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Messi es la portada de uno de los diarios más prestigiosos de Estados Unidos

El capitán de la selección nacional ocupa la portada de una de las revistas más conocidas del mundo. En la nota titulada «The Burden of Being Messi» (La carga de ser Messi) se narra la historia del rosarino, su formación en el Barcelona y la mochila de ser el mejor jugador de fútbol en el país donde, también, nació Maradona.

 El cronista del NYT, Jeff Himmelman, viajó a nuestro país para conocer qué pasaba en Argentina con el fenómeno Messi. El escritor estadounidense marcó algunas teorías sobre la relación de la hinchada argentina con el astro de la pelota -a partir de charlas con taxistas, padres de niños que juegan al futbol y periodistas deportivos-.

Messi«El mejor jugador del mundo nació en Argentina pero desde los 13 años vive y juega en Barcelona. El hombre que batió todos los récords (91 goles cometidos en 69 partidos) es reconocido por su zurda mágica y por su increíble velocidad individual. Con tan solo 26 años, Leonel fue catapultado a ser uno de los más grandes de la historia», expone la revista.

Pero para el NYT pareciera que los argentinos no tenemos en cuenta estos datos ya que, según escribe el autor, “Messi nunca ha ganado una devoción muy extendida en Argentina” y agrega: “La principal resistencia a él, más allá de su irregular juego para el equipo nacional hasta el momento, es que no es lo suficientemente argentino”.

Según Himmelman los ataques que le realiza el pueblo argentino son los siguientes: “Messi se fue de Argentina antes de tiempo; él no jugó en algún equipo argentino de primera división como otros héroes lo han hecho (Diego Maradona y Carlos Tévez); él no canta el himno nacional antes de los partidos; él no tiene pasión, personalidad; él no siente la camiseta”.

Y enfatiza, a partir de las palabras del periodista Martín Mazur: «El mayor regalo para Messi durante estos años es que nunca perdió el acento argentino. No te imaginás lo que hubiera sido si él no lo tenía. Probablemente lo habrían matado”.

Para darle un tono menos dramático en cuanto al análisis que realiza el NYT a la mirada que tiene la hinchada argentina con el capitán de la selección, el autor de la nota, cita al escritor Martín Caparrós: «Maradona tenía la enorme ventaja de que no tiene por qué ser como cualquier otra persona, y Messi tiene que ser como Maradona todo el tiempo.»

Ante la comparación continúa con ídolos populares, carismáticos y salidos de la clase baja, sin recursos para su carrera: El artículo expone la vida e infancia de Messi, hasta su desembarco en Barcelona para realizarse el reconocido tratamiento hormonal desde su preadolescencia.

«La vida futbolística de Messi fue desarrollada en Europa, una imagen de Messi con la camiseta de la selección nacional estaba en la pantalla del estadio de Rosario Central, y los fans comenzaron a abuchear, con Messi, no vas a venderle nada a una fan Central«, expone la nota tras una anécdota que cuenta el dueño de un restaurante rosarino.

Si bien se destaca la pasión ante el binarismo opositorio de los clubes de primera división en Rosario, el autor marca la idea que el amor al club de barrio supera la lealtad a la celeste y blanca. Teoría fácil de rebatir, sobre todo, en épocas de mundial.

Por último, el periodista newyorkino marca el desconsuelo de Messi tras abandonar su pueblo natal para someterse a diario a las inyecciones hormonales que le permitirían tener la estatura promedio. Esta postura se expresa a raíz de la supuesta diferencia en niveles de sufrimiento con la infancia de Maradona o Tevez (por venir de clases bajas) “Decir que Messi no ha sufrido, no es cierto», dice Himmelman.

“Messi sigue sufriendo, a su manera. Durante años fue a causa de su actuación decepcionante con el equipo nacional. O en el verano de 2011, cuando fue abucheado por los aficionados argentinos en la Copa América. El sufrimiento de este año ha sido sobre todo en Barcelona, donde Messi no ha sido su mejor momento. Para un club acostumbrado a ganar títulos, esta última temporada ha sido un desastre relativo. Tito Vilanova, murió y Messi se lesionó a principio de año”, continúa.

Y agrega palabras del periodista de Olé, Marcelo Sottile: “No Tiene hinchada «, que significa, no hay soporte de cosecha propia. Hay menos espacio para el perdón de Messi», sigue en su afirmación sobre la falta de apoyo de los argentinos a Messi.

Pareciera que en el análisis del “complicado rompecabezas psicológico” (así lo llama Himmelman) que es la relación de los argentinos con Messi, el escritor estadounidense, enfatiza el costado más permeable, el costado más crítico, sin tener en cuenta quizá los millones de niños que crecieron con la imagen de Messi como ídolo de la pelota. Sin tener en cuenta quizá, que el mejor jugador de fútbol del mundo ha elegido continuar representando al país donde nació y, así también, darle esa nacionalidad a su hijo Thiago.

¿Por qué en vísperas de la copa del Mundo la hinchada Argentina focalizaría en todas aquellas cosas que marcó Himmelman en su texto y no en la importancia de tener y apoyar al mejor jugador del mundo en su equipo?

Parece que el estadounidense, tal vez, hay algo que no conoce, algo intrínsico del futbol argentino: » el aguante”.

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