Masacre en Panambí: la investigación se focaliza ahora en la Zona Centro

Buscan pistas de los dos sospechosos que faltan en distintas localidades, entre ellas Panambí. Creen que son los que entregaron a los Knack.

La declaración de Cristian Knack (25), el único sobreviviente de la Masacre de Panambí, confirmó una serie de cabos sueltos que tenían los investigadores. Desde cómo fue la secuencia de los hechos aquel fatídico 25 de mayo hasta la cantidad de dinero que se llevaron finalmente los malvivientes. También que fueron más de cuatro los autores del violento atraco. En este sentido, este jueves se supo que son dos los sospechosos buscados por los detectives y que la investigación apunta ahora hacia la Zona Centro de la provincia y dejó en un segundo plano al Alto Uruguay, donde estaba enfocada en un principio.
Entre los nuevos focos de la pesquisa está Panambí. Con este dato, vuelve a cobrar fuerza la versión de que alguien de allí pudo haber aportado datos a los autores materiales del asalto.
“De todos modos es prematuro dar nombres, hay personas que están bajo investigación y creemos que la semana que viene habría novedades en este sentido. Hay que hilar muy fino y no se puede cometer imprudencias”, confió un investigador que trabaja en el caso desde el primer momento.
Otra pista sobre la que volvieron los detectives es el de la llamada misteriosa que salió de Leandro N. Alem y que alertó a la Policía sobre la supuesta vinculación de el chapista Marcial Alegre (45), el ex prefecturiano Pablo Julio Paz (51) y Juan Ramón Godoy (44). Quieren profundizar las averiguaciones para saber si fue un integrante arrepentido de la banda el que alertó o un testigo que teme dar la cara. Esa comunicación anónima se hizo desde un telecentro.
Con quiénes se contactaron los tres imputados que tiene la causa antes y después del 25 de mayo, qué tipos de negocios desarrollaban y qué contactos tenían en Panambí o en poblaciones cercanas. Sobre estos ejes gira ahora la investigación.

“Una fortaleza admirable”
El ministro de Salud Pública, Oscar Herrera Ahuad, fue una de las pocas personas que escuchó la declaración de Cristian Knack (25), el único sobreviviente de la Masacre de Panambí, y contó a Misiones Online los recaudos que se tomaron y también la fortaleza del muchacho a la hora de detallar el horror que había vivido.
“Habló durante una hora y media. Nosotros pedíamos que descansara, pero él mostraba una fuerza de voluntad tremenda. La verdad que lo que hizo fue admirable. El chico mostró una fortaleza anímica importante”, sintetizó el funcionario.
Como Cristian se encuentra en una unidad de cuidados críticos, el ministro detalló que se pidió que hubiera poca gente en la sala. “Estábamos dos agentes, el jefe de la Policía y yo. Todos con los correspondientes barbijos, camisolín y gorra”, describió.
Herrera Ahuad aclaró, de todos modos, que son más peligrosos los virus intrahospitalarios que los que eventualmente puedan ingresar desde el exterior.
Aseguró que había inquietud por cómo se iba a dar el trámite, porque antes de la declaración al muchacho le habían informado acerca de la muerte de sus padres y de su hermana. “Sin embargo, esta situación le dio más fuerza para declarar y aportar todo lo que sabía”, opinó el ministro.
“Cristian evoluciona de manera favorable. Es un paciente de riesgo, más allá de que pueda comunicarse, se halla en una unidad crítica, de cuidados intensivos de quemados.
Al tener vulnerada la piel, corre el riesgo de infectarse. Si bien hasta ahora los signos de procesos infecciosos no han sido muy importantes, están contenidos. No hizo temperatura y los análisis de laboratorio arrojan valores que se ubican dentro de los parámetros esperados”, añadió.
El ministro añadió: “Está con una traqueotomía, por lo que hay un contacto directo entre las vías áreas medias inferiores respiratorias con el ambiente. Lo bueno es que él se maneja solo para respirar y se alimenta bien”.
Estimó que seguirá internado como mínimo tres meses más, si todo marcha como hasta ahora.
Sobre el trabajo que se está haciendo en las áreas quemadas de su cuerpo, reiteró que “en un primer momento, ante la gran superficie afectada, se utilizó piel cadavérica. Fue para que mantenga un buen volumen de sangre. Estos injertos duran una semana y luego se los retira. Sirven para el proceso de cicatrización”.

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