El joven de 22 años había desaparecido en Wanda el 21 de junio. Se cree que cayó accidentalmente a un arroyo, que lo arrastró hasta el Paraná. Lo encontraron 300 kilómetros aguas abajo.
Los padres de Leandro Ortiz (22) tuvieron que atravesar una experiencia muy dolorosa este martes: reconocieron el cuerpo de su hijo en Encarnación, Paraguay. Pero no tuvieron cara a cara el cadáver, sino que se le exhibieron fotografías y prendas de vestir, porque el muchacho ya había sido inhumado como NN. Ahora iniciarán los trámites para repatriar el cuerpo.
Este fue el final de una historia que tuvo en vilo a la localidad de Wanda desde la madrugada del sábado 21 de junio. Ese día, el joven fue visto por última vez, cuando salió de una fiesta para buscar a un conocido y nunca regresó.
La hipótesis más firme es que Leandro cayó al arroyo El Bonito tras un accidente a bordo de la moto que le habían prestado y se ahogó. Su cuerpo fue arrastrado hasta el Paraná y luego vino aguas abajo (alrededor de 300 kilómetros) hasta que lo divisaron y rescataron en la zona de Pacú Cuá, en Encarnación, Paraguay.
El cadáver de Leandro fue sacado del agua una semana después de su desaparición en Misiones. La Fiscalía del Crimen en turno de la vecina orilla ordenó que se le tomaran fotografías y que se le secuestrara las prendas de vestir. Como al cabo de unos días nadie reclamó el cuerpo, lo enterraron como NN.
Recién esta semana avisaron desde el Paraguay a la Policía misionera del hallazgo. Un detalle hizo que la fuerza de seguridad local ataca cabos: el tatuaje que presentaba el NN era igual al que los parientes de Ortiz dijeron que tenía el muchacho.
Este martes, familiares de Leandro, junto con una oficial de la comisaría de Wanda, viajaron hasta Encarnación. Entonces llegó la confirmación. Se trataba del muchacho desaparecido.
Ortiz compartía una reunión con amigos el sábado 21 por la madrugada en el barrio Piedras Preciosas cuando decidió salir a buscar a un conocido. Le prestaron una moto Kimco de 110 centímetros cúbicos y emprendió el viaje. Nunca regresó. Un detalle no menor que acercaron allegados del joven a los detectives era que Leandro no era ducho en la conducción de vehículos como el que le facilitaron.
El miércoles 25 encontraron la motocicleta en el arroyo El Bonito. Presentaba daños en la parte frontal y estaba a dos metros de profundidad. Ese día, los policías que rescataron el rodado debieron bajar sujetos con cuerdas, porque la correntada era muy fuerte. Se cree que con la misma furia arrastró el cuerpo del infortunado joven hasta el Paraná y desde allí hacia el sur.
Ahora, la Justicia iniciará los trámites vía Cancillería para repatriar los restos de Leandro Ortiz.
