La tarifa diferencial hizo colapsar a la empresa que emite las tarjetas SUBE y el único beneficiado es Don Casimiro

La capacidad en los puntos de tramitación de la tarjeta se vio desbordada por la demanda en los últimos dos días. La mayoría de los puntos de recarga se quedaron ayer sin crédito y estiman que hoy pasaría lo mismo. Cerca del mediodía todavía hay usuarios que esperan desde la madrugada  de ayer para obtener su tarjeta. El grupo Zbikoski, la principal prestataria, es el principal beneficiado con la insuficiencia operativa del SUBE, ya que fue habilitada para cobrar un sobreprecio a todos los usuarios que no disponen de la tarjeta o no pueden cargarla.

Desde ayer, cuando comenzó a aplicarse la tarifa diferenciada, los usuarios del transporte público de Posadas, Garupá  y Candelaria encuentran grandes dificultades para obtener o utilizar la tarjeta SUBE, lo que obligó a muchos de ellos a pagar seis pesos por algo que debería  costar 4,25 pesos, la diferencia, como ocurre históricamente en el transporte público local, fue a parar a los bolsillos de Don Casimiro.

Si en las semanas previas tramitar la SUBE era una tarea difícil por la escasez de puntos habilitados a tal fin, desde ayer se convirtió en una misión imposible, testimonio de ello lo puede dar Antonia, una señora de más de 65 años que promediando la mañana de hoy esperaba un turno para poder obtener su tarjeta en el Paseo La Terminal: “espero desde las 5,30 de la mañana, ya llevo casi cinco horas acá, no avanza nada la cola. Me dieron el numero 99 y recién van por el 21, me dicen que hay que  esperar pero yo ya no aguanto más, pero no  me voy porque no puedo pagar seis pesos”, dijo.

Junto a Antonia, y con igual grado de desesperación, otras 400 personas esperaban esta mañana, algunos desde las 3:00, ser atendidos en las oficinas de registración, cuya capacidad se vio desbordada. “Nosotros  que  somos jubilados no podemos pagar seis pesos. La empresa no reconoce los carnets y nos obligan a pagar. Tienen que abrir una oficina más”, opinaba Gladis, otra de las personas que vivían la odisea de intentar sacar la SUBE.

Entre la multitud también había enfermos, como Rosana, una mendocina que sufre  de hipertensión y viene de pasar por un ACV: “estoy en tratamiento médico, ni siquiera me dieron número. Me dijeron que me fuera a mi casa y volviera mañana, pero yo me tengo que mover, tengo que ir al hospital y no puedo pagar 6 pesos por cada viaje hasta que a esta gente se le ocurra atenderme”, indicó.

Ayer hubo  gente haciendo cola desde las tres de la mañana frente a la oficina instalada en el Paseo La Terminal, lo mismo ocurría en las dependencias de la Estación de Transferencia, en ambos lugares la atención al público comenzó a las 8,00 cuando se repartieron los números. Quienes llegaron después de esa hora ni siquiera recibieron números y se les aconsejó volver al día siguiente más temprano.

El único beneficiario por la notoria insuficiencia del sistema en atender la demanda por tramitar la tarjeta, es el grupo empresario de la familia Zbikoski, que fue autorizado a cobrar un sobreprecio sobre todos los boletos vendidos a usuarios que no dispongan del medio de pago electrónico o que teniendo la tarjeta, dispongan de crédito.

 

 

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