El hecho había ocurrido el pasado 29 de junio. La víctima terminó con el cráneo fracturado. Llamativamente, los dos arrestados que ahora tiene el caso habían sido detenidos en su momento por el asesinato del suegro del muchacho, ocurrido en febrero de este año, por lo que no se descarta una venganza.
La salvaje agresión que sufrió un joven de 24 años a manos de una patota de entre diez y quince integrantes sumó un nuevo detenido. Se trata de un muchacho de 25, al que capturaron en el barrio donde ocurrió todo, el 1 de Mayo de Puerto Iguazú, en la que circulaba en moto. De paso se le abrió otra causa, porque el rodado, Honda de 125 centímetros cúbicos, tenía pedido de secuestro.
Carlos, tal el nombre del sospechoso, habría participado de la feroz paliza. Se suma a Guillermo Z. (16), otro de los arrestados. Fuentes policiales indicaron que están detrás de otras personas.
Los ahora arrestados ya tienen antecedentes policiales. Habían sido apresados en febrero en averiguación del crimen de Porfirio Martínez (65), ocurrido en el barrio 25 de Mayo, aunque luego los liberaron.
La víctima de la golpiza es precisamente yerno de Martínez. Se llama Fidencio y fue tal la tunda que le propinaron que le quebraron el cráneo. No se descarta que la venganza haya sido el móvil de la agresión.
La investigación la llevan adelante detectives de la comisaría Cuarta.
El hecho sucedió alrededor de las 19.30 del domingo 29 de junio, entre 10 y 15 jovencitos atacaron con palos y machetes a Fidencio. Se desconocen las causas de la saña con la que lo maltrataron.
La víctima echó a correr por las calles del barrio. En determinado momento tomó Almafuerte y pretendió refugiarse en una vivienda, pero los atacantes lo persiguieron e irrumpieron en el inmueble, propiedad de un anciano de 76 años. Allí, ante la presencia del dueño del predio, le dieron una feroz golpiza al muchacho.
Después de la paliza a Fidencio y de causar algunos destrozos en la residencia particular, la pandilla se fue.
La víctima logró levantarse y hasta pudo correr. Pero no fue muy lejos. A tres cuadras la encontraron desvanecida.
