Parte de la droga detectada en uno de los dos vehículos en el vecino país, Uruguay.
Luego de la detención de un cabo con 323 kilos de cocaína en Uruguay, ahora apuntan a un cabo primero que también pertenece al escuadrón de Posadas.
Una exhaustiva investigación de la Interpol sobre una red narco que transportaba cocaína a Uruguay, comenzó a identificar a los contactos misioneros y ahora apunta a otro gendarme que presta servicios en el escuadrón 50 de Posadas. El caso trascendió a fines de noviembre último, cuando un cabo de la misma dependencia fue detenido con más de 320 kilos de cocaína en el balneario de Atlántida, en el departamento uruguayo de Canelones.En la última semana de noviembre, un operativo instrumentado por la Dirección General al Tráfico Ilícito de Drogas de la República Oriental del Uruguay, denominado “Mintaka”, detuvo a un gendarme que prestaba servicios en Misiones quien acompañado de otros cómplices, llevaban 323,732 kilos de cocaína, incluyendo pasta base, valuado en casi 13 millones de dólares, que fueron ingresados a ese país por el puente Gervasio Artigas que une Colón con Paysandú.El operativo fue producto de un trabajo previo que incluyó escuchas telefónicas que dieron cuenta de una transacción de estupefacientes entre un proveedor de droga de Misiones y un ciudadano italiano radicado en Uruguay, que pretendía exportar cocaína a Europa y abastecer de pasta base el mercado local. La investigación uruguaya determinó que el gendarme se encargó de cruzar la droga a Uruguay a través del puente Gervasio Artigas, que une la ciudad entrerriana de Colón con Paysandú. El cargamento de clorhidrato de cocaína fue acondicionado en dos vehículos, secuestrados luego durante el operativo policial en el balneario uruguayo de Atlántida. En un vehículo fue detenido el gendarme argentino, que viajaba junto a una ciudadana paraguaya, en otro vehículo a un hombre y una mujer de nacionalidad argentina, así como el italiano comprador de la droga y tres ciudadanos uruguayos.
La investigación
El cabo de Gendarmería iba en un Ford Fiesta, propiedad de un cabo primero que también presta servicios en el escuadrón 50. Se comprobó que este último le había autorizado vía judicial la utilización del vehículo a su compañero y a la mujer de éste, la misma que fue detenida y luego liberada durante el procedimiento en Paysandú.A partir de allí se investiga la complicidad del cabo primero, cuya vivienda fue allanada en Itaembé Miní.Se sospecha que ambos efectivos conseguían la droga incluyendo marihuana, desde el Paraguay y luego la llevaban al Uruguay. La maniobra habría comenzado en julio de este año.Los cabos se turnaban al momento de viajar. Cada vez que fundamentaban sus ausencias, decían que hacían servicios de seguridad para un empresario uruguayo.
La última guardia
El cabo detenido por la justicia uruguaya cumplió con su guardia habitual del escuadrón 50, un día antes de viajar a Uruguay a bordo del vehículo prestado por su camarada y cómplice.
