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Argentina derrotó 1 a 0 a Bélgica y está en semifinales del mundial

En el comienzo del partido apareció el Pipita Higuaín para poner el 1 a 0 de los argentinos. Di María se fue lesionado pero el elenco de Sabella alcanzó las instancias finales luego de 24 años. El rival será Holanda u Honduras que juegan a las 17.

 


La Selección Argentina dio un nuevo paso en el Mundial de Brasil. Con un tanto de Gonzalo Higuaín, el representativo nacional venció por 1-0 a Bélgica en la ciudad de Brasilia y se metió en semifinales después de 24 años.

El primer tiempo arrancó con insinuaciones y sin un claro dominador, pero a  los siete minutos Gonzalo Higuaín se sacó la mufa con un muy buen remate que se metió al lado del palo y, así, Argentina comenzó a jugar el partido que más le convenía: esperar y salir de contra.

Bélgica fue muy tibio arriba y dejó jugar a la Selección, que con el paso del tiempo se fue olvidando del área rival. Recién a los 27m encontró otra situación clara, pero Angel Di María volvió a acertarle a un oponente y en esa jugada se lesionó. El rosarino se quedó en el piso, intentó seguir aunque tuvo que salir. Adentro Enzo Pérez.

Lionel Messi no apareció mucho, pero cuando lo hizo desequilibró. Como a los 39m, que creó una linda maniobra al borde del área, le hicieron falta y no pudo aprovechar el peligroso tiro libre. En el cierre de la etapa inicial, los europeos tuvieron la más clara en un cabezazo de Kevin Mirallas. Al descanso.

Higuaín fue el protagonista del arranque del complemento: primero sacó un remate que se desvió y pasó cerca, y luego elaboró una gran jugada que terminó con la pelota rozando el travesaño. Bélgica recién se aproximó cuando se jugaba el cuarto de hora por un cabezazo de Morouane Fellaini.

Ezequiel Garay casi lo hace en contra, atento Sergio Romero. Messi no participaba del juego y Argentina no tenía la pelota. Afuera Ezequiel Lavezzi, adentro Rodrigo Palacio para hacer la banda izquierda. ¿Bélgica? Muy poquito. Alejandro Sabella decidió sacar a Higuaín a falta de 10 y Fernando Gago tuvo sus minutos luego de perder la titularidad.  Kevin De Bruyne asustó con un derechazo que se desvió y terminó en el córner.  Cinco más.  Messi tuvo el segundo en el descuento. No pudo. Garay salvó la última. Respiro. Final. Semifinal.

En la lejanía de Italia 1990 quedó la última ocasión en la que Argentina jugó los siete partidos de una Copa del Mundo y en este Brasil 2014 radica la chance de cerrar un período de frustraciones en Estados Unidos 1994 (octavos), Francia 1998, Alemania 2006 y Sudáfrica 2010 (cuartos) más Corea-Japón 2002 (primera ronda).

El seleccionado albiceleste jugó tres veces la instancia que alcanzó hoy y en todas, posteriormente, llegó a la final: Uruguay 1930, México 1986 e Italia `90.

En Argentina 1978, cuando ganó su primer título, el equipo accedió a la definición luego de jugar un segundo grupo clasificatorio.

Bélgica es un rival que remite a buenas sensaciones mundialistas, porque el anterior enfrentamiento ocurrió en las semifinales de México `86, que Argentina ganó 2-0, con recordados goles de Diego Maradona.

En el otro antecedente por torneos oficiales de FIFA, el equipo europeo se había impuesto por 1-0 en el debut de España 1982, donde los «albicelestes» defendían la corona.

El equipo de Sabella jugó los mejores 45 minutos en el Mundial, a partir de la solidez en el fondo, donde el ingreso de Martín Demichelis por Federico Fernández fue clave, ya que se complementó a la perfección con Ezequiel Garay, el otro central.

Hubo un buen manejo de la pelota en el mediocampo, con Lucas Biglia y Javier Mascherano; y profundidad en ataque, con un
Higuaín inspirado, tras marcar su primer gol en la Copa (lleva 5 en total, porque había marcado 4 en Sudáfrica 2010).

