Carpintero fue asesinado a tiros en su casa y un empleado baleado quedó fuera de peligro

Juan Carlos Marín (54) y Enrique Gauna (18) fueron sorprendidos por al menos un sujeto que sin mediar palabras abrió fuego contra ambos. El mayor recibió un tiro en la cabeza y se encuentra clínicamente muerto .

Un carpintero de 54 años murió por un disparo en la cabeza luego de ser atacado por desconocidos en su propia casa, cuando cenaba junto a su   empleado de 18. La víctima fatal fue identificada como Juan Carlos Marín (54) y su acompañante, Enrique Gauna (18). El hecho ocurrió en un departamento situado en calle 121 y avenida López y Planes de la capital provincial. Detuvieron a dos sospechosos e investigan un ajuste de cuentas.

En su casa, pegado al tinglado de su carpintería, Marín se reunió a cenar con Gauna, como lo hacían habitualmente tras la jornada laboral.

Eran alrededor de las 21:45 cuando Marín quedó solo en su casa al ausentarse por un momento el joven. En esa circunstancia irrumpió en el inmueble al menos un sujeto que sin mediar palabras le efectuó un disparo en la cabeza al carpintero, quien quedó semi tendido sobre una computadora.

Al escapar el agresor, se encontró en la escalera con Gauna al que le dio otro tiro que le atravesó la oreja. Herido el muchacho hizo lo que pudo para pedir auxilio en una panadería lindante.

Cuando la Policía llegó al lugar, halló desvanecidos a los heridos. Con el peor cuadro resultó Marín, quien por el proyectil en la cabeza quedó en coma irreversible. A Gauna le extrajeron la bala y está fuera de peligro.

 

Dos detenidos

Dos ex empleados de la carpintería fueron detenidos por la dirección de Investigaciones. Un testigo afirmó haberlos vistos horas antes dialogando con Marín. Aparentemente uno de ellos antes de irse le dijo “después hablamos cuando estés más tranquilo”. Su captura se registró horas después del hecho, en la zona de Villa Cabello.

A su vez está siendo buscado un ex boxeador quien anteriormente también trabajó para Marín.

 

Ajuste de cuentas

Presumen que Marín tenía una deuda o algún asunto pendiente con su agresor. Quien portó el arma para atacar al carpintero sabía de sus movimientos, y conocía muy bien el interior del predio.

 

Un amante de las armas

En el departamento había dos rifles calibre 22 y una escopeta calibre 12, además de 3 mil proyectiles.

Así se empezó a conocer el profundidad el perfil del propietario de la carpintería, quien además según testimonio organizaba hasta hace unos meses peleas de perros.

Una cruel e insensible práctica que era avalada por cientos de apostadores.

 

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