La producción de azúcar misionera será la mayor de los últimos 25 años

Lo señaló el presidente del IFAI, Ricardo Maciel. Afirmó que el desafío que viene será posicionar la marca Alto Uruguay y mejorar la comercialización de los productos alternativos, especialmente el alcohol. Los productores están conformes con el precio de la caña, pero exigen que la zafra comience antes y les preocupa la suba en sus costos, especialmente de mano de obra. La fábrica está llegando el régimen operativo previsto para este año, de 700 toneladas de caña por día.

Los pesados engranajes del viejo -pero remozado- ingenio de San Javier volvieron a ponerse en acción hace una semana y se espera que puedan mantener el ritmo de trabajo, con la menor cantidad de paradas posible, durante los próximos cinco meses, tiempo previsto para el desarrollo de la presente zafra.

Después de un año muy pobre en materia de producción cañera en 2012 y otro de transición, en el que la prioridad fue instalar las nuevas máquinas y adaptar la deteriorada estructura de la planta, esta zafra se presenta como una prueba de fuego para ingenio, ya que los productores de la cuenca respondieron al desafío que les planteó el Instituto de Fomento Agrícola e Industrial (IFAI) y ahora se preparan para levantar la mayor cosecha de los últimos 25 años.

Según anticipó en diálogo con Misiones Online el presidente del IFAI, Ricardo Maciel, los productores entregarían este año entre 65 y 70 mil toneladas de caña, más del triple de las 20 mil toneladas cosechadas en 2012 y 10 mil toneladas más que la zafra 2013. Ese volumen desacostumbrado de materia prima lista para entregar, sumado a que la zafra empezó un mes y medio más tarde de lo previsto, plantea el desafío de terminar de procesar todo antes de que el calor eleve los costos de cosecha y afecte la calidad de la caña. “Estamos llegando a los niveles que estimamos son los normales para la capacidad de la estructura que tenemos actualmente. Ahora estamos poniendo en régimen la fábrica, moliendo entre 20 y 25 toneladas por hora y la semana próxima esperamos llegar a las 30 a 32 toneladas, con eso llegaríamos a las 600 a 700 toneladas por día, lo que nos permitiría finalizar la zafra el 30 de noviembre”, explicó Benjamín Larroza, administrador del ingenio.

Gracias a mejoras en el aprovechamiento de la materia prima, la fábrica elaboraría este año unos cuatro millones de kilos de azúcar y 460 mil litros de alcohol –aunque la proporción podría variar según demanda de mercado- el doble en relación a lo obtenido el año pasado en ambos productos, lo que permitiría disminuir la rentabilidad negativa con la que históricamente opera el ingenio.

“Estamos pudiendo aprovechar mejor la inversión que se hizo. El año pasado, a medida que producíamos, íbamos armando y desarmando, con las complicaciones que eso significaba. Este año estamos trabajando sin mayores inconvenientes, se van haciendo los ajustes progresivos que requiere la fabrica. Si llegamos a las 65 mil toneladas de caña entregada, que es la estimación, y a los cuatro millones de kilos de azúcar, estaríamos ante un récord de producción y elaboración para los últimos 20 a 25 años”, enfatizó Maciel.

Otro de los aspectos en los que el ingenio espera mejorar este año es la planificación en la entrega. El titular del IFAI reconoció que el año pasado se vieron desbordados. “Los productores, ante la ansiedad de entregar lo antes posible cosecharon todos al mismo tiempo y llegaron todos juntos con los camiones acá, lo que generó demoras y complicaciones de todo tipo. Para este año dispusimos de turnos de corte, lo que nos va a permitir una entrada más ordenada y un uso más eficiente de los camiones, que al tener menos tiempo de espera en planta podrán ser usados para transporte de leña, por ejemplo”, indicó.

Producir más

Para el presidente del IFAI, los desafíos para los próximos años en el sector cañero son bien claros: llegar al tope de capacidad de molienda de la planta industrial, estimado en 90 mil toneladas por zafra, elevar la eficiencia en el procesamiento de esa materia prima y reforzar los aspectos relacionados a la comercialización.

Para cumplir con la primera de las tareas, Maciel consideró que será necesario sumar nuevas hectáreas al cultivo, pero más aún, mejorar los rendimientos de las plantaciones ya existentes, ya que de ese modo aumentará más la rentabilidad del productor. “Hay productores que consiguen 80 toneladas por hectárea, ese es el rendimiento al que tenemos que apuntar como promedio de todas las chacras, que hoy oscila entre 55 y 60 toneladas. Año a año mejoramos en rendimiento y en superficie, eso va a continuar en la medida en que el productor mantenga la confianza en que va a obtener un buen precio y en que la fábrica va a tener capacidad de absorber todo lo que produzca”, explicó.

