“Vamos a llegar a la utopía”. La utopía es que no haya un solo chico con hambre en Misiones. El ministro de Derechos Humanos, Edmundo Soria Vieta, destacó el piso social que hoy se sostiene en la Argentina gracias a la Asignación Universal por Hijo, el incremento de las asignaciones familiares y la recuperación del empleo en Misiones, que permitieron romper una tendencia en el plan Hambre Cero, que revela una evolución positiva: de 300 ingresos mensuales en los primeros dos años de vida del programa, se pasó a 165 por mes en la actualidad. Los detalles
Soria Vieta presentó el balance bimestral junto al gobernador Maurice Closs en un acto en la Casa de Gobierno, donde resaltó que el plan cumplió tres años –fue anunciado el 1 de Mayo de 2010 por el titular del Ejecutivo- con una contención directa a 9.857 personas afectadas por algún grado de desnutrición. El primer año ingresaron 1.141, a fines de 2011 eran 6.290, un año después 9.025 y a mayo, 9.857 beneficiarios, con la salvedad de que se registra un 36,43 por ciento menos de ingresos.
Del universo de beneficiarios del plan Hambre Cero, 9.046 fueron recuperados, mientras que 811 mantienen algún grado de desnutrición y 457 conforman el núcleo más duro generalmente vinculado a una enfermedad crónica.
Soria Vieta destacó que el programa, que cuenta con el respaldo de UNICEF, tiene un enfoque basado en los derechos humanos de no discriminación y de igualdad que permitió un cambio de paradigmas. “Entendimos que ante la crisis económica, debíamos superar el modelo de Estado de Bienestar para construir una democracia inclusiva”, consideró.
Asimismo, sostuvo que uno de los objetivos del Milenio es disminuir la pobreza, que “se expresa cuando hay hambre” y explicó que un niño puede nacer con la mejor carga genética, pero si durante los tres primeros años no tiene los suficientes alimentos, no va a poder desarrollarse. “Por eso es importante que nadie abandone el programa, ni siquiera cuando está recuperado. Con el plan Hambre Cero se mejora el capital humano en Misiones, incrementa escolaridad y coeficiente intelectual”, insistió. En el mismo camino, ya hay 380 padres de los chicos beneficiarios que comenzaron a cursar sus estudios y aprenden a la par de sus pequeños, con una beca de 150 pesos por mes.
En paralelo a la tarjeta social, las verduras, huevos, aceite y miel, que recibe cada beneficiario, se construyeron tres mil mejoras habitacionales y también se entregarán diez mil frazadas para pasar el invierno. En lo que va del año se ejecutaron 17.697.746 pesos de los 45 millones presupuestados.
Después de entregar reconocimientos a los intendentes que colaboran para la eficacia del programa, Soria Vieta sentenció que “estamos cumpliendo progresivamente la palabra empeñada. Este es el camino de inclusión social».
