Jazmín Stang, tenía dos hijos y era maestra jardinera
Eduardo Luis Guzmán, el joven de 21 años acusado de ser el autor material del crimen de la maestra Jazmín Stang en el barrio Itaembé Miní, pidió declarar ayer a la tarde frente al juez Marcelo Cardozo. Allí reconoció que apuñaló a la mujer, pero agregó que no tuvo intención de hacerlo, ya que la mujer fue herida en medio del forcejeo entre ambos, cuando el delincuente intentaba robarle la cartera.
Según se desprende de las informaciones brindadas por fuentes de la justicia, Guzmán le confesó al juez que esa mañana estaban tomando alcohol mezclado con pastillas junto al menor de 13 años, cuando en un momento deciden salir a robar. Cerca de la parada donde ocurrió el hecho, se encuentran primero con una joven a la que intentan asaltar pero no logran hacerlo ya que ésta sale corriendo del lugar. Esa joven resultó ser la única testigo presencial del crimen, quien identificó posteriormente al delincuente en rueda de reconocimiento y su testimonio fue clave para atrapar a los acusados.
La declaración de Guzmán continuó al afirmar que después del fallido robo a la primera víctima se acercan a Jazmín que al parecer estaba escuchando música con un auricular por eso no advirtió la presencia de los jóvenes ni lo que había ocurrido momentos antes. Recién se da cuenta de lo que ocurría cuando el mayor de los delincuentes le muestra el cuchillo que finalmente la mata.
De acuerdo al testimonio del detenido, forcejearon por la cartera y la víctima se cae encima de él lo que le provoca la herida mortal. De esta manera Guzman intenta convencer al juez de que no se trató de un asesinato planificado sino de un accidente.
El hecho. La mañana del lunes 6 de enero, a las 05:50 horas en el barrio Itaemé Miní de Posadas, Jazmín Isolina Stang, una mujer de 34 años, mamá de dos menores murió asesinada mientras esperaba el colectivo en la esquina de su casa para ir a trabajar.
Jazmín era maestra jardinera en la guardería “Primeros Pasos” ubicada en avenida Francisco de Haro casi Almirante Brown, y como cada mañana se dirigió hasta la parada de colectivos sin imaginar que en esta oportunidad dos jóvenes, que se le acercaron con intenciones de robo, acabarían con su vida.
