El Registro Nacional de Trabajadores y Empleadores Agrarios (RENATEA) detectó en sendos operativos de fiscalización realizados en fincas yerbateras en Wanda, Jardín América y Garuhapé, 85 casos de empleo no registrado, situaciones sanitarias y habitacionales de extrema precariedad, a menores y empleo a destajo.
El Registro Nacional de Trabajadores y Empleadores Agrarios (RENATEA) detectó en sendos operativos de fiscalización realizados en fincas yerbateras en Wanda, Jardín América y Garuhapé, 85 casos de empleo no registrado, situaciones sanitarias y habitacionales de extrema precariedad, a menores y empleo a destajo.
Inspectores del organismo, ente autárquico dependiente del Ministerio de Trabajo, realizaron el operativo a partir de denuncias realizadas por trabajadores del recientemente creado Sindicato de Tareferos de Jardín América, en Misiones.
En el caso de la finca Alto Verde, dedicada a la actividad yerbatera en Wanda, había menores en situación irregular, por lo que se acordó con las familias la intervención de la Coordinación Provincial de Trata, del Área de Investigaciones y de la policía.
También se coordinó con la Dirección de Infancia un lugar transitorio para los niños a fin de preservarlos de la situación de riesgo que afrontaban en el campamento precario.
En tanto, se continuará trabajando en la revinculación familiar, el tratamiento de asistencia y el proceso judicial para verificar posibles casos de abuso y maltrato a los menores.
La delegación provincial del RENATEA se ocupará junto a los organismos provinciales intervinientes en el seguimiento y contención de la situación de los menores y sus familias.
En esa yerbatera había 32 empleados en pleno monte, en casillas de madera con piso de tierra y sin sanitarios.
Las precarias construcciones tampoco tenían puerta, cama ni sillas y los colchones no eran suficientes para todo el personal. Tampoco había cocina y los alimentos, se preparaban en el piso, con leña. Por todo baño, había una letrina, y los patrones proveían agua solo para beber y no para higienizarse o cocinar.
En Jardín América se fiscalizaron las fincas Don Lirio SRL y Mate Rojo, donde según los trabajadores las cuadrillas eran manejadas por una persona que presta servicios para el secadero Mondini.
Además, se observó la presencia de trabajadores pertenecientes a comunidades guaraníes, quienes a diferencia del resto de los trabajadores, no contaban con ningún tipo de documentación, por lo cual su situación era totalmente irregular. En base a la información obtenida, se pudo establecer que los trabajadores hacían su labor para el secadero Mondini.
Mientras se realizaban los operativos, los trabajadores se mostraron cautos en la información ofrecida y, en un momento, se observaron camionetas pertenecientes a los dueños del yerbatal, lo que los inspectores interpretaron como un acto de intimidación. Pudo determinarse que en una jornada promedio se recolectaban 400 kilos y se abonaban jornales de 130 pesos diarios por trabajador.
En el caso de Garuhapé, se inspeccionó a la empresa Mondini, en la que las condiciones sanitarias y habitacionales eran tan precarias como en Wanda, aunque allí no se hallaron menores. En la zona rural de Garuhapé, se encontraron 32 trabajadores que eran mantenidos en pleno monte, en casillas de madera con piso de tierra y sin sanitarios. Las precarias construcciones tampoco tenían puerta, cama ni sillas y los colchones no eran suficientes para todos los trabajadores. Tampoco había cocina, sino que los alimentos se preparaban en el piso, con leña, contaban con una sola letrina y los patrones proveían agua sólo para beber, no para higienizarse ni cocinar. Las condiciones sanitarias y habitacionales eran tan precarias como en el caso anterior, aunque allí no se hallaron menores.
