Una profesión a la que hay que dedicarle tiempo y pasión. Así lo entiende Lydia, quien celebra sus bodas de oro como peluquera en Posadas.
“Cumplir 50 años no es fácil. Para ser una buena profesional hay que perfeccionarse porque la moda cambia de forma vertiginosa y hay que mantenerse en la vanguardia”. Quizás, la frase haya sido su secreto para mantenerse vigente por tantos años. Lo cierto es que este no será un febrero más para Lydia, propietaria de Lydia Peinados, una de las peluquerías más reconocidas de Posadas, y que el 25 de febrero celebra sus bodas de oro. Anécdotas, muchas, aquellas que fueron escribiendo quienes entraron al salón como clientas y se convirtieron en confidentes, grandes amigas.
Formó parte de la Cámara de Peinadores por 20 años y peinó a actores de la talla de Víctor Laplace. Lydia, tan activa como el primer día en su salón de calle Córdoba casi 3 de Febrero, vio los cambios de ciudad y le regaló glamour a la noche posadeña.
_ ¿Recuerda el primer día en la peluquería?
_ Sí, lo recuerdo muy bien. Tenía 18 años y trabajaba desde las 07:00 de la mañana hasta las 20, 21 horas, en una peluquería de calle Córdoba y Rivadavia propiedad de Luisa Heréter. Ella me ayudó y cuando decidió cerrar su local confió en mí para que lo siga llevando adelante.
Lydia mira a lo lejos para recordar que esta fue una profesión a la que le dedicó mucho tiempo y sacrificio en su vida. “Había que actualizarse y hacer cursos”, cuenta. En 1966 se casa con Vicente y sus padrinos de boda fueron Chicha Paredes de Llamosas y don Tulio Llamosas. Todos, fueron testigos de su vida, y ese esfuerzo y amor por la peluquería.
_ Imaginamos una Posadas muy distinta a esta.
_ Era una Posadas totalmente distintas a la que es hoy, comenzaba a llegar la moda de los 60, las jóvenes no se quedaban atrás, usaban el cabello batido con mucho volumen, la mujeres mayores usaban el cabello recogido muy elaborado. Había pocas peluquerías en la ciudad y yo atendía a las esposas de gobernadores, empresarios, políticos, actores, modelos, reinas de fiestas provinciales.
_ ¿Clientas de cuántos años tiene?
_ Con dos mujeres cumplo 50 años como su peluquera, pero ya atiendo a la tercera generación de esas clientas. Mi maestra de quinto grado, que hoy tiene 93 años, es mi clienta.
_ ¿Y los cambios en la moda?
_ La moda después de aquellos años en que todo era muy rígido, muy serio, cambió después de los 60. Cambió la ropa, los calzados, la música, y por supuesto el pelo que siempre estuvo a la vanguardia. Era novedoso porque todas querían estar peinadas, las mujeres se ponían por ejemplo ruleros y salían a la calle así, incluso iban al cine con ruleros. La mujer siempre fue exigente pero hoy con más razón porque las empresas largan productos cada vez más novedosos y de buena calidad.
_ ¿Su secreto para estar vigente 50 años?
_ No es muy difícil. Es importante saber escuchar, y tener respeto hacia la gente.
_ Usted que habrá visto y formado a muchas peluqueras. ¿Cómo ve el compromiso de los jóvenes profesionales?
_ Nosotros somos parte de una generación que se formó con grandes profesionales, hemos viajado mucho, esta es una carrera en la cual hay que invertir porque si no viajás, si no te actualizás si no vas a los cursos no podes ser buena profesional. Tenés que actualizarte permanentemente y eso les cuesta mucho hoy a mis colegas. Y eso no está bien porque actualizarte es lo que te mantiene en la peluquería. Otra cosa que es importante es buscar tener un buen nivel de clientela porque eso te ayuda a sostenerte cuando las cosas no están bien económicamente, sin embargo ese buen nivel de clientas siempre va a venir a la peluquería.