Siempre, con el extraordinario Lionel Messi en la conducción y el apoyo por las bandas de los tándem Pablo Zabaleta-Angel Di María por derecha y José Basanta-Ezequiel Lavezzi por izquierda.

Con esos argumentos, Argentina dominó a un adversario que nunca entendió el partido, más allá de los dibujos tácticos de ambos.

El equipo argentino para atacar se paró con un 3-4-3, pero a la hora de defender el esquema mutó a un 4-4-2. Así se sintió cómodo en las dos facetas del juego y maniató a Bélgica.

Los tres cambios que realizó Sabella en relación al triunfo sobre Suiza en octavos (1-0, en San Pablo): Basanta por Marcos Rojo (obligado), Demichelis por Fernández y Biglia por Gago (ambos tácticos), le dieron resultado.

El equipo ganó en todo: defendió mejor, manejó mejor la pelota y atacó mejor.

Tal vez el gol de Higuaín (rompió una racha de 309 minutos sin marcar en este Mundial) hizo que el seleccionado ganara en confianza y desarrollara el fútbol -sin ser brillante- que mostró.

Y el tanto nació, a los 7 minutos, a partir de un pase fallido de Di María para Zabaleta, que se desvió, y encontró al «Pipa», quien de primera clavó la pelota junto al palo derecho de un estático Thibaut Courtois.

Higuaín no convertía desde el 14 de agosto de 2013 en la victoria sobre Italia por 2-1, en un amistoso jugado en Roma.

Y el «Olé, olé, olé Pipa, Pipa» bajó desde los cuatro costados del estadio Nacional en retribución al rendimiento del 9 argentino.

Antes y después Argentina manejó el juego y tuvo un par de chances en los pies de Lavezzi (2m.) y Messi (40m.) y algún arranque electrizante de Di María, que a los 32 minutos se retiró lesionado y le dejó su lugar a Enzo Pérez.

Bélgica, con su 4-2-3-1 inflexible, estuvo muy lejos del nivel que mostró en los cuatro partidos anteriores: triunfos sobre Argelia (2-1 en Belo Horizonte), Rusia (1-0 en Río de Janeiro), Corea del Sur (1-0 en San Pablo), con los que ganó, con puntaje ideal, el Grupo H, y Estados Unidos (2-1 en Salvador), por los octavos de final.

Sin embargo, el conjunto de Wilmots tuvo sus chances, aunque aisladas, con un remate de Kevin De Bruyne (25m.) y un cabezazo de Kevin Mirallas (41m.).

Argentina, en el segundo tiempo, lejos de replegarse, siguió en su juego, el que le dio resultado en los 45 minutos iniciales, con un Higuaín intratable.

El atacante de Nápoli italiano, donde convirtió 17 goles en la temporada 2013-2014, pudo ampliar la ventaja en dos ocasiones (6m. y 9m.), pero el cruce de Alderweireld y el travesaño, sucesivamente, se lo impidieron.

Argentina pasó un par de sofocones con un cabezazo de Marouane Fellaini (15m.) y un centro desde la derecha de De Bruyne (20m.).

Wilmots no arriesgó ni con los cambios: Romelu Lukaku por Divock Origi (delantero por delantero), Dries Mertens por Mirallas (volante por volante) y Nacer Chadli por Eden Hazard (enganche por enganche).

Y Sabella enrocó con los ingresos primero de Rodrigo Palacio por Lavezzi y después de Fernando Gago por Higuaín. El objetivo: tener la pelota.

Pudo haberlo definido en el descuento Messi, autor de 4 de los 7 goles del equipo, que fue el artífice del pase a cuartos con el armado de la jugada que derivó en el gol de Angel Di María para eliminar a Suiza en tiempo suplementario, pero Courtois le ahogó el grito.

Igual no importó, Argentina ganó, dejó atrás una racha adversa de 24 años y va por el tercer título mundial. Solamente faltan dos pasos más y por cómo jugó hoy, la ilusión crece.

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