El Chango Spasiuk y Los Alonsitos fueron los protagonistas musicales de la primera tarde-noche de los festejos del Día Nacional del Gaucho que ayer comenzó en el predio de Tecnópolis, en la localidad bonaerense de Villa Martelli, con entrada gratuita.
Si bien la música marcó el punto artístico saliente de la jornada, la propuesta incluyó manifestaciones sobre la destreza del hombre de campo en sus tareas rurales.
Tropillas entabladas donde caballlos mansos y redomenones siguen a la yegua madrina, carros y sulkys que eran de mucha utilidad en épocas donde la pampa contaba solo con esos medios de locomoción, mostraron la historia del gaucho argentino no sólo con la demostración en la escena, sino que el relato, la música y la danza fueron un buen complemento.
El ascendente y joven payador Nicolás Membriani oriundo de la ciudad de Rojas con su guitarra y sus improvisaciones brindó un sentido tributo a la figura gauchesca.
El público, conformado por familias enteras, pobló las tribunas y disfrutó de esta actividad que también contó con el agregado de los cuadros de los Ballets Sangre Pampa y Udaondo.
A la hora de la música, fue el virtuoso acordeonista y compositor misionero Chango Spasiuk, quien al frente de su sexteto, deleitó a los presentes con su sobria mixtura de los ritmos naturales del litoral argentino, con lo clásico.
De ahí que chamamés, chotis, polkas rurales y algún ritmo de chamarra cumplieron con su cometido nativo, se añadieron matices y giros en la voz de Diego Arolfo, la guitarra y la percusión y algunas voces de Sebastián Villalba y el cello de Heleen de Jong.
«Tarafero de mis pagos», «Pynandí (los descalzos)» y una cuidada selección de chamamés tradicionales junto a la personal versión de «Kilómetro 11», sólo con su instrumento, marcaron los momentos sobresalientes de la actuación del eximio acordeonista.
«Hace mucho que no tocaba en un lugar con estas destrezas criollas y la reivindicación de las tareas rurales, así que me siento orgulloso de estar acá y felicito a los organizadores por estos 20 años de actividad desde la Asociación Criolla», remarcó Spasiuk en diálogo con Télam.
Y en el final de la parte musical, fueron los correntinos Los Alonsitos, quienes apelaron a sus 28 años de carrera para hacer cantar, bailar e imponerle sapucays a la hermosa noche de Tecnópolis.
Marcelo Roselli, guitarra y voz, Marcos Roselli, en acordeón, Ariel Báez, en acordeón y voz, y José Martín Rodríguez, en guitarra y voz, asumieron canciones del reciente álbum «De plata».
Composiciones de ese disco como «Todo el mundo a cantar», «Vienes y vas», «Mi luna azul» (para una noche de seranata con la luna como testigo), «Soy chaqueño señores» y «Si ya no estás», se juntaron con clásicos del chamamé como «Lucerito Alba», «Puerto Tirol» y una variada selección recordando a Salvador Miqueri.
Pero para los bises más bailables y festivos todavía, atronaron «Un chamamé y un carnaval» y «Déjate querer».
Esta noche, en la segunda jornada, estarán Soledad, Bruno Arias y Orozco-Barrientos y mañana en el cierre del encuentro promovido por Secretaría de Cultural de la Nación y la Unión Personal Civil de la Nación, se presentarán el Chaqueño Palavecino y los ex Chalchaleros Pancho Figueroa-Polo Román.
