“Misiones vive con y de los bosques nativos e implantados, pero aún es mayor el potencial a desarrollar”

Desde el Colegio de Ingenieros Forestales de Misiones (Coiform) sostienen que el uso del suelo de “manera planificada, ejecutada y controlada” para las actividades productivas permitirá perpetuar y mejorar el bienestar de generaciones actuales y futuras. La foresto-industria tiene un gran potencial de desarrollo, como también el turismo. “Actualmente más del 50% del PBG Provincial lo genera la foresto industria, y esto es posible con una ocupación actual de menos del 15% de superficie del territorio, lo que indica un gran valor y efecto multiplicador económico”, remarcó Hernán Patzer.

 

El hombre es parte fundamental del medio ambiente, por ello es necesario generar recursos y servicios a partir del uso del suelo, pero de un modo que permite perpetuar y mejorar el bienestar de generaciones actuales y futuras.

El paseo por un sendero de un Parque Privado, Provincial o Nacional, o lo que se conoce como fajas ecológicas y bosques protectores, es algo muy gratificante. Son ambientes necesarios y esenciales como aporte a la sociedad. “Cuando compartimos con amigos y familiares un mate, cuando leemos un libro, cuando cambiamos el pañal a nuestros hijos, cuando finalmente nos detenemos a analizar sobre nuestras vidas y todo lo que se origina del bosque nativo o implantado, y de ambientes que fueron necesariamente transformados de lo que antes fue selva nativa, podremos entender que tanto mantener intangible una porción de selva como en otro sector cambiar el uso de suelo es algo necesario, porque permite ser lo que somos y lo que hacemos en nuestra vida”, explica el presidente del Colegio de Ingenieros Forestales de Misiones, Hernán Patzer.


Pero aclara que este uso de los ambientes “debe realizarse en un marco de Planificación, siguiendo y controlando normas que ya fueron establecidas y revisando las que entendamos se pueden cambiar y mejorar”.

El profesional sostuvo que “muchas veces se han eliminado porciones de selva que se debieron conservar intangibles. Pero también creo necesario tener muy en cuenta que donde hoy están nuestros pueblos o ciudades, nuestras plantaciones de yerba, mandiocales, ganadería o pinares, antes fue selva nativa, por ello insisto, lo que se trata es que el uso del suelo sea planificado, ejecutado y controlado”, dijo.


La actividad forestal enfrenta muchas veces críticas y exigencias más fuertes desde lo ambiental que no se le reclama a otros sectores productivos. Al ser consultado sobre este aspecto, el presidente del Coiform reflexionó que “que se debería ser racionales e integrales como sociedad y organismos cuando regulamos y controlamos a los diferentes sectores que hacen uso del suelo. Por ejemplo, la faja de bosque protector en un arroyo la debe respetar tanto el sector agrícola, ganadero y forestal, también las zonas urbanas, este último caso tal vez el más cercano a todos y del cual probablemente muchas veces como sociedad no queremos observar”, subrayó.

 

Valor social, económico y ambiental


Existen muchas alternativas de uso de suelo para generar beneficios económicos. Una de ellas es el turismo, actividad que en los últimos años en la provincia se le ha puesto una especial atención, pero Patzer considera que todavía existe mucho potencial para desarrollar la foresto industria que, inclusive, es una actividad compatible con el turismo. “Así como el turismo tiene potencial, creo que la foresto industria también. Actualmente más del 50% del PBG Provincial lo genera la foresto industria, esto es posible con una ocupación actual de aproximadamente menos del 15% de la Provincia. Insisto >50% PBG con <15% superficie, lo que indica un gran valor y efecto multiplicador económico”, dijo.


Por otra parte, existe un paradigma de la tecnificación, y el profesional señaló que es oportuno analizar: “hace unos años, así como las mulas o carretas fueron reemplazadas por camiones y colectivos, las modistas o costureras por máquinas de coser y fábricas de costura, así también el sector forestal inició con el hacha, la sucedió la motosierra y luego las máquinas procesadoras fueron la última complementación. Los tiempos y sistemas son dinámicos, hoy sería muy difícil -por ejemplo- imaginarnos un mundo sin computadora o celular, a pesar que estos sistemas reemplazaron a muchas otras formas de trabajar. Los sistemas cambiaron, no son malos o buenos”.


Asimismo, la actividad forestal genera un efecto multiplicador de mano de obra en toda su cadena de valor y muy por encima de varias otras actividades productivas. Se calcula que por cada hectárea recién plantada se generan hasta 3 puestos de trabajo directos e indirectos; así como crece el bosque, por cada peso invertido en forestaciones al Estado -al final del procesamiento de toda la madera-, le vuelve a sus arcas por tasas, impuestos y otros conceptos al menos siete veces el valor inicial invertido, dinero que retorna a la comunidad en obras y servicios.


Existen otros beneficios que ofrecen los bosques, por ejemplo en bienes y servicios ambientales, como la regulación del abastecimiento de agua.

“Si bien la pasión con el cual se hacen las cosas es fundamental, también es muy importante ser objetivos en el cómo y por qué lo hacemos. El sector forestal tiene miles de años que pueden demostrar que tan bueno y necesario es vivir con y de los bosques, podemos vivir felizmente con el bosque nativo e implantado. Sin dudas, definitivamente es muy bueno y necesario para toda la comunidad invertir en los bosques nativos e implantados, Planificando, ejecutando y controlando sus diferentes usos y destinos”, concluyó el profesional.

 

 

 

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