Cuenta regresiva para la fiesta de la juventud en Río con Francisco

En una semana el Papa Francisco encarará su primer viaje internacional para presidir la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), el multitudinario encuentro que congregará a 2 millones de jóvenes de todo el planeta en Río de Janeiro, entre ellos, unos 40 mil argentinos.

La travesía será histórica en varios sentidos porque se trata del primer viaje apostólico del primer papa latinoamericano y jesuita de la historia, el argentino Jorge Bergoglio, «llegado del fin del mundo», como él mismo definió hace 4 meses, el día de su elección.

Francisco llegará a Brasil semanas después de las masivas protestas que estallaron el mes pasado mientras se jugaba la Copa Confederaciones de fútbol, en contra de la corrupción y los millonarios gastos del gobierno para la organización del Mundial de 2014, y en demanda de mejores servicios públicos.

En sintonía con el papa, la Iglesia de Brasil expresó su «solidaridad y apoyo» a las manifestaciones populares, pero condenó la violencia de algunas expresiones aisladas, en tanto que ya adelantó que no tiene miedo de que nuevas protestas vayan a empañar el primer viaje pontificio.

No obstante, ante el temor a nuevas protestas, el gobierno de Brasil decidió reforzar el esquema de seguridad y amplió a 24.000 el número de efectivos de las Fuerzas Armadas y de seguridad que actuarán en Río durante la visita papal.

El papa Francisco llegará a Río el lunes 22 por la tarde y permanecerá en la llamada «ciudad maravillosa» hasta el domingo 28, alojándose en la residencia Sumaré, el mismo lugar en el que se hospedó Juan Pablo II en sus visitas a Brasil en los años 1980 y 1997.

Su agitada agenda incluye encuentros con la clase dirigente y la presidenta de Brasil, Dilma Rouseff; visitas a jóvenes presos y en recuperación de las drogas; un recorrido por una favela; confesiones a un grupo de chicos y una visita a Aparecida, sede del más grande santuario mariano de Brasil.

Si bien la agenda ya estaba pensada y diagramada para su antecesor Benedicto XVI, con la llegada del papa argentino al Vaticano hubo que hacer algunos agregados que responden a sus preferencias de ir hacia la «periferia» de las realidades más dolorosas; en este caso de los jóvenes, que responden a su personal estilo de cercanía y sencillez que cautiva al mundo.

Uno de estos pedidos especiales fue la visita a una favela ubicada en la zona norte de Río, en Varginha -que fue pacificada por la policía en 2012-, desde donde Francisco dirigirá un mensaje a la comunidad residente allí.

El papa argentino quiso incluir también una escala en Aparecida, a unos 250 kilómetros de Río de Janeiro.

Allí, en el año 2007 se realizó la última reunión de la Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y el Caribe (CELAM) y Bergoglio fue el presidente de la estratégica comisión redactora del documento final, el mismo que ahora como papa le regala a todos los presidentes latinoamericanos que lo visitan.

Pero los momentos más fuertes de la jornada serán los encuentros masivos y al aire libre de Francisco con los jóvenes: a lo largo de la playa de Copacabana para el recibimiento del jueves 25 y la celebración del Vía Crucis el viernes 26; y en un campo en Guaratiba -a 15 kilómetros de Río- para la vigilia del sábado y la misa de envío del domingo.

El papa ofrecerá en total 14 mensajes, entre discursos y homilías, dirigidas a los jóvenes del mundo en particular, y que serán seguidos por los 5.600 periodistas acreditados por 2.500 medios de comunicación, una presencia récord para este tipo de eventos.

Con el lema «Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos», los jóvenes participarán por las mañanas de encuentros de catequesis en 273 lugares dispuestos por toda la ciudad, que impartirán obispos -entre ellos 12 argentinos- en 20 lenguas: español, portugués, inglés, italiano, francés, alemán, polaco, árabe, croata, dinamarqués, esloveno, griego, checo y ruso, entre otras.

Los participantes se alojarán en casas de familia, escuelas, polideportivos, instituciones militares y religiosas; y recibirán un «kit del peregrino», que contendrá una tarjeta de alimentación para canjear por comida en distintos restaurantes, así como un manual con todas las actividades previstas.

Los jóvenes tendrán, además, múltiples opciones culturales para disfrutar en los distintos barrios de Río, como -por ejemplo- una exposición sin precedentes en América Latina con obras de arte procedentes de los Museos Vaticanos y de algunos italianos, que incluirá 100 obras originales de Miguel Angel, Caravaggio, Leonardo da Vinci y otros, en el Museo Nacional de Bellas Artes.

Un predio de 200 mil metros cuadrados en el Centro de Exposiciones de Río, en Barra de Tijuca, albergará la «Ciudad de la fe», un proyecto de los obispos brasileños, que presentará una «expocatólica», con actividades musicales, culturales y pastorales, así como un festival de turismo religioso.

En la Quinta da Boa Vista, un inmenso parque público, se instalará una feria vocacional, donde cientos de comunidades eclesiales y nuevos movimientos de todo el mundo compartirán en stands sus carismas y acciones apostólicas.

En este mismo espacio, habrá 50 confesionarios, escenarios para shows y conferencias, y una carpa gigante en la que se realizará adoración al Santísimo Sacramento. 

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