Poderes al banquillo

Escribe Juan Carlos Argüello, jefe de Redacción de Misiones On Line 

A Susana Trimarco seguramente no le interesarán los debates que generó el desenlace del juicio por el secuestro de su hija. Ella quiere de vuelta a Marita Verón y el vergonzante final del proceso judicial no menguó un ápice su fortaleza.

Hace una semana en esta misma columna se le dedicó un gran espacio a la Justicia y su presente en el debate político. Se advertía de la necesidad de modernizar y democratizar a la Justicia.

La justicia tardía no es justicia. En el caso de Marita, desapareció hace diez años. Y el Tribunal que absolvió a todos los acusados, siquiera abrió otras líneas de investigación. Parece increíble, pero decenas de testimonios, entre los que se encontraba el de una misionera que fue víctima, pudieron convencer a los jueces de estar frente a una banda que se dedicaba a la explotación sexual de mujeres. He aquí una disociación de la realidad.

Si, como sostienen los jueces que fallaron, no había pruebas que involucren directamente a los acusados con el secuestro de Marita, sí las había de otros delitos similares, pero no pasó nada. Y tal vez no sea solo culpa del Tribunal absolutorio, pero sí es responsabilidad de toda la estructura judicial y policial tucumana, que ya había sido cuestionada por Trimarco no sólo por no colaborar en la investigación, sino por obstaculizarla. La política no escapa a las críticas. La justicia se moldea con leyes y reformas que salen de la política y los lazos son muy fuertes.

Aquí no ha pasado nada y todos a casa. Y una madre incansable, que recuperó a más de 190 mujeres de las redes de trata a lo largo del país, sin una sola respuesta. ¿Eso es justicia?

Con este precedente, ¿cómo convencer a una joven que fue ultrajada, violada y vendida como un pedazo de carne a que testifique en contra de sus captores? Si no hay justicia, hay impunidad. 

“Actuamos con independencia”, dicen los jueces. De todo. Hasta de la realidad.

Misiones es pionera en los juicios contra la Trata. Hubo diez procesos y todos terminaron con condenas, de hasta quince años. El compromiso social de los jueces, aquí parece ser otro.

Pero el caso de Marita Verón es uno más, el más escandaloso, quizás, pero uno más de una larga lista de in-justicias. Hace casi tres años los familiares de la tragedia del río Paraná esperan alguna respuesta y la causa avanza a paso cansino sin demasiados indicios de llegar a buen puerto.

La cautelar de Clarín duró tres años impidiendo la aplicación de la ley de Medios y en este tiempo se denunció la complicidad de varios jueces. Recién el viernes el juez Horacio Alfonso confirmó la constitucionalidad de la ley y le puso fin a la eterna saga de presiones políticas diversas. La ley es para todos y todos deben cumplirla.

Alfonso declaró constitucionales los artículos de la Ley de Medios cuestionados por Clarín y ordenó levantar la medida cautelar que mantenía suspendida la aplicación de los artículos 161 y 45 de la ley. El artículo 161 no sólo beneficiaba al grupo, sino que impedía la adecuación de otros medios que excedían licencias.

El fiscal del caso, Fernando Uriarte, había afirmado que los artículos cuestionados «no conculcan los derechos constitucionales de propiedad y de comercio del Grupo Clarín». Y que, además, «no se han expuesto argumentos relevantes» sobre los «alegados ataques a la prensa independiente» invocados al pedir la inconstitucionalidad de la ley.

De esta manera, tras el fallo, la empresa deberá presentar su plan de adecuación y desinversión. Más allá de las medidas cautelares, el fallo de Alfonso era el más esperado, ya que era la medida de fondo.

Seguro habrá más batallas, ya que Clarín no se quedará de brazos cruzados y el conflicto terminará en la Corte Suprema que, por las señales que dio, también convalidará la ley. El grupo ya anunció que apelará el fallo de Alfonso y le agregó “en primera instancia” a la declaración de constitucionalidad. También habló de “un juez” decidió, mientras que cuando la cautelar era sostenida por otros jueces, era “la Justicia”.

Sin dudas, es un golpe duro para Clarín, para sus defensores enrolados en la oposición y un triunfo para el kirchnerismo, que viene librando esta batalla hasta con desmesura.

En esta batalla naval, con 7D, 8N y 14D, la recuperación de la Fragata Libertad, secuestrada por un pedido de un fondo buitre, es otro gran acierto de Cristina. Se negó a negociar con los fondos buitres que retuvieron a la fragata en Ghana y dijo que la iba a recuperar. Algunos opositores, en cambio, propusieron hacer una “vaquita” para juntar lo necesario para pagarles a los especuladores. Se impuso la gestión del Gobierno y la oposición quedó en claro off side.

