Lipsia despidió a tres personas por seguridad y enfrenta un difícil clima laboral, tras el conflicto

Matías Baumgart, gerente Regional de Planta Lipsia SA

Matías Baumgart, gerente Regional de Planta Lipsia SA

“La empresa decidió despedir a cuatro empleados por considerar que los actos de violencia cometidos y denunciados por sus compañeros de trabajo hacían imposible la consecución de la relación laboral. Finalmente reincorporamos a una persona, que supo disculparse. Nosotros interpretamos que la conciliación dictada por Trabajo estaba cerrada, ya que se había firmado un acuerdo entre partes que daba por concluido el conflicto. Pero la decisión fue malinterpretada y nos vimos obligados a ceder y reconocerles -a tres personas despedidas- la indemnización que fija la Ley por un despido sin causa, cuando precisamente la causa estaba más que justificada”, explicó el gerente Regional de Lipsia SA, Matías Baumgart.

 

 

Hoy se celebra el Día del Trabajador, sin embargo, para los 200 empleados de la empresa Lipsia SA -de Puerto Esperanza, Misiones- seguramente será una jornada sin el brillo de festejos que acostumbraban años atrás, ya que el conflicto laboral suscitado en el último mes -que llevó unos días a la paralización de la planta industrial y registró enfrentamientos entre los mismos trabajadores- marcó un antes un después en el ánimo de su gente y sus directivos. 

 

La empresa familiar tiene una historia forestal en la provincia de casi 50 años. En 1979 instaló su aserradero que posteriormente se amplió con una planta de remanufactura y una de producción de pellets. En conjunto da  empleo a 200 personas. La planta procesa solamente rollos de sus propias plantaciones que son transformados en productos de alto valor agregado, destinados en un mayor porcentaje a mercados externos (Canadá, USA, Brasil, España). En todas las áreas, desde la silvicultura hasta la industria se utiliza moderna tecnología, la cual requiere de recursos humanos calificados. 

 

El presidente de la firma es Carlos Baumgart. Lipsia no había sufrido reclamo sindical alguno en los 33 años de vida del Aserradero y la Planta Industrial. El área está a cargo de su hijo, Matías Baumgart, gerente regional de Lipsia, quien dialogó con ArgentinaForestal.com sobre los hechos ocurridos, explicó cómo inició el conflicto y aclaró las medidas adoptadas por la empresa que generó una intimación por parte del Ministerio de Trabajo de la Provincia exigiendo se reincorpore a cuatro trabajadores que habrían sido despedidos en plena vigencia de un proceso de conciliación obligatoria, “cuando desde la empresa interpretamos que no era así, entendimos que el acuerdo de partes estaba cerrado”, aclaró.

 

Sobre el inicio del conflicto, desde Lipsia explicaron que “en diciembre de 2012 se inició una campaña difamatoria contra nuestra empresa y algunos de sus empleados. El 25 de febrero de 2013 el sindicato denunció ante el Ministerio de trabajo reclamos que no implicaban ninguna infracción legal y/o incumplimiento de leyes por parte de la empresa. Inmediatamente y sin respetar las actuaciones que el mismo Sindicato había iniciado, sobrevino la primer medida de fuerza, cuyo levantamiento fuera ordenado por el Ministerio de Trabajo, dictando la conciliación obligatoria”, detallaron. “A pesar de la obligación de actuar con arreglo a derecho,  hubo una nueva medida de fuerza, en la cual un grupo de 35 trabajadores utilizaron una violencia inusitada para impedir que 140 personas pudieran ejercer su derecho a trabajar durante varios días. Se registraron heridos por hondazos,  golpes de palos,  piedras, aprietes en los domicilios, amenazas de muerte y motos destruidas. Todos estos hechos fueron denunciados a la justicia por los damnificados”, aseguran.

 

Los hechos de violencia se habrían registraron incluso en presencia de efectivos policiales cuya concurrencia había sido solicitada por la empresa “para proteger el derecho de trabajar de los 140 trabajadores que no compartían la actitud sindical. Ni con la asistencia policial fue posible el ingreso a la planta del grupo absolutamente mayoritario de trabajadores no plegados. Finalmente la intervención del Ministerio de Trabajo logró un acuerdo y la medida de fuerza fue levantada”, agregaron.

 

Consideraron que “las consecuencias de esta violencia descontrolada e instigada con una irresponsabilidad manifiesta, implicaban el serio riesgo que de continuaran dentro de la empresa, atento a las amenazas que se habían manifestado en ese sentido. Por ello decidimos la desafectación de cuatro operarios que habían sido denunciados por sus compañeros por los desmanes violentos ya descriptos. Uno de ellos supo dar las disculpas necesarias para que lo pudiéramos reincorporar”, explicaron.

 

Despidos por violencia

 

Pero el subsecretario de Trabajo de Misiones, Jorge Valenzuela, informó que se intimó a la empresa para que se retracte de la medida adoptada. El funcionario explicó que “en momentos en que se estaba a punto de firmar la homologación de un entendimiento entre los trabajadores y la empresa, recibimos  la noticia de que se había despedido a cuatro empleados y eso fue lo que reavivó el conflicto”.

 

Al respecto, Matías Baumgart explicó que “la empresa decidió despedir a cuatro empleados por considerar que los actos de violencia cometidos y denunciados por sus compañeros de trabajo hacían imposible la consecución de la relación laboral. Nosotros interpretamos que la conciliación estaba cerrada, ya que se había firmado un acuerdo entre partes que daba por concluido el conflicto. Finalmente reincorporamos a una persona, que supo disculparse. Pero nuestra decisión fue malinterpretada y nuevamente nos vimos obligados a ceder y reconocerles -a estas tres personas despedidas- la indemnización que fija la ley por un despido sin causa, cuando precisamente la causa estaba más que justificada”, dijo.

 

“El día 16 de abril impidieron el acceso de todo el personal, incluso de los calderistas. Solamente pudimos ingresar con mi padre, Presidente de la empresa. Si la caldera hubiera tenido un accidente, hoy nuestra empresa y sus 200 trabajadores se verían gravemente afectados”, dijo. “No se trata sólo de las consecuencias económicas y financieras que implican  los seis días de paro, mucho más grave son las profundas cicatrices  que quedarán en el seno de nuestra comunidad que hasta ahora supo hermanar siempre a empleados y empleadores”.

 

 

Daño interno

 

Baumgart fue quien debió mediar durante el conflicto las tensiones entre el personal, las autoridades provinciales, la justicia, los abogados, los proveedores y clientes. El directivo sostuvo en la entrevista con AF que “aún no logramos comprender, no sabemos las razones que pudieron llegar a este nivel de conflicto”, dijo. “Sí pudimos percibir que no había unanimidad de reclamos, mas bien había una sumatoria bastante desordenada de lo que quería cada uno individualmente. Sin dudas, el mayor daño que nos queda ahora es un clima de trabajo muy difícil, con grupos fragmentados por las diferencias que se generaron durante todo el proceso”, explicó.

En este contexto, en adelante su mayor preocupación será “lograr retomar un ritmo normal que permita asegurar la fuente de trabajo. Tenemos pedidos de producción y no le debemos plata a nadie, pretendemos mantenerlo así. Cabe aclarar que no tenemos conflicto con ningún gremio. Nuestro problema no se genera por planteos sindicales sino por actitudes personales de algunos activistas”, concluyó el directivo.

 

 

 

 Por Patricia Escobar

 

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas