Global Exchange presentó la quiebra y vació su local de Iguazú

Aparte del local a metros de la Plaza Dorrego, la casa de cambio tenía dos en la calle Florida, uno en la calle Guido, además de oficinas en Mendoza (dentro de un hotel), Bariloche y Puerto Iguazú. En un comunicado, la compañía (la tercera del mundo en el cambio de moneda por número de aeropuertos y sucursales) señaló que se vio obligada a cerrar la red en la Argentina porque en septiembre de 2012 se decidió impedir a las empresas de cambio privadas operar en los aeropuertos, por lo cual debieron suspender su actividad en ese sector

El viernes 25 de abril, el teléfono en la casa de Malena Sabbatella sonó a las cuatro de la mañana: era un supervisor de la casa de cambio Global Exchange, para avisarle que ese día no vaya a trabajar. Lo mismo sucedió con los otros empleados. Según relata, a las dos de la madrugada los jerarcas habían ido a las sucursales para retirar el efectivo y cambiar la cerradura, lo que disparó la alarma de seguridad que alerta a la policía. Ante el desconcierto por la situación, el personal se autoconvocó el lunes 28 en la sede de Florida 680, donde se encontraron con todo cerrado y las cerraduras cambiadas.

 

 

Fue ahí que salió a la calle el director general, Augusto Marcos Marques, para decirles que la empresa pidió la declaración de su propia quiebra por cesación de pagos y abandonaba los siete locales en Argentina. Por lo tanto, los empleados deberán aguardar que actúe el Juzgado N´ 7 para cobrar los salarios del mes pasado y las indemnizaciones. 

 

 

La empresa dice que tiene $ 2,4 millones para afrontar la quiebra, aunque Sabbatella asegura que esa cifra no alcanza para pagar todas las indemnizaciones. Ella, que atendía la sucursal de San Telmo, había recomendado a su jefe que subiera la cotización del dólar, porque a $ 7,10 eran muy pocos los turistas que querían cambiar, ya que en los bancos y demás casas de cambio se pagaba casi $ 1 más por billete, mientras en el mercado paralelo se conseguía $ 10 por dólar, pero no hubo caso de modificar la pizarra hacia arriba, ya que la gerencia prefería hacer pocas operaciones pero con un alto margen de ganancia.

 

 

El viernes de Semana Santa fue extraño, porque a las cinco de la tarde nos habíamos quedado sin plata en la caja y tuvimos que cerrar el local. Fue el primer síntoma, porque se trataba de un día caliente, advierte Sabbatella. Recién ayer los empleados recibieron el telegrama de despido. 

 

Aparte del local a metros de la Plaza Dorrego, la casa de cambio tenía dos en la calle Florida, uno en la calle Guido, además de oficinas en Mendoza (dentro de un hotel), Bariloche y Puerto Iguazú.

 

 

En un comunicado, la compañía (la tercera del mundo en el cambio de moneda por número de aeropuertos y sucursales) señaló que se vio obligada a cerrar la red en la Argentina porque en septiembre de 2012 se decidió impedir a las empresas de cambio privadas operar en los aeropuertos, por lo cual debieron suspender su actividad en ese sector.

 

 

“La disminución en el volumen de operaciones, debido a no poder operar en aeropuertos y a las restricciones cambiarias existentes en el país, ha provocado continuas pérdidas en nuestro negocio, que en el último año y medio significó más de u$s 2,7 millones. Esto provocó una descapitalización y una situación económica insostenible”.

 

 

En Global Exchange argumentan que “la situación que está viviendo actualmente Argentina y el conjunto de decisiones administrativas tomadas por las instituciones del país, ha provocado que pasemos de ser una compañía que llevaba 12 años creando riqueza y empleo a tener que reducir de forma drástica el número de puestos de trabajo, dado que de los 150 empleados que llegamos a tener en 2011 sólo quedaban hoy 39”. 

 

“Estamos actualmente presentes en 14 países y es la primera vez que nos enfrentamos a una situación similar”, indicó a El Cronista Cristina Recouvreur Encinas, directora de Comunicación de Global Exchange.

 

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