Biofábrica desarrolla insumos para meterse en el negocio de la soja

La empresa trabaja en un biocontrolador para combatir al “Picudo de la soja”, que todos los años provoca millonarias pérdidas en el NOA. Está avanzado el desarrollo de un insumo biológico para controlar a la hormiga cortadora. 

La Biofábrica está desarrollando insumos biológicos para controlar al “picudo de la soja”, insecto que causa millonarias pérdidas a productores del Noroeste del país. De este modo, la empresa misionera busca ofrecer en el mercado un producto novedoso, con el objetivo de traer a la provincia una parte  de las jugosas ganancias que produce el negocio sojero en el país y aplicarlas en beneficio del agro misionero.

El proyecto se inscribe en la segunda etapa de la Biofábrica, cuyo objetivo es producir insumos  biológicos, de nulo impacto ambiental, que reemplacen a los agroquímicos en tareas tales como el combate de plagas, fertilización de suelos y preservación de la sanidad de las plantas.

Pensando en los productores misioneros, la empresa que preside José Cabral, ya tiene en etapa muy avanzada, el desarrollo de un producto para combatir a la hormiga cortadora, pesadilla de las chacras y forestaciones. Para mantener a raya a este invasor de muchos de los cultivos que se practican en la provincia, la Biofábrica apuesta a un hongo que una vez que entra en contacto con la hormiga, la parasita y termina por matarla, sin necesidad de envenenar el entorno con agroquímicos.

La Biofábrica piensa ahora en una solución parecida para el “picudo de la soja”, nombre genérico con el que se conoce a tres variedades de insectos que todos los años provocan serias pérdidas en el NOA, donde hay más de 1,9 millones de hectáreas cubiertas con ese cultivo.

“Estuvimos haciendo algunas pruebas en cultivos del Noroeste Argentino para controlar estas plagas. Estas pruebas y ensayos nos permitirían meternos en el mercado de la soja, con un control biológico, lo que nos abriría un mercado más que interesante. Esto posiciona a Misiones, desde el punto de vista tecnológico, a la vanguardia”, indicó José Cabral.

El interés por investigar en insumos para el picudo de la soja tiene que ver con que los productos químicos que se usan para combatirlo, demostraron niveles de eficacia muy variables.

 

Cambio natural

El principal diferencial del producto que desarrolla la empresa misionera, es su nulo impacto ambiental, ya que son elementos biológicos que cumplen su función y luego se eliminan sin dejar rastro, a diferencia de los agrotóxicos, cuyos efectos negativos para la salud humana y el medio ambiente fueron comprobados.

“Hay una gran tendencia hacia el reemplazo de insumos químicos por biológicos y hay inversión puesta en el desarrollo tecnológico de promotores de crecimiento, fertilizantes biológicos, control de plagas, insectos y hongos, es decir una tecnología más amigable con el ambiente para hacer más sustentable la agricultura”, explicó Cabral.

 

Tecnología para el pequeño productor

Cabral destacó que uno de los objetivos fundacionales de la Biofábrica es desarrollar tecnología para transferirla a los pequeños productores, para mejorar su productividad y lograr que sus chacras sean sustentables.

Destacó los logros obtenidos en caña de azúcar a partir del desarrollo de variedades mejor adaptadas al entorno y de mayor productividad y la posterior entrega de plantines a colonos. “La experiencia nos indica que utilizando el mismo tipo de manejo, los productores que plantaron nuestro material duplicaron el volumen producido”, indicó.

Otro de los objetivos es trasladar al pequeño productor yerbatero, la calidad genética con la que ya cuentan las grandes compañías de ese sector. “Son plantas de alto rendimiento con las cuales se logran cosechas de 15 o 20 mil kilos por hectárea, mientras que el pequeño productor sigue usando material genético viejo que no pasa los 5 o 6 mil kilos. Ese abismo productivo se traslada a los ingresos anuales. Con plantas producidas a través de Biofábrica, uno puede llegar a mejorar ese rendimiento y ponerse a la par de las empresas. Creo que ese salto es necesario darlo en el corto plazo”, explicó.

Cabral advirtió que esto no generará una sobreoferta de hoja en el mercado, ya que se apunta a reducir la cantidad de espacio dedicado en las chacras al cultivo de yerba para diversificar.

 

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