La puesta en vigencia plena de la ley de Medios también es una buena noticia para la democratización de las voces y de la palabra, hoy concentrada en un puñado de medios capitalinos a los que es difícil hacer frente con sus propaladoras en internet, radios o televisión. Imponen sus ideas a través de sus canales y sus mensajes son replicados instantáneamente por repetidoras distribuidas en todo el país. Es una cadena nacional sin orador principal, escondido tras bambalinas y defendiendo sus intereses políticos y económicos que casi nunca son los de la sociedad.

El sostenimiento de la expansión económica de Clarín desde los estrados judiciales, Marita Verón y otros tantos casos, son apenas unas muestras de que hace falta un cambio.

Los jueces, desde el presidente de la Corte hasta los de rango más inferior en las provincias, se atajan y piden sostener la «independencia» del Poder Judicial como uno de los pilares de la democracia. Pero la democracia es una construcción. Muta con el paso de los años. Evoluciona y crece.

En casi 30 años ininterrumpidos de democracia en el país, algo ha mutado. Pero la Justicia, poco y nada. La política, expresada en los otros dos poderes, tuvo en el 2001 su máxima expresión de repudio, tanto que el sistema, tal como se lo conocía, bipartidista y de reparto del poder en porciones más o menos establecidas, se derrumbó.

Está claro que cualquier reforma no se puede de la noche a la mañana. Ninguna ley surgida a presión terminó dando los resultados que se esperaban. Una reforma debe hacerse con la calma necesaria y buscar el acuerdo con diversos sectores políticos, que, en oficialismo y oposición,    deben dejar de lado por un momento su trinchera para aunar esfuerzos en lograr una justicia mejor.

La lucha de Susana Trimarco respaldada con firmeza por la presidenta Cristina Fernández ya obligó a convocar a sesiones extraordinarias en el Congreso para tratar las modificaciones a le ley de Trata. Los cambios fueron impulsados por Trimarco con el respaldo de asociaciones y numerosos legisladores, como los misioneros, pero llamativamente, no formaba parte de la agenda legislativa de este año. Y estuvo a punto de caer. Los principales cambios son que se elimina la figura del consentimiento para justificar la explotación sexual y las penas se elevan de cuatro a diez años.

Se cumplieron 29 años de democracia y los festejos masivos estuvieron encabezados por el oficialismo. En Buenos Aires el kirchnerismo logró una celebración casi igual a la del Bicentenario. En Misiones, el gobernador Maurice Closs encabezó el acto y entre las líneas centrales de su discurso puso la necesidad de seguir ampliando derechos.  Resaltó que es positivo que haya “más democracia, más libertad de expresión, más medios, que aunque no nos guste lo que digan, no deformen la verdad y la realidad”.

El domingo, el Gobernador también hizo su tradcional balance en los estudios de Canal 12 con un grupo de periodistas. En el programa, ratificó las principales líneas de acción política y aseguró que Misiones cierra el año con una economía en equilibrio y en crecimiento, a diferencia de otras provincias con severos problemas de liquidez para hacer frente a sus compromisos.

En el tiempo dedicado al análisis político, hubo varias definiciones. La primera es que, privilegiando la autonomía local, se estudia adelantar las elecciones legislativas en Misiones para junio del año que viene. La segunda, es que la relación con la presidenta Cristina Fernández, con quien viajó a la cumbre del Mercosur, se mantiene intacta.

“El poder político en Misiones tiene el rumbo claro con buenos debates, pero con decisión firme, con coherencia con la Legislatura que nos da un valor agregado. Carlos Rovira conduce y yo gobierno. Ahí está enfilada la Renovación”, precisó. También analizó el escenario electoral y sostuvo que es peligroso que la oposición esté tan atomizada y sin demasiadas señales que apunten a una recuperación. No es un dato menor que buena parte de los diputados opositores vencen su mandato y deberán trabajar a destajo para sostener sus bancas en la Legislatura provincial.

En el parlamento misionero también hubo señales políticas. El lunes se renovaron las autoridades y su presidente, Carlos Rovira, fue reelecto con contundencia: 37 votos a favor y apenas tres en contra, del radicalismo, el único partido que propuso una alternativa testimonial para presidir el cuerpo. Los demás diputados de la oposición, con mayor o menor énfasis, dieron su voto a Rovira. Desde la presidencia, el ex gobernador agradeció la confianza y reivindicó la historia misionera, con Andresito Guacurarí como emblema. También defendió la soberanía popular y deslizó la idea de recuperar la Constitución de 1954, votada democráticamente. Con esa Constitución fue elegido Claudio Arrechea como gobernador y en la Legislatura contaba con una extensa mayoría. La Constitución de 1958, votada por apenas 18 convencionales en medio de una dictadura, es la que impuso como cláusula reservar un tercio de los escaños a la oposición, tengan o no respaldo popular.

 

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