La Salada Misionera abrirá una filial en Bernardo de Irigoyen

En el mes de mayo, la Salada Misionera, la feria de ropa, calzado y marroquinería que funciona en la localidad de Candelaria, batió récords de asistencia. Entre ocho mil y diez mil personas congregó los últimos domingos. Es tal la magnitud del fenómeno, que la misma empresa que explota el negocio tiene previsto abrir un emprendimiento similar en la frontera con el Brasil, puntualmente en Bernardo de Irigoyen.

Luis Medina, el responsable de la firma, adelantó en la localidad más oriental de la Argentina habrá entre 50 y 60 puestos, y se crearán 140 puestos de trabajo. “Empezará a funcionar después del 20 de junio, ya tenemos todo aprobado de parte del Concejo Deliberante de esa población. Tanto el irigoyense como los vecinos de los pueblos cercanos y también los hermanos brasileños están con mucha expectativa. Creemos, fundamentalmente, que desde el vecino país llegarán muchísimos compradores”, puntualizó.

La primera feria de este tipo comenzó a funcionar hace ocho meses en la antigua capital de Misiones. Arrancó con altibajos, pero luego fue acomodándose a la demanda de los interesados. “Vimos que en un principio acudía en su mayoría personas de escasos recursos, aunque después empezaron a sumarse ciudadanos con mayor poder adquisitivo”, confió el empresario.

En La Salada Misionera hay 180 puestos, que comercializan ropa, zapatos y zapatillas y artículos de marroquinería. Hay venta minorista y mayorista. “Tenemos en claro que las ferias subsisten por la situación económica en la que vive nuestro país. Hay que recordar que este fenómeno empieza en 2001, con la gran crisis, y la irrupción del complejo La Salada, que congregó a emprendedores en un predio del partido de Lomas de Zamora, al sur de la Ciudad de Buenos Aires”, evocó Medina.

En la feria de Candelaria se consiguen pantalones de jeans, por ejemplo, desde 40 pesos. Y zapatillas a partir de 80 o 90 pesos. “Tenemos precios 300% más baratos que en otros locales. Es una opción para los bolsillos en este tiempo de parate económico y caída del consumo”, destacó el titular de la firma que explota el lugar.

Según Medina, “el emprendimiento da empleo a 400 personas, entre puesteros y otras que se dedican a brindar servicios, como el de gastronomía, en los alrededores del predio donde funciona la feria. Es una cadena que ha beneficiado a todos”.

Los puesteros se abastecen de mercadería de negocios de Urkupiña SA, que funciona dentro de La Salada bonaerense, de Liniers, de Once, de Flores y de otros comercios mayoristas de Avellaneda. “Nosotros controlamos los precios, para que sean competitivos y que realmente sean accesibles”, aseguró el empresario.

Hasta La Salada Misionera llegan compradores de Posadas, Garupá, Encarnación y otras ciudades Paraguayas y de Corrientes. “La ropa sigue siendo el artículo que más se vende. Familias enteras vienen a vestirse y otros a comprar prendas para revender. El espíritu de la feria son los precios bajos, por eso tratamos de mantenerlos a toda costa”, afirmó Medina.

La feria, ubicada en el corazón de Candelaria, cerca de la Municipalidad, abre los jueves, de 17 a 22 (horario de otoño-invierno) y los domingos de 8 a 17.

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