Siguen buscando muertos en el predio del cruento enfrentamiento en Curuguaty

Paraguay continuó ayer su regreso a la normalidad tras los violentos incidentes vividos este viernes con el enfrentamiento entre policías y campesinos ocurrido en Curuguaty, con el saldo reconocido de 16 personas fallecidas.

Seis policías y 10 campesinos murieron al intentar el cuerpo armado desalojar a los labriegos que ocuparon parte de la hacienda de un terrateniente de la zona, en otra expresión del serio problema de la tenencia de la tierra vivido por el país desde hace décadas.

Paralelamente a la asunción del nuevo ministro del Interior, Ruben Candía, y del novel jefe de policía, Arnaldo Sanabria, se anunció la designación de una Comisión Bicameral del Parlamento destinada a acometer la investigación de lo sucedido en Curuguaty, a 240 kilómetros de Asunción.

La bandera paraguaya se mantiene a media asta en los edificios oficiales tras un acuerdo del Congreso, que declaró tres días de duelo en todo el país con motivo de los luctuosos acontecimientos.

Por su parte, la policía informó que patrullas de las fuerzas especiales continuaron rastreando la zona boscosa aledaña al teatro de los choques armados y lograron desarmar ocho artefactos explosivos rudimentarios colocados allí.

La población de Curuguaty, perteneciente al distrito de Canindeyú, inició el retorno a sus actividades normales y se reportó la ausencia de otras actividades anormales fuera de las desarrolladas aún por los elementos policiacos.

Un exdiputado por Canindeyú y concejal de Curuguaty, Julio Colmán, declaró que la población llora la muerte de campesinos vecinos de ese lugar quienes, aseguró, no son los responsables de desencadenar el fatal enfrentamiento.

Una nueva declaración de la Mesa Coordinadora de Organizaciones Campesinas reiteró que el problema de fondo en esta crisis sigue siendo la injusticia existente en la distribución de tierras y la remanencia del latifundio como muestra permanente de tal inequidad.

 

Nuevo ministro y nuevo jefe de Policía

El presidente de Paraguay, Fernando Lugo, tomó este sábado posesión al nuevo ministro del Interior y al nuevo jefe de Policía, tras los sangrientos enfrentamientos entre policías y campesinos en Curuguaty (250 km al noreste de Asunción), que el viernes dejaron 16 muertos.

El ex fiscal general del Estado Rubén Candia (2005-2012) juró como ministro del Interior, y el comisario Arnaldo Sanabria asumió como jefe de Policía, en un acto en el Palacio de Gobierno encabezado por Lugo.

Candia y Sanabria reemplazaron Carlos Filizzola y Paulino Rojas, destituidos en la noche del sábado por Lugo, tras los violentos enfrentamientos que dejaron seis policías y 10 campesinos muertos.

«Las prioridades están a la vista, no necesitan muchos comentarios», dijo Candia en breves declaraciones a periodistas. «Voy a ejercer el cargo con la ley en la mano», enfatizó.

Agregó que puso como condiciones para asumir «el cumplimiento irrestricto de las disposiciones legales, el estado de Derecho y el sistema de convivencia».

Filizzola, que junto con Rojas, fue responsabilizado por la tragedia por la mayoría opositora en el Congreso, que pidió en plenaria su juicio político.

Medios de prensa locales reportaron la aparición de dos nuevos cuerpos de campesinos este sábado en una zona boscosa que rodea el lugar de los enfrentamientos.

Los muertos fueron localizados tras un rastrillaje a pié y sin armas realizado por varias decenas de civiles, entre parientes y vecinos de Curuguaty, que habían denunciado su desaparición.

«Puede haber más fallecidos», advirtió un jefe policial encargado de la seguridad en la zona de crisis.

Efectivos de la policía y militares, estimados en unos 300, suspendieron un operativo de búsqueda de los presuntos campesinos responsables de dar inicio a la matanza, debido a una intensa lluvia que se precipitó en la región, reportó un fotógrafo de la AFP.

Los disturbios se iniciaron cuando campesinos sin tierra que ocupaban una finca, perteneciente al empresario Blas Riquelme, emboscaron a policías que se dirigían a desalojarlos y los atacaron con armas de fuego, había dicho Filizzola el viernes.

«Hubo disparos de parte de ellos y la Policía tuvo que responder», explicó el ahora ex ministro del Interior.

Una filmación registrada por un policía, divulgada por la prensa local, muestra el preciso instante en que un campesino de camisa roja apunta a quemarropa con un arma de fuego al jefe del especializado Grupo de Operaciones Especiales, comisario Hervert Lovera.

El policía reacciona para desarmarlo y se desencadena el tiroteo.

En el mismo sitio de los hechos cayeron mortalmente heridos seis policías, según fuentes oficiales.

Los violentos enfrentamientos dejaron asimismo un centenar de heridos de distinta consideración, 20 de ellos graves.

 

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