La increíble historia del único alumno de una escuela primaria de Misiones

Nahuel Díaz recibirá mañana su certificado de aprobación del tercer grado, el que cursó solo, como único alumno de la escuela 928 de Santigado de Liniers, Misiones. Para su maestro, Víctor Rubén Barúa, mantener abierta una escuela con un solo estudiante “también es inclusión social”.


Víctor Rubén Barúa, docente de la escuela 928 de Santiago de Liniers. Gentileza Radio Génesis

Nahuel Díaz, como todos los alumnos del nivel primario de las escuelas misioneras finalizará mañana su ciclo lectivo 2012. Pero para él, no fue un año escolar más.
Cuando comenzó las clases en marzo se encontró con que sus compañeros del año pasado ya no estaban junto a él. Y, pasó a ser el único alumno de la Escuela 928 (ex 491) barrio Los Tungales, de la localidad de Santiago de Liniers, distante a unos 220 kilómetros de la ciudad de Posadas, Misiones.
Nahuel Díaz recibirá este miércoles su certificado de tercer grado. Y, por consiguiente su pase a cuarto. Tiene ocho años y,según su maestro Víctor Rubén Barúa es un excelente alumno con asistencia perfecta. “Durante este año no faltó nunca a clases”; dijo .
Nahuel cursa sus estudios en horario de la tarde de 13,30 a 17,15. Todos los días, como corresponde iza y arrea en los mástiles de la escuela las banderas Argentina y de Misiones.

Quizás por razones obvias, el chico es de poco hablar, pasa las horas de clase solo junto a su maestro. En el recreo juega, pero siempre solo. “Acá funcionamos como una escuela normal. Es decir que el chico tiene su tiempo de estudio y su tiempo de recreo”; dijo el maestro.
Esta Escuela primaria, ubicada entre chacras, otrora albergó a cientos de alumnos.

 

En las décadas del ´60, ´70 y ´80 los hijos de los pobladores, todos productores de yerba y ganaderos cursaban sus estudios en este establecimiento educativo. En los ´90, las malas políticas económicas hicieron que la mayoría de estos productores vendieran sus tierras y se fueran a la ciudad, inclusive a otras provincias. Sus hijos no regresaron y, por tal motivo no existió un recambio generacional. “Esto es lo que sucedió. Pero yo quiero destacar la política de inclusión del Gobierno Nacional y del Gobierno Provincial porque mantener una escuela abierta con un solo alumnos es también inclusión social, porque de cerrarse Nahuel no podría seguir estudiando; ya que otra escuela está distante de su casa a unos 10 kilómetros por camino de tierra. Y, esta escuela está solamente a 500 metros”; dijo el docente.
Víctor Rubén Barúa es docente de grado. Para darle clases a Nahuel , recorre todos los días 25 kilómetros de ida y otro tanto de vuelta en su moto. “Yo estudié docencia para formar personas y, no puedo dejar que este chico quede fuera del sistema educativo.
A la escuela no le falta nada. Tiene material didáctico, energía eléctrica y bancos.

 

La limpieza del establecimiento la hace la madre del alumno, Marisela Ferchau. “Ella nos ayuda, al igual que su marido que corta el pasto”.
Ambos son pequeños productores yerbateros y tienen un poco de ganado en su chacra. “Queremos que nuestro hijo estudie. Y, para ello necesitamos que la escuela siga abierta porque no tenemos la posibilidad de enviarlo a otra escuela”; dijeron los padres.

El docente dijo que “según me dijeron en el Consejo General de Educación de la Provincia la Escuela seguirá abierta el año que viene. Esta decisión del Gobierno Provincial es excelente porque Nahuel podrá seguir viniendo a clases”.
En el 2009 la Escuela 928 contaba con 13 alumnos. En el 2010 con siete alumnos y en el 2011 con cuatro alumnos. “Los padres de estos chicos no es que se mudaron sino que están en condiciones de llevar a diario a sus hijos en camioneta al otro establecimiento educativo ubicado a 10 kilómetros”.


De poco Hablar
Nahuel Díaz, es de poco hablar. Es único hijo. “No tengo hermanos, tampoco tengo compañeros de grado, ni de otros grados. Estoy solo en la escuela”.
“Hasta el año pasado tenía algunos compañeros, pero este año cuando empezaron las clases vine yo solo y todo el año estuve solo”.
Nahuel dijo que “nunca falté, porque quiero aprender. Me gusta matemática. En el recreo juego con el maestro o, cuando él no puede lo hago solo o con los jueguitos del celular del maestro”.
“Me gustaría tener amigos en la escuela y en el barrio donde vivo pero no hay chicos. Cuando estoy en mi casa lo ayudo a mi papá o ando a caballo”.
Y finalmente mencionó su más preciado deseo: “Espero que la escuela no se cierre el año que viene”.

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