Este Viernes Santo se habilitará la Vía Procesional de la Misión Jesuítica de Loreto

Con un destacado sentido espiritual y  religioso que trasciende los tiempos, este Viernes Santo se invita a participar de la Vía Procesional de Loreto, realizando el Vía Crucis que comenzará a la 9.00.

 

Mediante un trabajo en conjunto entre el Obispado de Posadas y la Subsecretaría de Gestión Estratégica, quien se encargó de la puesta en valor de esta vía que parte desde la Capilla de Loreto hasta el lugar donde están ubicados los vestigios de la Capilla del Monte Calvario, este Viernes Santo en las instalaciones de las Reducciones se habilitará esta Vía fundamental de la etapa jesuítica.

 

 

El antiguo recorrido unía los tres lugares sagrados: la Capilla de Ntra. Sra. De Loreto, el Templo y la Capilla del Monte Calvario en un trayecto de 1.300 metros.

En la época jesuítica llegaban a la Vía los habitantes de las reducciones vecinas.

 

 

Historia de la Vía Procesacional de Loreto

 

La reducción de Nuestra Señora de Loreto fue fundada en el año 1610 en la región del Guayrá (hoy Brasil) por los padres José Cataldino y Simón Masceta.

A consecuencia de los ataques bandeirantes su población, conducida por el P. Antonio Ruiz de Montoya se traslada en 1931, junto a la de San Ignacio Miní, a la zona del río Yabebirí. La doctrina de Nuestra Señora de Loreto posiblemente fue sede de la primera imprenta americana y también de una importante biblioteca. Se destacaba por su diversidad productiva. Hacia 1733 llegó a contener más de 6000 habitantes.

 

En el conjunto jesuítico se destaca el templo, en el que se hallarían sepultados, aunque nunca se pudo comprobar fehacientemente, las reliquias del Padre Antonio Ruiz de Montoya. Otro elemento significativo son los restos de la Capilla de la Virgen de Loreto, la que contiene una plaza ceremonial y una vía procesional.

 

A mil trescientos metros aproximadamente de la plaza, en la cumbre de un cerro de 200 metros, se encuentran vestigios de una capilla. Tenía un campanario y era el mejor edificio en los alrededores. En la época jesuítica el cerro era conocido como «Monte del Calvario». Desde el pueblo se llegaba a la capilla por una vía procesional ornamentada con naranjos.

 

La vía procesional que une la Capilla de la Virgen, el Templo (que guardaría, según cuenta la historia, los restos del Padre Montoya) y la Capilla del Monte del Calvario, constituye un ámbito rescatable no solo por sus componentes arquitectónicos sino también por el sentido trascendental y la religiosidad inmanente que posee y que se proyecta hasta la actualidad.

 

A la vía procesional llegaban habitantes de los pueblos del Paraná para hacer las ceremonias religiosas para la virgen. Se trataba de una calle de 1.300 metros de longitud. Comenzaba en la Capilla de la Virgen de Loreto, ubicada en uno de los extremos del pueblo, cruzaba por el sector de viviendas, frente al cementerio, el templo, la residencia y la huerta, culminando en una elevación del terreno donde se ubicaba el Monte del Calvario. Las celebraciones que se realizaban en Semana Santa en este ámbito convocaban a los guaraníes de las vecinas reducciones de Santa Ana, Candelaria, San Ignacio y Corpus Christi.

 

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