La producción lechera en Misiones y el importante rol de la mujer en las chacras

Ana Beber, quien hoy ordeña en las instalaciones en la que trabajó su suegra Vilma Dalben.

Ana Beber, quien hoy ordeña en las instalaciones en la que trabajó su suegra Vilma Dalben.

Aunque ellas se presenten sólo como “amas de casa” que “ayudan” en los ingresos familiares, muchas mujeres cumplen un rol productivo económico importante. Sobre todo a la hora de ordeñar, casi siempre un trabajo femenino. Lidiar con las vacas no es una tarea para débiles o dormilones y requiere de perseverancia y sacrificio para lograr buenos niveles de producción.

Dermer que comparte la tarea con su hija Cynthia Rohden.

Dermer que comparte la tarea con su hija Cynthia Rohden.

Las historias de trabajo femenino invisibilizado se suceden de generación en generación como son los de Isoldi Dermer que comparte la tarea con su hija Cynthia Rohden, sucesora en la administración del emprendimiento. O Ana Beber, quien hoy ordeña en las instalaciones en la que trabajó su suegra Vilma Dalben en Paraje San Miguel.

 

A pesar de que ninguna se considera ganadera, se dedican a la cría de vacunos y la producción lechera que sirve, no solo para consumo familiar, sino también para ser comercializada. Isoldi dice que es ama de casa y se dedica “al ordeñe para ayudar a su esposo en la economía del hogar hace once años.” La ayuda su hija Cynthia en las tareas de alimentar a los animales, ordeñar las vacas y realizar la higiene del lugar donde trabajan. Cuentan con seis vacas de las cuales extraen, manualmente, aproximadamente 40 litros diarios de leche, unos 700 litros al mes que se comercializan a través de la Cooperativa Alto Uruguay Limitada (Caul). En cuanto al precio Isoldi expuso que “actualmente se paga 1,70 pesos por litro y obtienen, por quincena, entre 1000 y 1200 pesos aproximadamente”.

 

Dermer explicó que la actividad comienza desde muy temprano y el proceso de ordeñe dura una hora aproximadamente. Los animales son alimentados con pasturas y caña de azúcar. Además se planta maíz, lo que ayuda a mantener a los animales y la capacidad de producción, sobre todo en épocas invernales donde escasean los pastos por las heladas.

 

En el año 2010 accedieron al programa Proalimentos, con un crédito de 30 mil pesos, lo que les permitió mejorar la calidad en la producción lechera a través de la compra de mangueras, tanques de agua, una hidrolavadora y agrandar el lugar donde a diario realizan el ordeñe.

 

Ana Beber es del Paraje San Miguel en Colonia Aurora y también desarrolla la actividad lechera. A diferencia de Isoldi trabaja con ordeñadera, un sistema que facilita el trabajo. Ana explicó que ordeñan los animales dos veces al día, bien temprano y después al caer la tarde. La higiene del lugar es fundamental en esta actividad ya que se trata de un producto alimenticio. Cada vez que se termina el ordeñe, las mujeres se encargan de limpiar todo el lugar, además de higienizar la ordeñadera, para sacar la grasa que la misma leche deja. “Si no se higieniza correctamente, la leche corre el peligro de cortarse y de esta manera se perdería la producción”, dijo.

 

Además de la producción lechera, las mujeres se dedican a la producción de frutas y hortalizas para el consumo familiar, lo que también se convierte en un importante ingreso a la economía. Así, muchas mujeres misioneras aportan su fuerza de trabajo para que a diario lleguen a la mesa de los misioneros productos locales para ser consumidos.

 

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