Sebastián, el chico posadeño que espera un corazón para volver a jugar

Se trata de Sebastián Dávalos de 8 años que permanece internado hace un año y medio en el hospital Garrahan de Buenos Aires, y más de 10 meses conectado a un corazón artificial, a raíz de una mío cardiopatía dilatada. El  junto con otros dos niños encabezan la lista de prioridades del INCUCAI, para ser transplantados debido a la gravedad de sus afecciones. Está junto a Renzo, el otro chico que se aferra a la vida. Radio Libertad habló con su hermana Carolina Dávalos de 22 años quien lo acompaña cada día en el nosocomio porteño.


Radio Libertad: Carolina Dávalos- hermana de Sebastian

Sebastián Dávalos tiene ocho años y espera con urgencia un corazón que le permita volver a recuperar la alegría. Permanece internado hace un año y medio en el hospital Garrahan de Buenos Aires, y más de 10 meses conectado a un corazón artificial, a raíz de una míocardiopatía dilatada.

 

 

Se puede ayudar a Sebas aportando a la caja de ahorro del Banco Nación número 0020620079 a nombre de Alberto Dávalos, en la sucursal cuatro Arsenal.

Él, junto a  Franco y Julieta,  encabezan la lista de prioridades del INCUCAI, para ser transplantados debido a la gravedad de sus afecciones. Sus días pasan cerca de los de Renzo, el nene que recibió un corazón y se aferra con todas las ganas a la vida en la sala de Terapia Intensiva del mismo hospital.

 

 

Carolina Dávalos, su hermana, quien lo acompaña cada día en el nosocomio porteño, relató que el corazón que llegue irá  “para el que sea compatible”.

 

Sebastián “empezó a retener líquidos, se empezó a hinchar las piernas y la cara y lo llevamos de urgencia al hospital de pediatría de Posadas. Allí le detectaron la enfermedad.  En ese momento le dijeron que recién tenia que transplantarse a los 10 o 15 años, pero estuvo tres meses con tratamientos y otra vez de descompensó. Fue cuando lo trajimos de urgencia al Garraham, y a los cinco meses de estar aquí, lo conectaron al corazón artificial” explicó Carolina.

 

Está conectado a una maquina, solo tiene un metro de movilidad, porque la maquina tiene que estar enchufada todo el tiempo. Quiere hacer otras cosas, quiere correr, quiere jugar y hay cosas que no las puede hacer, porque tiene que estar enchufado a esa maquina todo el día y todo el tiempo. Puede ir al buffet que hay en el hospital , a una placita, pero si o si donde haya enchufes”.

 

“Cuanto tiempo puede estar así, no lo saben ni los médicos. La última nena que estuvo así permaneció conectada dos años y medio, y fue transplantada hace mes y medio”, expresó la hermana del chico.

 

Carolina relató la dura espera. “Somos de Posadas, estamos hace un año y medio acá y nunca más volvimos. Vivimos acá (en el hospital) todo el día, todos los días. Es una rutina diaria, tener que estar acá acompañándolo, dándole fuerzas,  porque en este último tiempo esta muy depresivo. Tengo dos hermanos más grandes que están en Misiones, mi papá está con nosotros acá, no podemos siquiera trabajar porque tenemos que turnarnos para estar con él. Está muy cansado, no tiene ganas de nada, no quiere ir a la sala, ni al buffet, ni siquiera ganas de levantarse”. 

 

 

Podés acompañar a Sebas en su página de Facebook o en el twitter @sebast271190

“Acá vivimos en un hotel que nos da el Ministerio de Desarrollo social de la Nación,  y de la pensión del chico”, manifestó.

 

 

La misionera contó que “el año pasado no se hizo ningún transplante, y este año llegaron tres corazones, y se transplantaron dos nenas que esperaron hace más de dos años y Renzo. El corazoncito que necesita Sebastián, primero tiene que ser compatible con su cuerpo,  y puede ser de un chico más grande o más chico que él,  siempre que tenga el mismo, es decir 26 kilos. Acá él esta asistido por kinesiólogos y psicólogos, pero ahora no tiene ganas de hacer nada y estamos todos tratando de levantarlo”. 

 

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