Hasta ahora se tiene prácticamente comprobado que a Guirula lo sacaron esposado del motel y que la paliza mortal fue frente al albergue transitorio

El martes arranca la ronda de testimoniales. Uno de los amigos de la víctima ya aseguró en su primera declaración que la patrulla de la comisaría XIII ya había reducido al trabajador antes de que llegaran los refuerzos del Comando Radioeléctrico.

La semana entrante es clave para la causa iniciada por el crimen del albañil Carlos Raúl Guirula (30). El martes arranca la ronda de testimoniales con la declaración clave de los amigos de la víctima, uno de los cuales ya adelantó en su primera comparencia, en el sumario policial, que el trabajador de la construcción fue reducido dentro del motel por los efectivos de la comisaría XIII.
Precisamente, este detalle fue el motivo de las principales contradicciones en la indagatoria de ocho de los once policías presos por el caso. Los uniformados que trabajaban en la seccional mencionada dijeron que ellos no pudieron esposar al trabajador y por eso tuvieron que llamar a sus colegas del Comando Radioeléctrico. En tanto que algunos efectivos del CR sostuvieron que cuando ellos arribaron, el muchacho ya había sido esposado.
Son alrededor de ocho relatos los que recogerá el martes el magistrado Marcelo Cardozo. Además de los conocidos del fallecido, también declararán las dos prostitutas que acompañaban a los amigos en el albergue transitorio de Santa Catalina y Andresito y los empleados del motel.
Fuentes cercanas a la causa confiaron que hasta el momento se tiene casi plena certeza de que a Guirula lo redujeron y esposaron en el interior del albergue y que la andanada letal de patadas las recibió fuera de ese inmueble, poco antes de que lo subieran a la camioneta Toyota Hilux de la seccional del barrio Guazupí, dependencia a la que el joven llegó sin vida.
El coche en el que el albañil y sus amigos fueron hasta el Park es de uno de los allegados de la víctima.
Uno de los amigos, además de contar que al trabajador lo habían esposado dentro del predio del motel, confirmó que integrantes del grupo de policías le ordenaron que se fuera del lugar, sino quería correr la misma suerte que el detenido. “Nene rajá”, fue lo último que oyó antes de escaparse.
En cuanto a los conserjes del Park, hasta ahora el que discutió con Guirula por el pago de bebidas en una de las dos habitaciones que habían rentado los amigos, lo que fue el disparador del llamado a la Policía, sostuvo que no vio lo que pasó al muchacho una vez que llegaron los uniformados. Los investigadores mucho no le creen. Tienen preparadas una cantidad importante de preguntas para él.
Igual de relevante será la información que aporten el otro amigo del albañil y también las prostitutas.
Quienes podrían recuperar la libertad en las próximas horas son el oficial Javier Olmedo y un suboficial de apellido Veloso, quienes están imputados por encubrimiento. Ninguno de ellos participó del operativo, sino que estaban en la comisaría XIII cuando arribó el patrullero con el cadáver de Guirula encima.
También declararán algunos presos que estaban en la seccional y que dijeron haber escuchado cómo «baldeaban» el patrullero, presumiblemente para borrar las manchas de sangre que había dejado en la caja el cuerpo del albañil.

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