en el Artículo 144 ter del Código Penal, que textualmente dice:
“1. Será reprimido con reclusión o prisión de ocho a veinticinco años e inhabilitación absoluta y perpetua el funcionario público que impusiere a personas, legítima o ilegítimamente privadas de su libertad, cualquier clase de tortura.
Es indiferente que la víctima se encuentre jurídicamente a cargo del funcionario, bastando que éste tenga sobre aquélla poder de hecho.
Igual pena se impondrá a particulares que ejecutaren los hechos descritos.
2. Si con motivo u ocasión de la tortura resultare la muerte de la víctima, la pena privativa de libertad será de reclusión o prisión perpetua. Si se causare alguna de las lesiones previstas en el artículo 91, la pena privativa de libertad será de reclusión o prisión de diez a veinticinco años.
3. Por tortura se entenderá no solamente los tormentos físicos, sino también la imposición de sufrimientos psíquicos, cuando éstos tengan gravedad suficiente”.
Para el juez, este es el grupo que golpeó de manera letal a Carlos Raúl Guirula, tanto en el interior del motel como en la vereda del albergue transitorio ubicado en Santa Catalina y Andresito.
El albañil murió por la hemorragia que sufrió a raíz del aplastamiento de tórax que le causaron las patadas que recibió.
También recibió la prisión preventiva el oficial subayudante Carlos Alberto Zidorak, del Comando Radioeléctrico. Para Cardozo, cometió el delito de “omisión funcional para evitar torturas”.
Ahora, el magistrado deberá decidir si los cinco policías hombres siguen alojados en la comisaría Tercera o los envía a la Unidad VI para Encausados de Miguel Lanús. Tabarez continuará en la Cárcel de Mujeres de Posadas.
El juez además se pronunció acerca de los también imputados agentes Jorge Marcelo Bogado y Jorge Orlando Barrios; y del cabo primero Sergio Damián Recalde, los tres también del Comando Radioeléctrico. Consideró que ellos incurrieron en la figura delictiva de “omisión de denunciar torturas”. Como es excarcelable, los tres podrán volver a sus casas.
Cardozo terminó de resolver la situación de los 9 policías que permanecían presos a las 15. Redactó una resolución por cada imputado. Fue un trabajo minucioso que le demandó varios días.
Los dos imputados restantes ya habían sido excarcelados. Son el oficial Javier Olmedo y el suboficial mayor José Veloso. Los dos prestaban servicios en la seccional XIII del barrio Guazupí.
Para pronunciarse el magistrado tuvo en cuenta las declaraciones de los testigos, los elementos que surgieron en la reconstrucción del hecho; y lo que declararon los mismos imputados. En base a todos los indicios, se determinó el rol que le cupo a cada uno de los sospechosos y se calificó la conducta de cada uno de ellos.
En sus argumentos Cardozo también sostiene que hay indicios para suponer que una vez que se produce la muerte de Guirula, los policías lavaron la camioneta en la que lo habían trasladado, para borrar evidencia.
El sábado 19 de julio Guirula y dos amigos entraron en el motel Park con dos prostitutas. Cuando ya se retiraban, el albañil tuvo una discusión con el conserje, porque se negaba a pagar la cuenta de lo que había consumido. Consideraba que lo que le querían cobrar era excesivo. Desde el albergue transitorio llamaron a la Policía y al rato cuatro patrulleros llegaron al lugar.
Guirula no solo fue recudido y esposado. La dieron una paliza brutal que hizo que llegara muerto en el patrullero en el que lo trasladaron a la comisaría XIII.

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