Cristian tuvo una leve mejoría, pero continúa en estado crítico

La causa judicial avanza con la recepción de testimonios. Esperan que declare el empresario que le compró la última carga de madera a los Knack.

Audio Radio Libertad: Martín Cesino – ministerio de salud pública

 

Cristian Knack (25), el único sobreviviente de la masacre de Panambí, sigue luchando por su vida. Aunque su estado es crítico y el pronóstico reservado, cada jornada que gana es una gota más de esperanza para sus familiares y amigos. Esta mañana, el parte médico difundido por el Ministerio de Salud Pública da indicios de una leve mejoría.
De acuerdo con lo que se detalló de manera oficial, el joven “evoluciona, hemodinámicamente estable sin requerimientos de drogas vasopresoras”.
Precisa que neurológicamente se encuentra bajo “sedación y analgesia moderada”.
El parte también precisa que sigue con “asistencia respiratoria mecánica”, con aceptable intercambio de gases.
Además que exhibe un “ritmo diurético conservado a expensas del tratamiento con fluidos por vía endovenosa. Se encuentra con cobertura antibiótica de acuerdo a gérmenes aislados. Es seguido diariamente por el staff terapia intensiva, cirugía plástica”.
Las infecciones son el principal temor de los médicos que atienden al muchacho, quien presenta quemaduras en el 70% del cuerpo. Las heridas más severas estarían en piernas y brazos.
Cristian es un testigo clave para lograr el esclarecimiento del triple crimen que tuvo como víctimas a su padre Carlos (empresario maderero de 43 años), su madre Graciela (42) y su hermana Bianca (12). El joven conoce todo el movimiento económico del negocio y fue quien trajo a la residencia familia del kilómetro 7 de la ruta 5 los 460 mil pesos que se llevaron los malvivientes la noche del 25 de mayo. No se descarta que Cristian incluso haya reconocido a alguno de los homicidas.
Mientras Cristian lucha por su vida en el hospital Madariaga de Posadas, en el juzgado de Instrucción Uno de Oberá avanza la causa abierta por el demencial episodio. En las próximas horas declararían el empresario al que los Knack le vendieron la carga de manera por la que cobraron los 460 mil pesos (que reside en Buenos Aires, pero que también tendría intereses en San Vicente), los empleados del aserradero de la familia y otros allegados de los Knack. Muchas de estas personas ya declararon en sede policial y ahora tienen que judicializar sus testimonios.
También hay expectativa sobre si los imputados que tiene la causa van a declarar ante la jueza Alba Kunzmann. El ex prefecturiano Pablo Julio Paz (51), el chapista Marcial Alegre (45) y el también vecino de San Javier Juan Ramón Godoy (44) están sospechados de haber integrado la banda que asaltó y le prendió fuego a los Knack. Hasta la semana pasada, únicamente Godoy había designado abogado (lo asiste un defensor oficial).
En cuanto a las pericias, fuentes del caso indicaron que llevarán algunos días más conocer sus resultados, sobre todo el que tiene que ver con las llamadas telefónicas entrantes y salientes de la zona en que ocurrió la masacre. Este entrecruzamiento daría la pauta a los investigadores sobre si los sospechosos estuvieron en Panambí o cerca el día en que sucedió el triple crimen y si los imputados se comunicaron entre ellos.

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