Las estaciones de servicio ofrecieron una postal completamente distinta a lo que sucede durante los días de semana.
Durante este fon de semana se registraron filas ágiles en las cuatro estaciones de servicio de la ciudad de las Cataratas. Normalmente se registran colas de vehículos con patentes de las tres ciudades fronterizas que en algunas ocasiones de prolongan hasta 700 metros.
La diferencia entre marcas de combustible ocasiona que los vehículos en su gran mayoría brasileros y paraguayos invadan las expendedoras de YPF ubicadas a metros de la cabecera del puente internacional, en la intersección de las avenidas Córdoba Y Victoria Aguirre y en el kilómetro 5, mientras que la expendedora de Shell es elegida, casi por ser la única opción de abastecerse de combustible por el público local, ya que en esta ultima el litro de nafta súper cuesta 35 centavos más.
Durante el fin de semana no hubo grandes aglomeraciones vehiculares debido a que el vecino fronterizo en su gran mayoría el brasilero se tomó estos días de descanso y para tal fin ya abasteció en la semana.
Brasileros y paraguayos cruzan a Puerto Iguazú en busca del insumo, una vez por semana según lo consultado por este medio y no solo eligen perder hasta tres horas entre las filas en las estacones de servicio y la frontera por temas de ventaja económica, sino también por la calidad de los combustibles argentinos.
Filas diferenciadas
Pocas semanas atrás el Concejo Deliberantes sancionó una ordenanza para qué las expendedoras de combustibles organicen a los clientes en dos filas, una para argentinos y otra para extranjero.
La medida tomada por los ediles se basó en garantizar el normal funcionamiento de la ciudad y de su principal recurso económico que requiere del combustible como materia prima para el transporte destinado al turismo. La aplicación, como toda ley nueva está generando velocidad a la hora de abastecer al público local, pero trastornos en las principales arterias del centro de la ciudad, ya que se generan dobles filas varios metros antes del playón de expendios por no existir espacio físico para llevar adelante esta modalidad que debería funcionar dividiéndose las colas recién dentro de la playa y no en la vía publica.
