Alguna vez, Victor Hugo Morales dijo sobre la medalla de Oro conseguida por el Seleccionado de Básquet encabezado por Emanuel Ginobili: «se trata del mayor logro deportivo jamás alcanzado por Argentina, inclusive por encima del Mundial de México 86». Y la medalla de Oro comenzó a soñarse con el partido que Argentina le ganó a Serbia y Montenegro en el último segundo, con una pirueta formidable de Manu Ginóbili, quien hoy, diez años más tarde, no podrá ser de la partida para despedirse en el Mundial de España de esta formidable Generación Dorada.
En la tabla general la victoria ante Serbia y Montenegro significará dos puntos, pero en realidad el triunfo ante los europeos tiene otro valor. Argentina ganó, está bien, pero además se sacó a un candidato de encima, comenzó ganando en el certamen, se tomó revancha de la final perdida en el Mundial de Indianápolis y lo más importante de todo fue que el elenco de Rubén Magnano jugó en un gran nivel.
Esta vez el equipo jugó en gran dimensión y por momentos borró del campo a su rival. Tuvo un foco ofensivo que se llamó Emanuel Ginóbili. El escolta fue clave en el primer cuarto, donde fue el abanderado de todos los ataques, y vital en el cierre del partido para festejar el triunfo.
Argentina no mostró dificultades para enfrentar la defensa zonal. En el momento que Zeljko Obradovic mandó una defensa 2-1-2, Ginóbili apareció en grande y clavó triples fundamentales para culminar el primer cuarto con 17 puntos y 4/4 en triples. Con la mano caliente desde 6m25 (Argentina lanzó 6/6 en los primeros 13 minutos de juego) los europeos descartaron la zona para regresar a la marca individual.
Fabricio Oberto y Rubén Wolkowyski cumplieron en su función de parar a los internos. No se cargaron rápidamente de faltas, cubrieron a gusto el rebote defensivo y colocaron cortinas para que los tiradores gozaran de libertad al momento de efectuar el tiro (Argentina culminó con 72% en tiros de campo el primer tiempo).
La defensa de Ginóbili y Andrés Nocioni sobre Dejan Bodiroga permitió pocos espacios para el tirador y en los primeros veinte minutos debió forzar varios lanzamientos que gozaron de poca efectividad. Con poca participación de Bodiroga, fue Vladimir Radmanovic quien cargó con el goleo serbio.
Dentro de esas premisas el equipo albiceleste manejó el trámite del encuentro. Siempre estuvo arriba en el marcador y llegó a gozar de una ventaja de 14 puntos al promediar el segundo cuarto (44-30).
De todas formas el trámite de juego se modificó en el tercer cuarto. Argentina se desconcentró y perdió efectividad. Serbia ajustó su defensa, capturó más rebotes ofensivos y con Bodiroga y Radmanovic anotando todo lo que lanzaban imprimió un parcial de 9-2 en seis minutos para acercarse a 51-48.
Obradovic cambió de esquema inicial. Puso cuatro perimetrales en campo y jugó con Dejan Tomasevic como único pívot definido. Con dicho planteó controló el tercer cuarto, permitió un tiro del rival por ofensiva pero no pudo quebrar a Argentina que, pese a anotar 12 puntos en 10 minutos, entró arriba al último capítulo (61-59).
El último período fue una verdadera batalla. Al minuto Serbia pasó al frente por primera vez en el marcador (61-63) y Argentina no encontraba respuestas.
La inclusión de Carlos Delfino le aportó soluciones a un ataque con poca movilidad. El santafesino anotó 6 puntos consecutivos y su equipo reaccionó. Serbia no se quedó y continuó lastimando con las penetraciones de Igor Rakocevic. Apareció Luis Scola y el partido se transformó de ida y vuelta, hasta que un triple de Bodiroga llevó la máxima a 4 (76-80).
Argentina fue a vender cara su derrota y reaccionó con Ginóbili. Manu empató el partido en 81 con un doble y falta a 16 segundos. En la siguiente acción Tomasevic fue a la línea de faltas y como una constante de casi todo el partido anotó 1/2 en simples.
Con 3.8 segundos Argentina se jugó la vida. Alejandro Montecchia subió el balón por el costado izquierdo, el base pasó el balón a Ginóbili que en al aire lanzó la pelota que tras pegar en el tablero y besar la red decretó el triunfo albiceleste.
Síntesis
Argentina (83): Alejandro Montecchia 2, Emanuel Ginóbili 27, Andrés Nocioni 12, Fabricio Oberto 8 (x), Rubén Wolkowyski 5 (FI), Luis Scola 10 (x), Carlos Delfino 8, Hugo Sconochini 5, Juan Sánchez 3, Gabriel Fernández 3. Entrenador: Rubén Magnano.
Serbia y Montenegro (82): Milos Vujanic 15, Dejan Bodiroga 16, Vladimir Radmanovic 21, Nenad Krstic 0, Dejan Tomasevic 6 (FI), Predrag Drobnjak 5, Igor Rakocevic 19, Vule Avdalovic 0, Vlado Scepanovic 0. Entrenador: Zeljko Obradovic.
Parciales: 27-15, 49-39 y 61-59.
Jueces: Carrion Jones (EEUU) y Virginius Dovidavicius (Lituania).
Estadio: Helliniko Indoor Arena.
Juan Manuel Rodríguez
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