En rueda de sospechosos, no reconocieron a Paz como el que compraba madera a los Knack

Fue convocado un empleado del aserradero que solía tratar con el hombre que para los investigadores era el ex prefecturiano. Sin embargo, el trabajador no reconoció a Paz, que estaba entre los sospechosos que le exhibieron.

Hay expectativas en torno a la resolución que de un momento a otro va dictar la jueza de Instrucción Uno de Oberá, Alba Kunzmann de Gauchat, en relación con los imputados por la llamada Masacre de Panambí. Fuentes cercanas al caso indicaron que los plazos están casi cumplidos y que la magistrada tiene por delante la tarea de decidir si amerita o no la prisión preventiva para los cuatro sospechosos.
En los últimos días trascendieron las medidas de prueba que se llevaron a cabo en el marco de la causa. Dos son las de mayor repercusión: un reconocimiento de sospechosos al que sometieron al ex prefecturiano Pablo Julio Paz (51), que dio negativo. Y el relato de tres testigos que afirmaron que otro de los acusados, el chapista Marcial Alegre (45), estuvo en San Javier durante todo el 25 de mayo, día en que asaltaron y prendieron fuego vivos a Oscar Carlos Knack (43), su mujer Graciela (42) y a dos hijos del matrimonio, Bianca (12) y Cristian (25). Todos perdieron la vida a raíz de las graves quemaduras que sufrieron.
Fuentes cercanas a la investigación indicaron que los mencionados testigos afirmaron que Alegre estuvo trabajando la madrugada del feriado patrio en la panadería que tiene su familia y que luego incluso participó del fraccionamiento de los productos. Contaron, además, que almorzó con los suyos y que pasó también el resto del día en la localidad costera del Uruguay. En los próximos días declararían otros testigos que aseguran haber visto al sospechoso en el mismo pueblo.
En relación a la rueda de reconocimiento, trascendió que a quien se convocó fue a un empleado del aserradero de los Knack. Era el que supuestamente solía tratar con el ex prefecturiano que le compraba madera a la familia y que para los investigadores no es otro que Paz. Sin embargo, cuando tuvo que señalar de entre un grupo de sospechosos al imputado, no lo reconoció. Le pidieron que dijera si entre esos hombres que le indicaban estaba el ex prefecturiano y respondió que no.
Familiares de Paz remarcaron esta situación. “El padre de la familia Knack, en un momento de lucidez, dijo que no conoció a ninguno de los atacantes. La descripción que dio Cristian del ex prefecturiano no coincide con la de Pablo Paz y nunca lo identificó con tal nombre. Nano Knack, en su declaración, dijo que el único que podía reconocer al exprefecturiano es el empleado que lo atendía y que siempre charlaba con el. En rueda de reconocimiento, ese empleado no reconoció a ninguno de los hombres expuestos”, sostuvo una hermana de Paz, que se contactó con Misiones Online y dijo estar indignada con las “mentiras” que hay en torno a la acusación contra su pariente.
También cuestionó la prueba más contundente que pesa sobre Paz: la huella suya detectada en la caja de zapatos de donde la banda tomó los 300 mil pesos que le robaron a los Knack. Deslizó que no es creíble y que “se hizo sin testigos”.
Los cuestionamientos también se escucharon en boca de los allegados de otro de los imputados que tiene el caso, el suboficial del Ejército Rubén Orlando Bueno. La semana pasada, sus familiares hicieron una protesta frente al juzgado de Gauchat para pedir la liberación del militar. Ellos aseguran que está comprobado que el hombre, de 52 años, estuvo en San Javier el día en que sucedió el brutal atraco en la casa del kilómetro 7 de la ruta provincial 5.

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