“La presencia de Francisco es una oportunidad”

El titular de la Diócesis capitalina, Juan Rubén Martínez, asegura que la llegada de un Papa latinoamericano será clave para un cambio de época en la Iglesia. Destacó la necesaria opción por los pobres y descartó gestos políticos del nuevo jefe de la curia. 

El obispo Juan Rubén Martínez reflexionó sobre la asunción de Jorge Bergoglio como Papa Francisco. Pasadas las primeras horas de euforia por la elección de un argentino, el titular de la diócesis posadeña da su visión sobre el camino trazado por el Papa Jesuita y el rumbo que debería tomar la iglesia. “La presencia de Francisco es una oportunidad”, define. 

“Pensábamos que en un momento tenía que ser un Papa americano, capaz que el Espíritu Santo obró en estos cardenales. La verdad que América Latina es una tierra que tiene una historia de fe en estos 500 años que celebramos no hace mucho tiempo, una historia muy importante en la evangelización de la cultura, arraigada en nuestros pueblos. No se podría interpretar la historia de América Latina sin esta dimensión de fe.

 

¿Era el momento para un cambio? 

 “Es un aporte que un hombre nacido de nuestra tierra que puede realizar, es un hombre que ha vivido todos estos años con intensidad y creo que América Latina puede aportar mucho a la Iglesia Católica. Creo que su personalidad ya lo está haciendo”.

 

En el documento de Aparecida –que Bergoglio le regaló a la presidenta Cristina Fernández- hay una denuncia sobre la pobreza en varios de sus párrafos y también marcan cuál es la causa de la pobreza en la concentración del ingreso, la economía globalizada que destruye las pequeñas empresas. ¿Después la Iglesia como traduce esa denuncia en acciones?”

 

“Esto es parte de nuestra América Latina, es uno de los flagelos de América Latina, siempre señalamos que la gente sobrevive y altos porcentajes de nuestra gente sobrevive con fragilidad de distintos tipos; desde la laboral hasta sistemas de corrupción que van dañando a nuestros jóvenes. Son todos temas que hacen a nuestra realidad. Estuve en Aparecida y fui protagonista de la elaboración de ese documento en Mayo del 2007 y hay un diagnostico relacionado a la Doctrina Social de la Iglesia. La Iglesia desde su tarea evangelizadora asume tareas de compromiso en la acción evangelizadora y humana. Siempre digo que la tarea evangelizadora va acompañando los procesos desde el anuncio, desde la denuncia y en el testimonio, son aspectos que de alguna manera tienen que estar reflejados. Muchas veces esta expresión de ser voz de los que no tienen voz, acompañar en la base. La Iglesia tiene dos partes; una es el Espíritu Santo otra son las estructuras de pequeñas comunidades, Iglesias y capillas donde la gente va trabajando desde la caridad, hogares, escuelas barriales. Tenemos muchas respuestas aunque son insuficientes, pero responden algunas de estas necesidades”.

 

 “Hay una frase que anunció el Papa: Una Iglesia pobre para pobres”¿Cómo se instrumentará eso?

 

“La Iglesia es un instrumento para poder ayudar a dignificar a la persona humana. Evidentemente la pobreza está y la expresión es muy contundente, el estar cerca de los pobres, el poder acompañarlos es una motivación, estamos para todos pero hay una opción preferencial por los pobres que está señalada desde América Latina en otros documentos como el de Puebla. Nuestra realidad nos dice que este tiene que ser un fuerte porque además es un componente esencial de la Iglesia. A la Iglesia no se la entiende sin la caridad. Sin la experiencia del amor de Dios, no podemos ser puentes de ese amor para nuestra gente. Entonces es la expresión del amor de Dios para con todos, para los sufrientes, los enfermos, los que están en pecados y también para tantísima gente que sufre la pobreza económica”.

“Creo que estamos siempre llamados a profundizar esta respuesta y a evaluarnos, siempre vamos a decir lo que hicimos, lo que tratamos de hacer, sabiendo que somos insuficientes y tendremos que seguir profundizando en la respuesta”.

“Justamente hablando con un Sacerdote hablábamos de nuestro proceso que es de armado, estamos armando la Diócesis. En estos 12 años que estoy en Posadas he creado 12 Parroquias que dan respuestas a barrios pobres; San Benito, Jesús Misericordioso, en Itaembé Miní, Roque González en la zona del A-4; Sagrado Corazón, en Miguel Lanús; son todas Parroquias que responden a la barriada tratando de generar infraestructura, de poner una vivienda para que puedan vivir, una movilidad para que puedan recorrer las comunidades” 
“Hemos privilegiado la juventud con los barrios pobres. El año pasado empezamos una experiencia de Posta que es un movimiento en la Diócesis para jóvenes para que dejemos de hacerlo en Fátima y también estemos en los barrios. Convocamos a 30 chicos y chicas que logramos que nos financien esto para que no tengan que pagar los encuentros y sean gratuitos. Así como hay tribus urbanas donde hay gente que está en las drogas y el alcohol, generar comunidades de chicos y chicas que tengan la posibilidad de un encuentro profundo con Jesús y que quedan tener un protagonismo en nuestros barrios”.

 

“Para la clase política hubo una frase del Papa que es el Poder es servicio

“Es muy base del cristianismo, es el gesto de Jesús de lavar los pies. Aquel que era el maestro, él lavó los pies a los discípulos. La catequesis que hace a los Apóstoles, ahí es donde Jesús expresa que el que quiera ser grande que se haga el más pequeño de todos. Ser servidor es el sentido último, el bien común. Lamentablemente las cosas a veces se tergiversan tanto y nos dañamos”.

 

 

Nosotros siempre aclaramos que nuestro rol es acompañar la política por el bien común, pero nunca vamos a incidir, respetamos mucho la libertad de conciencia para que la gente sea la que haga un discernimiento teniendo la profunda valoración que la gente decida. Siempre vamos a respetar la conciencia. La elección siempre es un momento clave en una vida democrática, entonces acompañaremos para que la gente obre con responsabilidad. No creo que se pueda decir de Bergoglio que estaba de un lado  o del otro, no es nuestro rol o tomar un partido determinado.

 

“La propuesta es de humanismo, que uno sepa que tiene un sentido la vida, está cargada de sentidos, es hermoso vivir la vida, tiene que tener un norte. La espiritualidad implica el compromiso con la gente, amando a la gente, eso es lo que enaltece. Hoy decíamos salir de sí mismo, eso es amar y estamos hechos para amar. Cuando nos hacemos egoístas quedamos profundamente insatisfechos, esta es la experiencia de dolor que tienen muchos jóvenes que entran en el consumo, tienen una felicidad inmediata y después quedan con las manos vacías. En cambio hay otra gente que tienen ideales, porque tienen una familia y por algo luchan, otra cosa es cuando vemos los niños en la calle, nadie los cuida, quedan desamparados pero también vemos mucha gente que tiene el ideal de su familia y de salir a  lucharla todos los días. Entonces tenemos que poner el norte en recuperar valores”.

 

 

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