A 15 días, el crimen de la pasera sigue impune

La principal teoría es que a Leopoldina Rojas de Ferreira (50) la ultimaron durante una discusión por un diferendo económico. No creen que haya sido ni una venganza ni un asalto.

A quince días, la causa por el crimen de la pasera Leopoldina Rojas de Ferreira (50) continúa impune. En un primer momento, estuvo en la mira un comerciante de la llamada “Feiriña” de Iguazú, incluso lo demoraron. Pero tuvieron que liberarlo por falta de pruebas. Es el único sospechoso y la investigación no ha arrojado mayores resultados, hasta ahora.
En el expediente constan las declaraciones de las personas que vieron por última vez con vida a la trabajadora. Entre ellos de un sobrino, que la había acompañado desde el Paraguay. Ese testigo contó que la mujer estaba muy tranquila, que en ningún momento hizo comentarios de que iba hacia un lugar de riesgo. Ella le dijo que lo esperara, pero nunca regresó.
Para los investigadores está claro que a la pasera, que durante quince años hizo el trayecto entre Puerto Presidente Franco e Iguazú para vender productos varios en ambas orillas, la mataron en un sitio y luego arrojaron en un trillo cercano a la zona de las 600 Hectáreas. El golpe letal lo recibió en la cabeza. El o los asesinos luego la dejaron semidesnuda, con la intención de desviar la pesquisa hacia un presunto abuso sexual, algo que no había ocurrido.
Tanto personal de la comisaría Primera como de la División Investigaciones de la Unidad Regional V trabajan en el caso.
La principal hipótesis apunta a que una discusión por algún diferendo económico fue el desencadenante de la agresión fatal. Fue un golpe certero en el cráneo el que acabó con su vida. El autor, presumiblemente con algún cómplice, llevó el cadáver desde donde sucedió todo hasta el malezal donde luego lo encontró, la tarde del 13 de julio, un integrante de una aldea mbya de las cercanías.
Se descartó la teoría del robo. La pasera no manejaba grandes sumas de dinero. También el de algún tipo de venganza.
Un comerciante al que Leopoldina había dio a ver a la Feiriña de la avenida Brasil fue demorado, junto con su pareja. Sin embargo, no hay pericias ni testimonios que lo vinculen al hecho. Solo conjeturas.

Caso rojas
Los familiares de la trabajadora habían montado una intensa búsqueda. Después les llegó la peor de las noticias.

Al día siguiente de la desaparición, distintas calles de Iguazú estuvieron empapeladas con el rostro de la trabajadora. Sus parientes y conocidos habían iniciado una intensa búsqueda. Estuvieron en vilo una semana, hasta que les llegó la peor de las noticias. Parte de la familia apunta al comerciante de la feria. Sin embargo, tampoco tienen elementos para involucrarlo. Por eso, a más de dos semanas, la muerte de la pasera sigue siendo un misterio sin resolver para la Policía y la Justicia.

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