Saqueo al edificio Gualeguay de Eldorado: la principal damnificada cree que fue un mensaje mafioso en su contra

Es la contadora Emilse Quetglas, a la que le destrozaron la oficina y le robaron más de 200 mil pesos el pasado 11 de mayo. “Era plata de mis clientes y voy a devolver hasta el último centavo”, aseguró.

El 11 de mayo pasado, una banda integrada por al menos tres ladrones saqueó siete oficinas del edificio Gualeguay de Eldorado. Actuaron un día domingo y en plena tarde. No les importó que en los pisos superiores hayan estado familias enteras que pudieron haberse percatado y alertado a la Policía. A un mes del golpe, no se sabe nada de los malvivientes, mucho menos del dinero que se llevaron. Este viernes, la contadora Emilse Quetglas, la principal damnificada, ya que de su despacho se llevaron más de 200 mil pesos, aseguró que se trató de un mensaje intimidatorio para ella.
“El resto (robo en otras oficinas) fue para camuflar la amenaza. Yo temo por mi vida y la de mis hijos. Lo único que puedo hacer es ponerme en manos de Dios, Él es el único que nos puede proteger”, dijo la profesional en una comunicación con Misiones Online.
La contadora, de acuerdo con fuentes policiales, denunció la sustracción de 9 mil pesos, 15.700 dólares y 5.525 euros. También un reloj de oro, una notebook y alhajas varias.
“Esto estaba perfectamente planeado. Hicieron lo que quisieron en un tiempo largísimo. No se trataba de rateros comunes, hasta la ropa que utilizaban eran de marca. Para mí eran profesionales contratados para dejarme un mensaje”, aseguró.
La mujer contó que ese día planeaba ir a trabajar, pero finalmente desistió. “¿Qué hubiera ocurrido si iba y me encontraba con ellos?”, se pregunta una y otra vez.
El edificio Gualeguay se encuentra sobre la calle Malvinas 1691, en el kilómetro 9, una zona céntrica, con movimientos hasta los fines de semana. Por eso llama la atención de que nadie haya visto a la banda.
“Hasta ahora no tienen ningún dato de los autores. Al que entró en primer término se lo ve con claridad. La cámara lo tomó a la perfección”, precisó Quetglas. Ese malviviente lo primero que hizo fue voltear hacia la pared la lente de la cámara para que no registrara el ingreso de los demás criminales.
La contadora indicó que “en la única oficina donde hicieron desastre fue en la mía. Rompieron los muebles y se llevaron la plata que era de mis clientes y que me la habían entregado porque el lunes siguiente tenía que pagar impuestos”.
A sus clientes, les aseguró: “Voy a devolver hasta el último centavo. Siempre fui una mujer de trabajo y ahora voy a trabajar el doble si hace falta”.
Al ser consultada sobre de dónde podría venir un eventual mensaje mafioso en su contra, Quetglas prefirió mostrar cautela y solo deslizó que podría ser por la denuncia penal por abuso sexual que radicó contra un ex familiar que luego acabó condenado.

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