Historias: cuando las ganas de vivir se transforman en otra oportunidad

Hugo Chrapot quedó cuadripléjico cuando comenzaba a transitar la vida. Pero la perseverancia y el afecto de su familia le abrieron otra puerta y quiso contárnos su experiencia. 

 


Radio Libertad. Hugo Chrapot

Fue a nadar a un arroyo, se lesionó y ya no pudo caminar más.

Fue a nadar a un arroyo, se lesionó y ya no pudo caminar más.

Hugo Chrapot, tiene 24 años, es oriundo de Andresito, y su historia podría haber sido similar a la de tantos jóvenes de esta provincia, pero por obra del destino, hoy, él ejemplo de lucha, perseverancia y sueña con que su caso sirva para alimentar la esperanza de chicos que están en su misma situación.

 

En el año 2007, a los 18 años Hugo junto a otros amigos fue a nadar a un arroyo de la localidad de Andresito y prepararse para ingresar a la Prefectura. Pero al salir se lesionó la cuarta vértebra con una piedra y quedó cuadripléjico. Y su vida cambió. Estuvo seis meses en rehabilitación en Posadas y Rosario para recuperar algo de movilidad.

 

“Fue duro. Estaba casi en estado vegetativo, perdí todo el movimiento, solo podía hablar. Yo en aquel entonces estaba terminando la escuela y no pude seguir, pero después terminé a distancia en Posadas. La verdad me desilusioné, fue un cambio radical en mi vida. Uno no tiene una pelotita de cristal y saber qué le va a pasar y eso fue lo que me pasó a mí. Y lo primero que uno se pregunta es por qué a mí, pero después con contención y ayuda de la familia empecé a sentir por qué no a mí si soy uno más y esto le puede pasar a cualquiera. Así fue que seguí adelante y acepté lo que estaba viviendo. No fue fácil pero hubo mucha gente que me apoyó, me ayudó y hubo y hay mucho de uno mismo y de las ganas que se tengan de Salir”.

 

Hoy después de seis años y mucho trabajo Hugo se maneja en silla de rudas, no deja de sonreir y puede mover los brazos. Los médicos le dan esperanzas de que algún día pueda volver a caminar. “Hoy puedo mover los brazos y hay esperanzas de que pueda mover las piernas, tengo movimientos involutarios, y es importante recuperar la sensibilidad. Hoy la verdad es que mi vida cambió, porque cuando llegué a Posadas conocí a Karina mi kinesióloga que además de la rehabilitación me ayudó como persona y vio la posibilidad de que siga estudiando y que me encamine hacia una carrera universitaria”.

 

Su kinesióloga, Karina se transformó sin saberlo en la persona que logró despertar esa esperanza dormida en Hugo, quien ya cursa tercer año de abogacía en la Universidad Católica de Santa Fe.

 

“Primero me lo puse como meta, no fue tan sencillo pero el tiempo pasa y hoy estoy en tercer año. Tengo una beca que me cubre ciento por ciento el costo de la universidad, y te exigen materias rendidas y mucho esfuerzo para seguir manteniéndola. Es fundamental para mí porque mantengo la cabeza ocupada en el estudio y me va bien. Sueño con abrir un estudio junto a otros compañeros que no pueden caminar y que estudian conmigo. Yo quisiera que mi caso sirva para que muchos chicos que están en mi situación sepan que se puede, que es posible y que hay que poner mucho de uno mismo para salir adelante”. 

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