Una mujer que fue víctima de violencia quiere armar su propia tapicería

Los cursos de costura se realizan en la Dirección de Violencia Familiar y de Género para que las mujeres aprendan el oficio

En la Dirección de Violencia Familiar y de Género (Línea 102) existen cursos de costura y confección, destinado a aquellas personas que padecieron actos de violencia en sus respectivas familias y en distintas modalidades.

Los cursos forman parte del programa Cosiendo Sueños, que fue una iniciativa generada en la Dirección de Violencia Familiar y de Género y apoyada por el Ministro de Desarrollo Social de la Provincia de Misiones, y que tiene por finalidad enseñar y capacitar a las mujeres que sufrieron horrendos episodios de violencia el arte de la costura, y que tengan a la vez una herramienta para poder solventarse económicamente el día de mañana. Por ello, las autoridades de la institución regalarán una máquina de coser a las alumnas más sobresalientes de las clases en forma periódica y mensual hasta fin de año.

Tal es el caso de Rosa Álvez, que hasta el momento es una de las alumnas más destacadas, y que quiere formar su propia tapicería en un futuro próximo, debido a que aprendió a coser cortinas mediante la enseñanza de la profesora. Ella concurre dos días a la semana, y hasta el momento aprendió los conocimientos y técnicas de la costura para poder soñar y tener su propia empresa.

Lamentablemente la historia de Rosa resulta muy triste de contar, debido que recurrió a la institución porque sufrió y padeció actos de violencia psicológica y física, de su ex pareja Luis Alberto, que conjuntamente con su familia la humillaban y le propinaban los insultos más crueles en su casa y en las fiestas familiares. Ella estuvo 14 años casada con un hombre que simulaba ser una persona normal durante sus actividades laborales, en el barrio y con sus amigos, pero cuando llegaba a su casa se transformaba en un monstruo, porque todas las frustraciones e insultos que recibía en su empleo las canalizaba insultado a su pareja y a sus hijos. Tal acumulación de tensión tuvo su disparador final el 5 de abril del año 2008 a las 2 de la madrugada aproximadamente, y ocurrió cuando Rosa ya estaba en la cama y Luis Alberto se acostó a dormir pero antes le pidió algo, ante la negativa de la mujer el agresor empezó a propinarles golpes en los ojos, en la boca y con un puñetazo le rompió la nariz. Ensangrentada Rosa empezó a pedir ayuda a los vecinos, y al cabo de unos minutos el hijo quiso defenderla pero el victimario lo arrojó de un empujón a un lado de la habitación. Los vecinos llegaron lo más rápido posible y pudieron sacar a los chicos y llamar a la policía para que interceda y encarcele al agresor.

 

Actualmente Rosa se encuentra trabajando en geriátricos y sanatorios cuidando a enfermos para poder solventar los costos que equivale la crianza de una chica de 14 años y un varón de once, por ello el sueño de ella es poder armar su propia empresa.

Rosa Álvez comentó que “yo lo único que espero es que mis hijos estudien y sean alguien, porque yo no sé hasta cuando voy a trabajar”. Seguidamente manifestó que “por eso quiero que mis hijos se preparen y estudien, debido a que ésta es mi vida, y lo que quiero es tener una tapicería propia y poder solventarme económicamente”.

El sueño de Rosa no parece imposible, puesto que ella va a realizar todo lo necesario para salvaguardar a su familia, y el trabajo que realiza en la institución le servirá para aprender los secretos de forrar muebles mediante la costura y armar así su propia tapicería.

 

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