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El tango clásico y contemporáneo se fundieron en el Teatro Lírico

Sucede pocas veces y comenzamos por el final. Tras el encendido recorrido de casi dos horas, con el escenario del Teatro Lírico como territorio propio, que dejó al público en llamas, la directora de “Compañía Fusión Tango” Laura Roatta invitó a parejas locales a subir al tablado. Y, algunas de ellas, que concurren a milongas posadeñas a despuntar el vicio por el tango, terminaron tomando el convite.

 

La puesta, que había deslumbrado minuto a minuto a los presentes, 250 personas (hay que tener en cuenta que fue la primera vez que el Centro del Conocimiento puso en práctica un montaje mixto, en el que absorbe parte de la producción y el resto lo recauda con entradas), concluyó con una popular milonga, con los bailarines que habían transpirado el escenario confundiéndose con la gente, es más: brindándoles algunos “yeites” para sus días de milonga en la capital misionera.

 

Fue el paso chispeante y esplendoroso de la danza del tango en manos de expertos de la danza clásica y contemporánea. Los pincelazos de estas artes se impregnan y transforman esa danza nacida en arrabales y conventillos, impactando en los presentes con coreografías estupendas.

 

Laura Roatta y un gran trabajo, junto a los bailarines que presentaron “Tanguardia”, con la voz de la también bailarina y coreógrafa Carla Llopis. Descollaron Emanuel Abruzzo, cabeza de compañía del ballet de San Pablo y Luciana Croatto, primera bailarina del Ballet de Maurice Bejart. Y junto a ellos, especialistas en las diferentes variantes del tango danza: las parejas compuestas por Sol Viviano y Osmar Odone; Marilú Leopardi y Esteban Simón y Carolina Giannini con Leandro Gómez. No se quedaron atrás y arrancaron ovaciones con sus cuadros.

 

El espectáculo propone un recorrido por los diferentes estilos del tango, donde el virtuosismo y la sensualidad del tango-escenario contrasta con el estilo y la elegancia del tango milonguero. El lirismo y la poesía se despliegan en la voz de Carla Llopis, memorable en “Naranjo en Flor”, con Croatto también sumándose al canto y en “María de Buenos Aires”. Es muy buena la banda sonora, original del cuarteto Boulevard tango, bajo la dirección musical de Andrés Serafini.

Laura Croatto y Emanuel Abruzzo encabezan un elenco de cuatro parejas de tango que imantan con cinturas que cortan y firuletean en una baldosa, quiebran en un instante, bailarines que levantan al cielo a sus parejas y éstas, dóciles, como pretendía ese tango inicial, con plasticidad encomiable, regalan su estampa a un amor que se está yendo. Contenidos entregados con el cuerpo de esa danza que nació en el Rió de la Plata y se expandió por el mundo.

Un espectáculo que nos presentó un modo diferente de ver las cosas en el tango danza, descubriendo nuevas temáticas que se adaptan a las nuevas sonoridades a través del cambio en la instrumentación que siempre propone esta música, de arreglos entre nuevos y tradicionales, sino que también incluye la búsqueda permanente dentro de este cambio constante en que se sumerge el tango. Existieron una serie de músicos formidables que, con sus experiencias siempre intentaron cambiar el rumbo: Aníbal Troilo, Osvaldo Pugliese y Mariano Mores, Salgán, varios. Y Piazzolla, que inició la evolución permanente con la incorporación de innovaciones interminables.

 

Y la danza, con lo demostrado por Compañía Fusión Tango y Tanguardia en el Teatro Lírico, dejó sentado que el baile no va en zaga a la música, sino que camina a la par en esa evolución constante.

 

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