Pero de nada servirá incentivar al productor a lograr mejores cosechas si la capacidad de procesamiento de la fábrica no se pone a la altura, para lo que será necesario finalizar con el proceso de renovación de máquinas y garantizar un inicio más temprano de la zafra. En relación al primero de los aspectos, Larroza indicó que este año se terminará con el proyecto de inversión iniciado el año pasado: “se esperan algunos equipos de Tucumán que deben ser reparados y en el transcurso de esta zafra ya estaríamos probando la caldera Salcor Caren, que la tenemos instalada pero todavía falta un playón para almacenar chips que se usan como combustible, especialmente para el arranque, y una cinta transportadora”, dijo.

Por su parte, Maciel explicó que el año pasado, se puso especial énfasis en mejorar el trapiche, para aumentar la cantidad de jugo que se extrae de la caña, cumplida esa etapa, este año el interés estará en el proceso de elaboración del azúcar con el objetivo de mejorar la eficiencia en el uso del jugo extraído por los trapiches.

El titular del IFAI destacó además que, gracias al buen nivel de la industria metalmecánica de la provincia, se está logrando disminuir cada vez más la dependencia de técnicos y empresas de Tucumán a la hora de realizar tareas de reparación o mantenimiento en máquinas de la planta, lo que daría un mayor margen de certidumbre en cuanto a los tiempos requeridos para realizar las tareas de aprestamiento.

 

Vender mejor

La comercialización es el otro gran tema a resolver para cumplir con el objetivo de máxima de lograr que el ingenio y la producción cañera sean autosustentables en Misiones. Al respecto Maciel opinó que “tenemos un margen para mejorar los precios de nuestra azúcar. El año pasado entraba como una tercera o cuarta marca, cuando

es un producto de características especiales porque tiene menos procesos de industrialización y mucho menos productos químicos, especialmente en el blanqueo.

Tenemos que empezar a hacer un trabajo muy fuerte para posicionar mejor nuestra marca”,

Destacó que otra fuente importante de ingresos deberá venir de la venta de productos alternativos al azúcar, especialmente el alcohol, cuya comercialización el año pasado ofreció mayor rentabilidad que el azúcar.

 

Alternativa que rinde

Para los productores del Alto Uruguay, luego de varios en que la actividad cañera estuvo parada, en los últimos años se viene consolidando como una alternativa válida, especialmente para escapar de la dependencia al cultivo de tabaco, trabajo al que los colonos reconocen como rentable, pero muy poco recomendable para la salud y el medio ambiente.

David Escarbadofski, producto de Mojón Grande que ya entregó su primera carga al ingenio, destacó que este año “la caña vino bastante bien”. Indicó que con tres hectáreas dedicadas al cultivo de la variedad orgánica espera obtener alrededor de 200 toneladas. Dijo que con ese rinde su ganancia más importante estará en la dulzura, plus que paga el ingenio según el grado de rendimiento industrial de la caña entregada por cada productor, valor que este año rondará el 14 por ciento del precio al peso, estipulado en esta zafra en 418,78 y 472 pesos por tonelada de caña convencional y orgánica respectivamente.

Aseguró que su intensión es sumar más hectáreas de su chacra a la actividad cañera: “año que viene quiero plantar más caña y dejar de plantar tabaco porque tiene mucho riesgo para la salud, ese tabaco es la ‘matazón’ de la gente”, aseguró el productor en perfecto portuñol.

Otro de los productores que se mostró conforme con la actualidad de la actividad fue Aníbal Carré, de Mojón Grande, quien consideró que los precios acordados fueron buenos –aunque podrían haber sido mejores, aclaró- pero advirtió por el fuerte incremento registrado en los costos de mano de obra y lamentó el inicio tardío de la zafra.

Escarbadofski coincidió con Carré en relación al creciente valor de la mano de obra. “Está muy caro pagar alguien que corte, está 50 por ciento más caro que el año pasado y si no estamos dispuestos a pagar eso, no se consigue gente que esté dispuesta a trabajar”, señaló y apuntó como una alternativa válida, la utilización de una máquina de cosecha mecanizada.

En relación a la demora en el inicio del acopio, Carré opinó que “el problema de empezar tarde la zafra es que se termina en el verano y no es fácil trabajar en el cañaveral con los calores de noviembre o diciembre, no se consigue gente. Otra cosa que ocurre es que la caña que se corta a partir de noviembre no tiene buen desarrollo al año siguiente”.

Consideró clave para el futuro de la actividad, que la fábrica funcione bien. “Creo que los productores cumplimos con nuestra parte, porque hay suficiente materia prima, esperemos que la gente encargada del mantenimiento del ingenio también cumpla con la suya y no haya paradas. Tengo siete hectáreas y quiero ampliar, pero para eso tengo que saber que el ingenio va a andar bien”, dijo.

Destacó a la caña es una alternativa muy buena ya que 40 mil personas de diez municipios están ligadas a dicha producción.

 

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