Carta del Obispo Martínez: «Desafíos Urbanos»

En su carta de este domingo monseñor Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas nos indica que «el texto del Evangelio de este domingo (Jn. 14,23-29), nos anima en la esperanza a saber que el Espíritu Santo acompaña y acompañará a su Iglesia hasta el fin de los tiempos. En este sentido hemos señalado reiteradamente el problema del secularismo, el planteo de una sociedad sin Dios, que lo ignora y lo omite sin discusión». …

“DESAFIOS URBANOS”

Carta monseñor Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas 
para el 6º domingo de Pascua (5 de abril de 2013)

 

Durante este tiempo pascual hemos leído textos bíblicos relacionados a la evangelización de  la Iglesia en sus primeros tiempos y sus comunidades que nos han permitido discernir sobre las nuevas realidades y desafíos que tenemos en este inicio de siglo XXI. El texto del Evangelio de este domingo (Jn. 14,23-29), nos anima en la esperanza a saber que el Espíritu Santo acompaña y acompañará a su Iglesia hasta el fin de los tiempos. En este sentido hemos señalado reiteradamente el problema del secularismo, el planteo de una sociedad sin Dios, que lo ignora y lo omite sin discusión. Esto se da con más contundencia y radicalidad en zonas urbanas, globalizando sus problemáticas incluso en las zonas rurales. Este estilo de vida secularista se expresa en una fuerte indiferencia hacia todo aquello que implique formas de compromiso, y en una vida moral extremadamente subjetivista y relativista. El Documento de Aparecida  se ocupa de este tema y nos señala: “El cristiano de hoy no se encuentra más en la primera línea de la producción cultural, sino que recibe su influencia y sus impactos. Las grandes ciudades son laboratorios de esa cultura que se está gestando e imponiendo con un nuevo lenguaje y una nueva simbología. Esta mentalidad urbana se extiende también al mismo mundo rural. En definitiva, la ciudad trata de armonizar la necesidad del desarrollo con el desarrollo de las necesidades, fracasando frecuentemente en este propósito .La Iglesia en sus inicios se formó en las grandes ciudades de su tiempo y se sirvió de ellas para extenderse. Por eso, podemos realizar con alegría y valentía la evangelización de la ciudad actual. La fe nos enseña que Dios vive en la ciudad, en medio de sus alegrías, anhelos y esperanzas, como también en sus dolores y sufrimientos”(Nº509ss).

En este domingo de Pascua en la Iglesia Diocesana  realizamos la campaña nacional para el sostenimiento de la tarea evangelizadora de la Iglesia. Es sobre todo una campaña catequística en donde desde la oración  y la reflexión, buscamos que todos los bautizados tengamos la responsabilidad de llevar adelante la evangelización de la Iglesia. La colecta de este fin de semana será utilizada para toda la tarea evangelizadora de  la formación de nuestro laicado, así como el plan compartir y su funcionamiento. Los Obispos Argentinos en relación a esta campaña, hemos hecho para este año 2013 algunas reflexiones que quiero compartir: “El propósito de esta campaña es que crezcamos en la alegría de ser Iglesia y de contribuir con lo necesario para su sostenimiento. Sostenimiento requerido para afrontar los proyectos pastorales, los costos de personal, las ayudas a los necesitados, los cursos y encuentros formativos, los gastos edilicios, etc.; es decir todo lo que implica la vida de una comunidad viva y misionera.

Es bueno que cada uno se pregunte: Y yo… ¿cómo lo estoy asumiendo? ¿ Cuál es mi aporte, mi granito de arena en el crecimiento de mi Iglesia? También puede ser el momento para profundizar en el sentido religioso de este gesto, en su dimensión sagrada. Pues tiene su razón el que, en la celebración eucarística la “colecta” se realice en el momento de la presentación de los dones. Dice la palabra de Dios: “glorifica al Señor con generosidad y no mezquindad las primicias de tus manos… da al Altísimo según lo que Él te dio, y con generosidad conforme a tus recursos” (Eclo. 35,7-9).” La Iglesia siempre desde los relatos de los “hechos de los Apóstoles” ha realizado colectas para generar desde la comunión de bienes la posibilidad de concretar la tarea evangelizadora y la ayuda a los más pobres y necesitados.

El texto de San Juan de este domingo dice: “El que me Ama será fiel a mi Palabra”… (Jn.14,23), y también garantiza a la Iglesia el envío del Espíritu Santo que lo acompañará hasta el fin de los tiempos (Jn.14,25-26). Si bien el ambiente en el que vivimos, puede ser complejo con los nuevos desafíos que presenta el creciente relativismo y la pastoral urbana, tenemos la certeza que contamos con la gracia de Dios y el gozo de haberlo conocido a Jesucristo el Señor.

 

Les envío un saludo cercano y hasta el próximo domingo.

Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas.

 

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