Hasta ahora están alojadas allí boas de grandes dimensiones rescatadas en Posadas. El lugar aún carece de la infraestructura adecuada.Levantaron dos jaulas y proyectan una tercera.
Amado Martínez es un apasionado de la vida silvestre. Su especialidad son los reptiles. Por eso, cuando aparece alguna serpiente u otro ejemplar, es el primero en ser convocado. Siempre estuvo al frente del serpentario del Instituto Montoya. Este año, ese espacio de conservación fue mudado al predio del Parque El Puma, en Candelaria. Allí, las obras de acondicionamiento avanzan lentamente.
“Hasta ahora hemos levantado a pulmón dos jaulas. En breve, personalmente, construiremos la tercera. Pero la falta de infraestructura se siente mucho. Cuando llegamos al sector que nos tocó, no había luz y agua. El problema del agua lo solucionamos nosotros”, detalló Martínez.
Con respecto a la luz, indicó que para la realización del acondicionamiento deberá usar un grupo electrógeno.
El viernes, el herpetólogo participó del rescate de otro ejemplar. Se trata de una boa curiyú de 2,30 metros y 15 kilos de peso, que apareció cerca del puente sobre el arroyo Antonica, en el oeste posadeño. El ejemplar fue avistado por un pescador, que avisó a los bomberos de Villa Cabello. Martínez fue convocado de inmediato. De hecho, fue él quien tomó a la víbora y se la llevó a El Puma.
“En Candelaria tenemos boas y culebras. No sé si el lugar estará listo antes de fin de año. Siempre es difícil empezar de cero”, admitió el especialista.
Sobre las boas que tiene a su cuidado, indicó: “Son cuatro, probablemente a dos las liberemos en su hábitat, que en este caso vendría a ser la provincia de Corrientes, porque los sitios donde ellas vivían aquí ya no existen”. En cuanto a las otras dos, la intención es conservarlas para que los visitantes de El Puma puedan conocerlas y aprender sus características.
Adelantó que en los próximos días se reunirá con el director del centro de recría que funciona en la antigua capital de Misiones, Miguel Rinas, para definir los pasos a seguir. Martínez está preocupado por el lento avance de las obras, más si se tiene en cuenta que por la modificación que ha sufrido la geografía capitalina debido a las grandes obras, las especies como la curiyú seguirán apareciendo y es necesario un sitio donde atenderlas y, eventualmente, prepararlas para devolverlas a su espacio natural.
Avanzan lentamente las obras del serpentario en El Puma
